AMBER “Valentine, yo… no estoy muy segura de esto. O sea, este vestido parece como dos tallas menores a la mía” Me estoy mirando en el espejo de cuerpo entero, en la habitación donde me quedo como invitada de la familia real de Hechiceros. Todo aquí está confeccionado a lo grande, en dorado, costoso y glamuroso, como este vestido rojo, azul y negro que llevo. Es precioso, pero demasiado atrevido para mi gusto personal. Lisa me dijo que las hechiceras jóvenes se vestían así, eran seguras y sofisticadas. Capas y capas vaporosas de satín rojo caen sobre mis botines de cuero negro que llevo hasta las rodillas, un apretado corsé en azul marino define sensual mi estrecha cintura y hasta ahí podría aceptarlo, pero lo peor viene encima. Unas mangas abullonadas de tul semitransparentes cubren mis brazos, pero en el área del pecho, solo llevo unas copas de satín y encaje en rojo, sujetas en el medio por un precioso broche y me tapan… prácticamente nada. Toc, toc, toc. Alguien toca a la
AMBER— No tienes que hacer nada, no quieres el derecho de hacer nada, ¿acaso no me pediste que me buscara un hombre poderoso para mi celo? Hay muchos hechiceros poderosos en esta fiesta, solo sigo tu consejo.Le respondo a pesar de que sé que solo nos estamos enterrando puñales en nuestros corazones, él lo eligió así.— Gírate Amber ¡he dicho que te gires! – me ruge y lo hago, lo enfrento.Tiene las dos manos sobre mi cabeza y pegadas a la puerta, estoy completamente dominada por su presencia y su enorme cuerpo.Subo la mirada para enfrentar sus oscuros y profundos ojos, voy lista para discutir, pero Vincent me desarma como siempre.Se inclina bajando su cabeza y pega su frente a la mía.Nuestras respiraciones se entrelazan, sus feromonas nublan mis sentidos y derrumban los pocos escudos que he logrado levantar.— Bebé, por favor te lo suplico, me iré de tu vida después de esta maldit4 fiesta, serás libre para elegir, aceptaré tu rechazo cuando quieras, pero no frente a mí, Amber – s
VINCENT — Disculpe, le pregunté a la Princesa Amber y es de ella que espero una respuesta, no de su… cuidador – me dice el niño mimado rubio frente a mí y corre por mi espalda las ganas de bestializarme en el acto y mostrarle quien es el maldit0 cuidador. “¡Soy su hombre, idiota, su macho! ¡Ella es mía!” Quiero rugirle, pero me clavo las garras en la mano, perforando los guantes, hasta oler la sangre y sentir el dolor, para salir de mi estado de violencia. — Me importa una m****a… — Voy a dar un paso adelante, cuando una pequeña mano en la muñeca me detiene, interrumpiéndome. — No deseo bailar, gracias, pero creo que hay otras mujeres disponibles – escucho la voz indiferente de Amber a mi espalda. El tipejo se va molesto, pero mi aura asesina no disminuye y miro a los ojos de todos lo que piensan en intentarlo, dándoles una clara advertencia. Aquí la mayoría me conoce, incluso muchos han intentado contactarme para que les haga trabajos privados con el Obsidar. Los mejores artil
VINCENT — Cada hechizo de magia tiene un dueño, la persona que lo conjuró deja parte de su magia en él, para poder controlarlo, rastrearlo, reconocerlo. — Silvana impregnó todo su resentimiento, su odio, su última fuerza vital dentro de la semilla devoradora que tienes en tu alma – la princesa Isabella me explicó. — Por eso no entiendo, ¿para qué quería conservar esa cosa oscura? Lo que deseo es eliminarlo para no hacerle daño a Amber – respondo lo obvio. — He aprendido de sus razas por lo que me ha dicho Aidan – me dijo sentada sobre el regazo de su compañero — Supongamos que elimino lo que puede controlar las llamas de tu mate, ¿cómo lo harás para estar cerca de ella, en sus celos, en sus relaciones íntimas? — Tengo entendido que se prenden en llamas, literal, entonces, ¿posees algún truco para convertirte en un Hombre de Invierno? Me pregunta y me quedo en silencio. Por supuesto que no tengo ningún truco, si no, no estaría aquí dispuesto a todo. — Incluso experimentamos c
VINCENT Samantha llenaba mi cabeza de cuestiones, que aunque en ese instante consideré muy acertadas, luego descubrí que no eran mi problema. Confundí mis propios deseos y sueños, con los de mi amigo y Alfa. Las prioridades de Cedrick habían cambiado y yo no supe comprenderlo. Me dejé manipular por la conveniencia de esa mujer. — No te puedo ayudar a hablar con Raven – le dije lo que había soñado tantas veces con responder en esa ocasión. — Pero… sé que eres amigo de Cedrick, mi padre puede apoyarlo. Entiende que nadie querrá a una Centuria de Reina. Cedrick hundirá sus sueños en el lodo por una obsesión – me dijo ansiosa por convencerme. La miré detalladamente. Isabella me advirtió que mis recuerdos eran parte realidad y parte mis propios deseos distorsionados, que aquí tenía el control de mis decisiones, pero que tuviese mucho cuidado. Dentro de ellos también se ocultaba la sombra de Silvana, agazapada, tejiendo trampas, esperando a engañarme. Entrar en mi mente era peligr
VINCENTDebería estar en mi mundo ideal, al fin conseguí lo que siempre había deseado.Una compañera para mí, alguien que llenara mi alma solitaria.Sin embargo, me sentía más vacío que nunca.Liberamos a la manada de Clárens y la llevé conmigo al castillo, esta noche la haría mía poniendo mi marca en su cuello.Sus manos tocaban mi cuerpo y su boca besaba mi cuello.La habitación debería sentirse caliente y excitante, pero parecía una caverna fría para mí.— Vincent, me encantas mi lobo – gime en mi pecho y se aleja para comenzar a desvestirse.Es una mujer hermosa, pero mientras la veo, solo puedo pensar en que me gustaría que su cabello fuese rojo fuego, sus ojos azules seductores, su boca más sensual y atrevida.Bajo la mirada y esos no son los enormes senos que me la ponen bien dura y muero por ahogarme entre ellos, la piel de su vientre no es tan blanca y suave.Su coño no me enloquece y domina al punto de correrme solo con imaginarlo abierto para mí.¿Quién es la mujer que vive
NARRADORAA Vincent no le gustaba el contacto con nadie, eso era lo normal, solo cierta loba pelirroja podía babosearlo como quisiera.— Respondiendo a tu pregunta, supongo que la prueba de fuego sería estar cerca de tu compañera y si puedes absorber sus llamas sin dañarla, entonces eres el dueño de la flor devoradora – Isabella se levantó estirando la falda de su vestido. — Creo que fue menos dramático de lo que pensamos.— Probaremos entonces luego, solo puedo decir gracias – Vincent se inclinó ante ellos – No importa si funcionó o no, agradezco su ayuda.— Para eso somos familia, descansa Vincent, creo que ya la pesadilla pasó – Aidan le dijo llevándolo a la puerta.Vincent se veía agotado física y mentalmente, dio su espalda y ya estaba cerca de la puerta.Sus ojos oscuros miraban el picaporte y de repente una sonrisa astuta se dibujó en la comisura de su boca.Había valido la pena esperar, este era solo el comienzo, escaparía y se escondería para regenerar su poder.Estos idiota
NARRADORAUna hermosa rosa negra en el medio de la habitación, nada que ver con la imagen horrible que siempre había mostrado.Este, era el hechizo original, no contaminado con la maldición de Silvana, ni con magia negra.Parecía una victoria, los ataques cesaron y la puerta se cerró con fuerza detrás de su espalda, sin embargo, un último obstáculo lo detenía.Miró el agujero gigante frente a sus botas, que abarcaba casi todo el suelo de la habitación.Solo había un pequeño quicio que era donde estaba parado y luego, un precipicio negro, una caída infinita y en el medio de esa trampa mortal, flotaba el poder del cual, el Beta quería ser el dueño.— No puedo tenerlo fácil, ¿verdad? Alguien me debe odiar con muchas fuerzas – suspiró con sarcasmo.Se guardó las dagas en los laterales de las botas de cuero y calculó la distancia.Era mucha y parecía casi imposible.— Tú serás mía, maldit4 flor, porque voy a tener a mi mate en mis brazos y nadie más me impedirá mi felicidad.Declaró entre