IDRIS LYNCH—No me digas la misma estupidez que dicen todos —dijo Annie antes de sacudirse mi mano de su hombro—. Un «lo siento» no significa nada, no mejora nada, no me hace sentir mejor, no me hace olvidar lo que me hizo Ethan, no me quita las pesadillas de tenerlo encima de mí, jadeando como un animal, mientras lloro y peleo por escapar.»¡No hay nada en este jodido mundo que puedas decir que mejore las cosas! ¡Solo déjame en paz! ¡Disfruta de estar arriba, puedes vengarte por todo lo que te hice! ¡Este es tu momento, Idris! Ten por seguro que no pienso renunciar, me hagas lo que me hagas. Necesito ese dinero, necesito… cuidar de Zack.Con mano temblorosa busqué en mi bolso y saqué mi chequera, antes de que pudiera escribir una cifra q
EVAN LYNCH—¿No se supone que ella y tú son hermanos? ¿No los crió la misma madre? —preguntó Annie antes de lanzarme la USB que me había quitado.—No compartimos la misma sangre —contesté entre dientes.—Pues… legalmente son hermanos… ¿Cuánto tardarás en convencer al mundo de que su unión no es producto del incesto? Afectarías no solo a ella y su reputación, también a tus sobrinos. ¿Qué crees que les digan en la escuela? Esto no solo se trata de ti y tu obsesión enfermiza por ella, hay más personas a las que podrías lastimar.—Daño colateral… Un pequeño precio que no tengo problema en p
LIAM BLAKELo qué más temía era que la competencia robara el proyecto. No me importaba tener el reconocimiento, pero sí que esa sangre fuera gratuita de la misma manera en la que yo planeaba distribuirla. Si alguien decidía hacer dinero con ella, todos mis esfuerzos se irían a la mierda.—¡¿Cómo es eso posible?! ¡¿No estoy pagando por una seguridad impecable en todos nuestros sistemas?! —exclamé iracundo, tirando los papeles del escritorio—. ¿Cómo lograron evadir los candados?—Al parecer la información salió de una computadora de la compañía —agregó Clark con voz tenue, modulando su tono para no hacerme enojar más.
IDRIS LYNCH—Todos tienen la facultad de cambiar —agregó molesto el señor Thomas—. Entiendo que ha hecho mucho daño… pero solo te voy a decir algo, tiene derecho a una segunda oportunidad. Debes de aprender, Idris, que en la vida no hay nadie completamente bueno, ni malo. Nada es negro ni blanco, el mundo se compone de matices y si tú solo ves los extremos y te sientes con el valor de juzgar a los demás sin comprender el origen de sus males, entonces me das lástima, que triste ser tan inflexible e intolerante.—¡Claro! Cuando toleré las humillaciones de Liam, me convertí en una santa, una mártir, pero si intento defenderme… soy una inflexible e intolerante. Creo que usted también solo ve en blanco y negro —contesté llena de rencor.
LIAM BLAKEEsperé paciente al lado de la directora hasta que vi a Oliver caminar hacia nosotros, llevaba de la mano a la pequeña Lily, a la que se le iluminó la mirada en cuanto me vio. Alzó su manita, saludándome mientras me sonreía.—¡Señor triste! —exclamó con gran alegría, dando saltitos a mi alrededor como un pequeño conejito pelirrojo.—¿Señor Blake? —preguntó Oliver, confundido, pero con una sonrisa.—Has crecido bastante, Oliver… —contesté posando mi mano en su hombro. Conforme crecía se parecía tanto a mí, por lo menos físicamente.—Señ
LIAM BLAKE—¿Mi papá? —preguntó Lily sentada en el sillón, balanceando sus pies mientras parecía intentar comprender la noticia—. ¿Qué hace un papá?—Es como tener otra mamá… supongo —contestó Oliver frunciendo el ceño.—Tienes mucho trabajo que hacer —agregó mi abuelo dándome un par de palmadas en el brazo.—Me gustaría explicarles lo que es un buen padre, pero para mi mala suerte, yo tampoco sé qué es eso. —No mentía. Mi padre solo se la pasaba viajando y cuando estaba en casa, parecía que yo no existía a menos que tuviera ganas de darme una lección dolorosa que me traumara de por
IDRIS LYNCH—Soy hija de Tabata Lynch y la dueña de esa farmacéutica —dije con la frente en alto, queriendo mostrarme fuerte, como nunca me mostré frente a él—, y vine por mis hijos.—Son también mis hijos —contestó viéndome directo a los ojos, como si no me conociera.—¿También son tus hijos? —No pude evitar sonreír—. ¿Desde cuándo? ¿Tuve que morir para que te dieras cuenta de que también te necesitaban?Apretó las mandíbulas, conteniendo su furia. No estaba acostumbrado a que le hablaran así, y aunque me dolía el corazón, no estaba dispuesta a ceder. LIAM BLAKE—He decidido tomarme el día… —dije sentándome en el borde de la cama, junto a Oliver—. ¿Qué quieres hacer?Era un padre primerizo con un niño de diez y una niña de cinco. Mi contacto con niños pequeños había sido nulo y sinceramente no entendía muy bien qué más debía de hacer, aparte de cubrir sus necesidades básicas como comida, ropa y un techo.—¿Cuándo vendrá mamá? ¿Viviremos todos juntos? ¿Seremos una familia normal? —Con cada pregunta sus ojos se abrían cada vez más, así como mi boca se cerraba—. Eso es lo que quieres, ¿verdad?«Una familia normal&raquCapítulo 62: Un padre primerizo