AMBER — Hola, princesa Amber. Me alegro de que mi medicina te haya curado tan rápido – me dice y me ayuda a ponerme de pie. Conozco a Lisa desde que era una niña, pero nos hemos visto pocas veces. Me separo alerta, una mujer en la casa de mi macho no me gusta y menos una tan poderosa y hermosa. — No tienes que estar a la defensiva, solo soy amiga de Vincent, ambos administramos el negocio del Obsidar – me explica enseguida y la verdad es que suspiro aliviada y bajo algo mi hostilidad. — ¿Me curaste? — Sí, cuando llegué, Vincent estaba enloqueciendo, contigo agonizando entre sus brazos… creí… me costó mucho que te soltara y dejara de gritar como un demente llorando… Por suerte siempre ando con medicina poderosa y tú eres muy fuerte. Me dice y de imaginarme la escena siento que me desmorono de nuevo. Miro de nuevo a mis brazos y mis piernas, también bajo mi ropa, mi cuerpo aún no se recupera de las horribles cicatrices, sin contar el destrozo dentro. Cuánto debe haber sufrido…
AMBER — Se aparea con las mujeres de aquí… ¿verdad? — No, no con las mujeres de aquí, ni con las de tu Continente. Me confesó que se convierte en Artemis y en su forma de lobo van a las montañas y se aparea con lobas salvajes – me dice y me quedo algo asombrada. — Aquí hay lobas salvajes, Artemis se resiste siempre, piensa que igual te engaña, pero es la solución que encontraron mientras tanto. — Era eso, estar con mujeres bestias o ir a tu Continente y aparearse con una hembra de tu especie. — Entiendo – trago pensando en todos los sacrificios que ha tenido que hacer Vincent, por eso no lo dejaré ir jamás. No me rendiré. — Lisa, tú eres mayor que yo, con más experiencia, la verdad… estoy desesperada, no sé cómo conquistarlo, como mostrarle que podemos estar juntos. — ¿Y pueden estar juntos, princesa? ¿Puedes evitar que suceda lo que vi hoy? Porque créeme que la mente de tu mate no creo que aguante algo como eso de nuevo – me dice y me quedo sin palabras. No puedo prometer n
AIDANLa oscura frialdad de la montaña nos rodeaba mientras mi lobo de invierno y yo, nos internábamos más y más a través de los túneles tortuosos.Parecía que caminaba a ciegas, sin embargo, no era el caso.Una fuerte energía me llamaba a continuar en una dirección exacta.No solo a mí, Theo y Vlad, mi lobo Alfa espiritual, estaban nerviosos y me incitaban a apurarme.“Aidan, hay olores extraños delante, pero uno en particular es… delicioso” la voz lobuna de Vlad me advirtió.Prácticamente, corrí, seguido de cerca por Theo.“Aidan, hay magia oscura agresiva, ¡protégete!” Theo me advirtió también en la mente.Puede hablar como los humanos, ni siquiera el lobo del Druida puede hacerlo y estoy muy orgulloso de él.El pasillo oscuro era demasiado estrecho. A penas y nos dejaba pasar uno detrás del otro. Sonidos raros y unas luces nos indicaban el final, cuando pude pasar mi enorme cuerpo raspándome con las ásperas rocas.Llegué a una enorme caverna y entonces lo vi, abajo, desde mi posi
ISABELLADesde que tengo memoria, el tocar a otra persona significaba mucho dolor para mí.Si tenía suerte absorbía buenas memorias, pero mi suerte nunca ha sido muy buena y la maldad, tiene predilección por mi alma.Cualquiera pensaría que ser la heredera del trono de los Hechiceros, poderosa desde la cuna, portadora de una increíble magia, sería genial, sin embargo, para mí, ha sido solo una maldición.He tenido que vivir sufrimientos ajenos, todo tipo de sentimientos negativos y actos crueles, que no me pertenecen.Llevo más de 20 años lejos de mi casa, de mis seres queridos, a los únicos que puedo tocar sin absorber sus más intensas memorias, gracias a que mi padre era más poderoso que yo y les hizo un hechizo también a mi madre y a mi hermana mayor.Vagué buscando el sitio ideal para meditar, experimentar y avanzar.Luché como una demente subiendo de nivel, desgarrándome por dentro una y otra vez, reinventando cada una de mis células.El trueno interno destruyendo, para luego ren
ISABELLASu enorme cuerpo haciéndome sentir pequeña a pesar de ser una mujer considerada como alta, comparada con él, era una cosita diminuta.Me cargó como si nada, sentándome de lado sobre sus muslos.¡Estábamos casi desnudos!, debajo de mi camisa, la brisa abanicaba mi trasero.¿Tendría que resistirme, cierto?— E… Espera ¿qué vas a hacer? ¿Por qué te hieres?Lo detengo agarrando su mano cuando veo una mortal garra saliendo de su dedo y apuntando a su pecho.— Necesitas tomar de mi sangre, contiene magia que te ayudará – su aliento frío cae abanicando en mi rostro y me muerdo el labio inferior, dubitativa.— ¿Sangre? Podemos intercambiar magia de otras maneras – le digo— ¿De qué maneras? – su mano abraza mi cintura y me pega más a él, poniéndome sumamente nerviosa— Escuché que mediante el apareamiento los brujos intercambian su magia, pero ahora mismo tu cuerpo está demasiado débil, no creo que pueda aparearme contigo, por mucho que lo esté deseando.Dice directo, con voz baja y
AMBER “Valentine, yo… no estoy muy segura de esto. O sea, este vestido parece como dos tallas menores a la mía” Me estoy mirando en el espejo de cuerpo entero, en la habitación donde me quedo como invitada de la familia real de Hechiceros. Todo aquí está confeccionado a lo grande, en dorado, costoso y glamuroso, como este vestido rojo, azul y negro que llevo. Es precioso, pero demasiado atrevido para mi gusto personal. Lisa me dijo que las hechiceras jóvenes se vestían así, eran seguras y sofisticadas. Capas y capas vaporosas de satín rojo caen sobre mis botines de cuero negro que llevo hasta las rodillas, un apretado corsé en azul marino define sensual mi estrecha cintura y hasta ahí podría aceptarlo, pero lo peor viene encima. Unas mangas abullonadas de tul semitransparentes cubren mis brazos, pero en el área del pecho, solo llevo unas copas de satín y encaje en rojo, sujetas en el medio por un precioso broche y me tapan… prácticamente nada. Toc, toc, toc. Alguien toca a la
AMBER— No tienes que hacer nada, no quieres el derecho de hacer nada, ¿acaso no me pediste que me buscara un hombre poderoso para mi celo? Hay muchos hechiceros poderosos en esta fiesta, solo sigo tu consejo.Le respondo a pesar de que sé que solo nos estamos enterrando puñales en nuestros corazones, él lo eligió así.— Gírate Amber ¡he dicho que te gires! – me ruge y lo hago, lo enfrento.Tiene las dos manos sobre mi cabeza y pegadas a la puerta, estoy completamente dominada por su presencia y su enorme cuerpo.Subo la mirada para enfrentar sus oscuros y profundos ojos, voy lista para discutir, pero Vincent me desarma como siempre.Se inclina bajando su cabeza y pega su frente a la mía.Nuestras respiraciones se entrelazan, sus feromonas nublan mis sentidos y derrumban los pocos escudos que he logrado levantar.— Bebé, por favor te lo suplico, me iré de tu vida después de esta maldit4 fiesta, serás libre para elegir, aceptaré tu rechazo cuando quieras, pero no frente a mí, Amber – s
VINCENT — Disculpe, le pregunté a la Princesa Amber y es de ella que espero una respuesta, no de su… cuidador – me dice el niño mimado rubio frente a mí y corre por mi espalda las ganas de bestializarme en el acto y mostrarle quien es el maldit0 cuidador. “¡Soy su hombre, idiota, su macho! ¡Ella es mía!” Quiero rugirle, pero me clavo las garras en la mano, perforando los guantes, hasta oler la sangre y sentir el dolor, para salir de mi estado de violencia. — Me importa una m****a… — Voy a dar un paso adelante, cuando una pequeña mano en la muñeca me detiene, interrumpiéndome. — No deseo bailar, gracias, pero creo que hay otras mujeres disponibles – escucho la voz indiferente de Amber a mi espalda. El tipejo se va molesto, pero mi aura asesina no disminuye y miro a los ojos de todos lo que piensan en intentarlo, dándoles una clara advertencia. Aquí la mayoría me conoce, incluso muchos han intentado contactarme para que les haga trabajos privados con el Obsidar. Los mejores artil