Sara sollozó con fuerza en los brazos de su padre, no podía creer que en un segundo, había perdido a una persona importante para ella, y la otra estaba entre la vida y la muerte, ¿cómo había sucedido esto?, ¿por qué tenía que perseguirla las desgracias?—Cálmate, hija, sabes que esto te hace daño. —No puedo, papá, está muerto… Daria está muerto —Sara sollozo más fuerte, justo en el momento en el que apareció Azar por la puerta. Con el rostro preocupado, se acercó a ellos, tomo las manos de su mejor amigo y suspiro.—Lo siento mucho hermosa —Sara asintió —¿Qué se sabe? —Dicen que fue un conductor borracho que los embistió, pero cuando los estaban llevando a la ambulancia, una persona extraña pregunto por Sara. —¿Por qué? —indico Azar sorprendido por las palabras del hombre de edad. —Porque no fue un accidente, alguien quería matarme, pensaron que iba en ese carro con Daria y por mi culpa ahora él está muerto y mi mejor amiga está al borde de la muerte, también —dijo llorando con
Sara observó el ataúd de su mejor amiga descender por aquel estrecho y oscuro hoyo, tres días habían pasado y su mejor amiga no resistió la cirugía. Hoy, después de la despedida a su amigo, estaban haciendo lo mismo con su hermana, porque eso era para ella, y ahora tenía que verla partir para siempre. Ya no lloraba, ninguna lágrima caí de ella, le habían arrebatado todo, lo único que aún la tenía cuerda, era que su hija y parte de su familia, seguía con vida y pretendía que siguiera así por mucho tiempo. Sara alejó la mirada de la arena que tapaba el ataúd de su amiga cuando una presencia se acercó a ella. Alan estaba a su lado, sabía que su mujer no estaba bien y mucho menos su hermano, que se había convertido en estos días en un hombre frío y despiadado que quería acabar con la vida de las personas que mataron a su mujer, porque eso era para él. —Es hora de irnos, nena, nuestra hija nos espera —dijo Alan intentando tocarla, pero ella solo se alejó haciendo que su rechazo le doli
Un mes después.Sara se observó en el espejo, las cosas en este último tiempo habían cambiado mucho para todos, ella tuvo que tomar terapia muy seguida, más de lo que quisiera, la muerte de sus dos amigos había sido más doloroso que su incidente con ese hombre. Se observó en el espejo de su cuarto, sintiendo que las manos le sudan, hoy todos regresaran a Arabia, el nuevo inversionista de la empresa seria presentó, lo que nadie sabía es que ese inversionista es ella. —Te ves hermosa nena —sonrió observando a su mejor amigo, a través del espejo, Azar no los ha dejado, luego de pasar su duelo por la muerte de Mariana, regreso para estar al lado de las personas que amaba. —Gracias, estoy muriéndome de los nervios. —Lo sé, pero no tienes nada de que preocuparte, yo estaré contigo en todo momento, y tu padre también lo hará. Estaremos contigo en todo momento. —Lo sé, pero creo que me aterra más el tener que ver de nuevo a ese hombre —dijo ella temblando al recordar a Raft. —-Ese malna
Alan se apoderó de la boca de su mujer con fuerza, no podía soportar tenerla cerca de él y no saborear esa boca que lo tenía loco, el cual anhelaba con fuerza y pasión, ¿cómo no besarla?, poco a poco dejo que la pasión que tenía lo consumiera y tomara el ritmo que él necesitaba.—Alan… Detente —dijo ella entre besos, pero él parecía que no la escuchaba. —Alan… Volvió a repetir ella con fuerza y desespero, pero el aun así no respondió, el deseo lo estaba consumiendo, y las imágenes que tanto intento Sara reprimir regresaron con fuerza. —¡¡Alan, por favor, detente, no quiero!! —se alejó de él y de su cuerpo con rapidez, logrando que él reaccionara. —¿Qué? —Sara lo miro con miedo. —Te estaba diciendo… Que no quería —dijo ella con las manos temblorosas, desde que recordó lo que ese hombre le hizo, esto es pan de cada día para ella, cuando las imágenes la golpeaban. —Lo siento… Nena, estaba tan lleno de deseo por ti, que no pude escucharte. —Por favor, vete, quiero estar sola —ella n
El lugar se había quedado en silencio, la mitad de la junta directiva salió del lugar sin decir una sola palabra. El salón de reuniones solo tenía a cinco personas contando a Sara, la cual no había visto ni una sola vez a Raft, el maldito hombre no quitaba sus ojos de ella y eso estaba enfadando a Alan de una manera exagerada. —Así que tú eres la exmujer de mi hermano —pregunto Rafit con suspicacia. —Sí, esa soy yo, parece sorprendido señor —él asintió a las palabras de la hermosa pelirroja que lo tenía cautivado. —La verdad es que sí, ahora comprendo por qué tanto revuelo por ti, tienes una belleza escalofriante y muy hipnotizante —Dijo el hombre, ocasionando que Sara se estremeciera de pies a cabeza. —Sí, lo es, pero ella no está aquí para que tú la jodas con tus pendejadas, aléjate de ella, Rafit —dijo Alan con los dientes apretados. —Pareces enojado, hermano, pensé que ya no sentía nada por ella, pediste su captura hace unos meses, ¿qué cambio? —dijo a su Alan, logrando que é
Los días habían pasado y las cosas no estaban siendo fáciles para Sara, la mitad de las personas que trabaja para ella, la odiaban, también había tenido que encontrarse con esos dos hombres desagradables, uno que no dejaba de amenazarla con volver a lastimarla, y el otro que la atosigaba cada que podía. Cada momento en ese lugar estaba siendo peor para ella, quería acabar con eso rápido, pero sabía que no era tan sencillo, las personas causantes de la muerte de sus amigos y de todo su sufrimiento debían pagar. Sara aleja la mirada de su computador cuando la puerta de su oficina es abierta, el rostro furioso de Faris fue lo que los ojos de Sara vieron delante de ella. —¡¡¿Que rayos haces aquí?!! —grito la mujer, fuera de sí. —Te dije que si volvías, te iba a acabar. —Primero, deja de gritar, y segundo, tus amenazas ya no hacen nada en mí, Faris, tengo poder y dinero, algo que a ti te falta, porque por lo que veo, tu hijo ya no sigue manipulado por ti, estás sola, ¿no es así? La f
Alan se apoderó de nuevo de los labios de la mujer que lo tenía loco, deseaba tanto hacer esto, pero aunque lo quisiera, el miedo también lo estaba dominando, no quería hacer algo que dañara el momento, por eso creía que tampoco era el lugar correcto para que ellos hicieran el amor después de tanto tiempo.Con cuidado se aleja de ella, haciendo que Sara gima por lo bajo, haciendo sonreír a Alan. —No sabes, como me muero por volver a estar dentro de ti, nena, pero no creo que sea el lugar. —No, por favor, no te detengas, no importa, estoy bien, quiero hacer esto —Alan, suspiro, no estaba de acuerdo, pero si ella sabe lo pedía de esa manera, él no podía negarse, ¿como hacerlo?—Está bien, pero quiero que me digas si te sientes mal, si algo te molesta, tienes que decírmelo, ¿está bien? —ella asintió, suspirando. —Lo prometo. Con cuidado, Alan la lleva hasta el gran sillón que tiene la oficina de ella, eso logra que en él lleguen imágenes de lo que vivieron en el pasado, recordando qu
Sara y Alan se quedaron un par de minutos más en la oficina, ella aún no podía creer que lo había logrado, pudo estar con Alan, sin miedos, sin nada que le impidiera disfrutar del hombre que amaba. Alan dejó un beso en el hombro de Sara cuando ella al final se terminó de vestir, luego ambos se miraron a los ojos y Alan tomo el rostro de Sara, para mirarla fijamente. —¿Qué pasa?, sé que estás pensando demasiado —ella suspiró, aunque había sido todo hermoso, no podía olvidar que él estaba casado, y eso la hacía sentir horrible. —Lo siento, es que no puedo olvidar que eres un hombre casado —él sonrió. —¿Quién dice eso? —pregunto él. —Un papel, Alan, estás casado con Luisa, y ahora mismo me siento como una cualquiera —él gruño porque odiaba que ella se tratara de esa manera. —No vuelvas, ha decir jamás que eres una cualquiera, ¿entiendes? —ella asintió. —Y no, ella y yo jamás estuvimos casados. —¿Qué?, pero sí salió en la televisión. —Sí, pero todo fue parte de un plan, necesitaba