Los días estaban pasando y Sara no sabía nada de Alan, estaba aún en el hospital, porque su estado era más complicado de lo que ella creía, las preocupaciones de los últimos tiempos, lograron que su corazón se debilitara más. Sara observó la habitación en la que se encontraba y con cuidado, se levantó de esta para acercarse a la ventana. Con paso lento, llego a ella y tomo asiento en la silla que su padre trajo para ella hace un par de días.—Espero que cuando estés grande, mi niña, recuerdes que mamá te amo mucho —dijo ella ala nada, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas. La idea de que ella pudiera ver a su hija antes de morirse, se desvaneció poco a poco. —No será necesario, porque tú estarás a su lado —con rapidez se volteó para observar a Alan, en la puerta de la habitación, con un bulto entre sus brazos. Sara jadeó y sollozo con fuerza. —Viniste —él asintió sonriendo. —Te lo prometí, y no voy a volver a fallarte —Alan se acercó a ella y con cuidado puso en sus braz
Alan había dejado a su mujer e hija solas, la rabia lo dominaba, no podía creer que todo se estuviera saliendo de su control, ¿cómo termino así?, sabía la respuesta, pero aceptarla, lo enfermaba, confió en la persona incorrecta.Desciende de su jet, encontrándose con su hermano y mejor amigo que no tienen buenas caras.—¿Qué sucedió? —pregunto Alan con rabia acumulada. —Propuso una rebelión, y la mayoría están de acuerdo con él. —¡¡Es un maldito asesino y violador, aparte de que secuestra chicas de todo el mundo, una persona como esas no puede ser rey!! —Ronald, suspiro, jamás imagino que ser Jeque de una ciudad tuviera tantas responsabilidades, y mucho menos ahora que su mejor amigo estaba a punto de perder el trono. —Necesito que busquemos una forma de que vuelvan a confiar en mí, al menos mientras sigo siendo rey, luego se encargara de eso quien sea mi sucesor —el rostro de los hombres frente a él se sorprendieron, ¿Sucesor? —¿De qué estás hablando? —pregunto su hermano Amir.
Alan observaba a su hermano Rafir, el hermano del medio, sonreía, apretando a su lado a aquella mujer que siempre deseo, pero que no podía tener, porque como siempre, su hermano mayor, tomaba lo que era de él. —Que bueno volver a verte, querido hermano —dijo Rafir, con una sonrisa macabra en el rostro. —Deja de decir estupideces, sabes que lo que menos te alegra es verme, dime algo, ¿por qué te gusta recoger mis sobras —Rafir y Sarif gruñeron con fuerza, haciéndolo reír.—¡¡Eres un cretino!! —grito Sarif con fuerza, no estaba contenta con ser la tercera esposa de Rafir, eso no estaba entre sus planes, pero no le quedaba otra salda, quería venganza y solo a su lado la conseguiría. —Si bueno, eso jamás lo he negado, no soy como tú, yo sí, muestro lo que soy, no me escondo detrás de una falda de niña linda, sabiendo que soy una víbora descarada. —¡¡Te exigió respeto para mi esposa, Alan!! —el rey volvió a reír. —¿En serio?, no creo que lo merezca y de mi parte no lo tendrá, ahora
Sara observaba el móvil en su mano, estaba viendo el matrimonio del hombre que amaba, sin poder evitarlo, sollozo cuando Alan y Lucía se convirtieron en marido y mujer, a su lado escuchaba un fuerte estruendo que la hacía brincar. Aleja la mirada de su móvil para ponerla en Daría, que observaba el piso con las manos apretadas a sus lados, mientras los restos de vidrios adornaban el piso bajo sus pies.—Rompiste mi vaso —dijo Sara negando mientras ve a su amigo. —¿Cómo puedes estar tan tranquila? —No lo estoy, si no lo notaste estaba llorando, tampoco es fácil para mí, el hombre que amo se está casando con otra mujer, y si no lo recuerdas, ya no somos esposos —Daría gruño con fuerza. —Debí ir a impedir esa boda.—No, claro que no, es necesario que esto se haga.—¡¡No puedo ver a la mujer que amo, sufrir casándose con un maldito, solo porque quieren atrapar a tu maldito violador!! —Sara abrió los ojos y Daría maldijo al darse cuenta de lo que había hecho.— Lo siento, preciosa, no
Sara sollozó con fuerza en los brazos de su padre, no podía creer que en un segundo, había perdido a una persona importante para ella, y la otra estaba entre la vida y la muerte, ¿cómo había sucedido esto?, ¿por qué tenía que perseguirla las desgracias?—Cálmate, hija, sabes que esto te hace daño. —No puedo, papá, está muerto… Daria está muerto —Sara sollozo más fuerte, justo en el momento en el que apareció Azar por la puerta. Con el rostro preocupado, se acercó a ellos, tomo las manos de su mejor amigo y suspiro.—Lo siento mucho hermosa —Sara asintió —¿Qué se sabe? —Dicen que fue un conductor borracho que los embistió, pero cuando los estaban llevando a la ambulancia, una persona extraña pregunto por Sara. —¿Por qué? —indico Azar sorprendido por las palabras del hombre de edad. —Porque no fue un accidente, alguien quería matarme, pensaron que iba en ese carro con Daria y por mi culpa ahora él está muerto y mi mejor amiga está al borde de la muerte, también —dijo llorando con
Sara observó el ataúd de su mejor amiga descender por aquel estrecho y oscuro hoyo, tres días habían pasado y su mejor amiga no resistió la cirugía. Hoy, después de la despedida a su amigo, estaban haciendo lo mismo con su hermana, porque eso era para ella, y ahora tenía que verla partir para siempre. Ya no lloraba, ninguna lágrima caí de ella, le habían arrebatado todo, lo único que aún la tenía cuerda, era que su hija y parte de su familia, seguía con vida y pretendía que siguiera así por mucho tiempo. Sara alejó la mirada de la arena que tapaba el ataúd de su amiga cuando una presencia se acercó a ella. Alan estaba a su lado, sabía que su mujer no estaba bien y mucho menos su hermano, que se había convertido en estos días en un hombre frío y despiadado que quería acabar con la vida de las personas que mataron a su mujer, porque eso era para él. —Es hora de irnos, nena, nuestra hija nos espera —dijo Alan intentando tocarla, pero ella solo se alejó haciendo que su rechazo le doli
Un mes después.Sara se observó en el espejo, las cosas en este último tiempo habían cambiado mucho para todos, ella tuvo que tomar terapia muy seguida, más de lo que quisiera, la muerte de sus dos amigos había sido más doloroso que su incidente con ese hombre. Se observó en el espejo de su cuarto, sintiendo que las manos le sudan, hoy todos regresaran a Arabia, el nuevo inversionista de la empresa seria presentó, lo que nadie sabía es que ese inversionista es ella. —Te ves hermosa nena —sonrió observando a su mejor amigo, a través del espejo, Azar no los ha dejado, luego de pasar su duelo por la muerte de Mariana, regreso para estar al lado de las personas que amaba. —Gracias, estoy muriéndome de los nervios. —Lo sé, pero no tienes nada de que preocuparte, yo estaré contigo en todo momento, y tu padre también lo hará. Estaremos contigo en todo momento. —Lo sé, pero creo que me aterra más el tener que ver de nuevo a ese hombre —dijo ella temblando al recordar a Raft. —-Ese malna
Alan se apoderó de la boca de su mujer con fuerza, no podía soportar tenerla cerca de él y no saborear esa boca que lo tenía loco, el cual anhelaba con fuerza y pasión, ¿cómo no besarla?, poco a poco dejo que la pasión que tenía lo consumiera y tomara el ritmo que él necesitaba.—Alan… Detente —dijo ella entre besos, pero él parecía que no la escuchaba. —Alan… Volvió a repetir ella con fuerza y desespero, pero el aun así no respondió, el deseo lo estaba consumiendo, y las imágenes que tanto intento Sara reprimir regresaron con fuerza. —¡¡Alan, por favor, detente, no quiero!! —se alejó de él y de su cuerpo con rapidez, logrando que él reaccionara. —¿Qué? —Sara lo miro con miedo. —Te estaba diciendo… Que no quería —dijo ella con las manos temblorosas, desde que recordó lo que ese hombre le hizo, esto es pan de cada día para ella, cuando las imágenes la golpeaban. —Lo siento… Nena, estaba tan lleno de deseo por ti, que no pude escucharte. —Por favor, vete, quiero estar sola —ella n