NARRADORA El Drakmor no era tan tonto como para quedarse en la misma cueva donde nació.Este sitio ya no era seguro, así que asesinaría a este cachorro y luego buscaría otra guarida.Era un depredador superior, podría sobrevivir.Pero nunca contó, conque solo había logrado la ventaja debido al factor sorpresa.— ¡Suéltame, suéltame, bicho feo! Aidan le gritó encolerizado y adolorido, dándole golpes con sus pequeños puños.— ¡Theo!Su magia de invierno rodeó su cuerpo chisporroteando e hiriendo las escamas del joven Drakmor que no eran aún tan duras como las de sus padres.— ¡Aaagggr! – gruñó con dolor, desequilibrándose y tropezando con un tronco.Cayeron rodando por la tierra en medio de un pequeño claro entre árboles gigantescos.El sol de la mañana ya colándose entre las hojas.Cuando el Drakmor reaccionó, moviendo la cabeza para despejarse de la descarga de magia fría, se dio cuenta de que había soltado el agarre sobre el cachorro.Se levantó enseguida buscándolo, pero lo encont
NARRADORA“¡Zeraphina o vienes ahora mismo o te voy a buscar! ¡¡Aléjate de ese cachorro raro!!”Su madre le rugía, ¡pero no era ella quién no quería irse!“¡Aahh niño lindo, ya suéltame o te voy a morder! ¡Mi madre está muy enojada, piensa que me quieres hacer daño!, ¿sí? ¡Sé un buen cachorro y déjame ir!”Zeraphina quería llorar sin lágrimas.Se removía entre los brazos de Aidan que la tenía cargada como a una mascota gatuna.Zeraphina era fuerte, pero no quería hacerle daño, entendía que él solo la estaba queriendo proteger, que no comprendía nada de la situación y realmente, ese era el caso. Aidan estaba entrando en pánico.Solo veía a un grupo de monstruos peludos, con grandes caninos afuera, gruñéndole y encerrándolo en un círculo, que cada vez se volvía más y más cerrado.Sobre todo, una diferente a las demás, más grande y agresiva, de color blanco.Miraba frenético por donde escapar, salir corriendo y en eso, un olor conocido dio en su nariz haciéndolo suspirar de alivio.Ilia
NARRADORACedrick fue el único que se convirtió en humano, pero era igual que sus machos, de hecho, se veía fuerte y heroico, con muy buena genética para el apareamiento, solo que no tenía las características orejas o colas de su animal.— ¿Ustedes asesinaron a los Drakmor adultos en la cueva? ¿Cómo lo hicieron? Esa, era una de las cosas que más deseaba saber Ilia.— Con nuestro poder, por supuesto, les tendimos una trampa cuando pasaron a nuestro Continente a través de su cueva – Cedrick le respondió— ¿Dónde están sus machos?— Nosotras…— ¡Su majestad, los hombres cuervos vienen en esta dirección! De repente, la centinela se bajó de uno de los árboles cercanos y le avisó con premura.— ¿En esta dirección? Pensé que no buscarían tan lejos, ¡maldici0n!, ¡¿ahora dónde nos escondemos?! – comenzaron a entrar en pánico.Desconocían este territorio y solo se acercaron tanto a la guarida de los Drakmor movidas por la desesperación y escapando precisamente de los espías del actual Rey.Ce
NARRADORA“Su majestad, sé muy bien que lo hizo porque usted es un buen lobo, sin embargo, espero que esté preparado para asumir las consecuencias”Dalila se acercó a Cedrick mientras se internaban en la oscura caverna de camino al pantano.“¿Consecuencias? ¿De qué me habla Sacerdotisa?”Cedrick de verdad que no entendía nada, solo tenía en su mente el cómo arreglar este embrollo.“¿Quiere que le dé con mi bastón, a ver si reinicia el pensamiento? Un golpecito nada más… venga”Cedrick se apartó con rapidez a un lado, mirándola con precaución. Ese bastoncito parecía inofensivo, pero dejaba unos chichones dolorosos que no veas.“Uf, los hombres, ya sea un Rey, un Druida o un salvaje, todos son igual de tontos. Majestad, lleva a un grupo de hermosas mujeres, leonas o lo que sea, que parecen solteras, a los dominios de los Hombres Lobos”“Ahora me alegro de haber emparejado a casi todas mis Centurias con los Hombres de Invierno, o estaría seriamente preocupada. Me pregunto, ¿qué dirá la
NARRADORACuanta injusticia, el Rey de un Reino, el Alfa que más meaba y ni siquiera era el jefe en su propia casa.Al final, intentó dormir en un cuarto de invitados, con Eamon ladrándole como un perro salvaje en la mente y extrañando el suave cuerpo de su hembra debajo de él.*****— Necesitamos ayuda para rescatar a nuestros machos.Fue lo primero que dijo Ilia en el Concilio del trono al otro día.Sentía la hostilidad cruda por todos lados, estaban algo incómodas y se había demorado demasiado en aclarar lo más importante.— No somos leonas solteras, todas estamos emparejadas, pensé que podían oler las advertencias en nuestros cuerpos, pero claro, olvidé que ustedes no están familiarizados con nuestras costumbres y feromonas – dijo delante de los dos monarcas sentados en el trono.Pero sus ojos de felina, miraban a los lobunos de Raven.El mensaje era claro, no quiero a tu hombre, ni a ninguno otro de tu reino.El suspiro de Cedrick casi se pudo escuchar en el salón.— ¿Por qué ten
NARRADORA— Los Hechiceros también le tienen respeto a los Drakmor y solo los Hombres Bestias más fuertes tienen el poder de extraer el Obsidar. — Es un mineral muy agresivo en su estado bruto, que consume la energía vital de quienes lo extraen, incluso de los Hombres Bestias. ¿Para qué desgastarse ellos si nos pueden utilizar de esclavos?Le dijo preocupada.— Mi tío – agregó entre dientes — no sé cómo lo logró, pero él puede controlar al Alfa de los Drakmor, el que los lidera. Así que entra y sale como quiere de la montaña, los tiene bajo su control.— Reina Ilia, nos ha contado todo esto, pero díganos, ¿dónde están sus machos? ¿Cómo los podemos rescatar? – Raven le preguntó al final.Tenía que admitir que su hostilidad había bajado mucho con esta mujer.— Ellos… cuando vieron la rebelión y que íbamos a perder, se quedaron atrás, para que pudiésemos escapar las hembras con los cachorros. — Lo supe después. Los daba por perdidos, pero no… están en la Montaña del Dios Bestia, como
NARRADORALa armadura de escamas, más suave en la barriga, de repente fue abierta.Un líquido sanguinolento y amarillo salió, bajando poco a poco por el vientre de la Drakmor y después, las garras de un pequeño Drakmor.Aidan estaba muy concentrado, sus manos intentando zafar solo una escama y era difícil, cuando el líquido viscoso y maloliente se escurrió embarrando sus dedos.— ¿Qué es esto? Se preguntó en voz baja mirándose con algo de asco, pero al levantar la cabeza, lo que vio a solo centímetros de su rostro, casi lo hace caer desmayado.Los ojos rojos de la pequeña bestia lo estaban mirando fijamente.Un gruñido bajo salió de la boca plagada de dientes puntiagudos y mortales. Las crías Drakmor, nacían listas para sobrevivir y luchar en un duro ambiente.Aidan se olvidó hasta de gritar por ayuda.Se quedaron observándose por unos segundos, en los que el Drakmor parpadeaba, comprendiendo quién era esa linda criatura delante de él.Según la herencia en sus genes, la primera pers
NARRADORA— ¡Aaron, congela a ese bicho, pero ya! – Dalila gritó enojada.— ¡NO! – Aidan reaccionó, levantándose y agarrando en el desespero al pequeño Drakmor contra su pecho.— Aidan ¿qué haces?, ¡aléjate de ese bicho asesino!Raven iba a sacar su lobo de fuego, aunque sabía que contra esas criaturas, las llamas eran ineficaces.— ¡No, no le hagan daño, él es bueno, es un buen chico! ¡Mamá, papá, él es bueno, no me ha hecho nada!Aidan llevaba al feo Drakmor pegado a él protegiéndolo, a la vez que el Drakmor les seguía advirtiendo con siseos amenazantes, que no se acercaran a su madre o se los comería.Entonces se congeló la atmósfera.¿Qué tipo de situación loca era esta?*****— Según lo que nos contó Aidan. Parece que la criatura sobrevivió a la muerte de la Drakmor y lo reconoce como su familia.De verdad que eran duros esos bichos.Dalila hizo su conclusión un rato después, con los ánimos más calmados.Todos salieron de donde estaba el cadáver de la Drakmor, no fuera a estimula