Capítulo 30

Alan tuvo que dejar a su reina sola, uno de sus más grandes socios lo necesitaban y solo su mejor amiga era la única persona que acompañaba a Sara, ya que las demás estaban con Alan. Sara observa el lugar junto con su mejor amiga que no deja de estar fascinada por la hermosura de la vestimenta de las mujeres del lugar.

—Todos esos vestidos los podrás usar tú, ahora que serás reina —exclama a su amiga.

—Eso es lo que menos me importa ahora, Mariana, mira a tu izquierda, el hombre de negro no ha dejado de mirarme, y su forma de hacerlo no me agrada para nada —ella con disimulo mira el lugar que su amiga le señaló y en efecto, el hombre está mirando a Sara de una forma lujuriosa.

—Pues te informo que viene para acá, y no sé por qué lo hace, estamos solas y por lo que sé, no pueden acercarse a nosotras si no hay un hombre.

—Bueno, al parecer hay personas que se pasan esas reglas por donde no les da el sol —Mariana asiente.

Unos segundos después, el hombre del que hablan se acerca a e
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