NARRADORA— ¿Quieres decir…? Aaron abrió mucho los ojos mirando hacia el Drakmor que rugía y luchaba contra la magia de hielo y la prisión del pantano. — ¡Es genial, simplemente genial, creo que puede funcionar!— ¿Qué rayos me perdí? – Hakon no entendía nada.— ¡Ya verás, ya verás! – el Druida se fue emocionando a buscar las parejas de mates.La fusión de hielo y fuego solo funcionaría con las parejas destinadas.Les explicó con rapidez a las parejas de Centurias y Hombres de Invierno, que enseguida se pusieron manos a la obra.Disimularon lo mejor que pudieron, enmascarando su objetivo final.El enorme Drakmor, ya veía la victoria a su alcance, cuando sacara sus garras, se iban a enterar.No más misericordia, ni juegos.Había subestimado a estas estúpidas presas y no se imaginaba cuanto.— ¡¡Ahora Hakon!! Cedrick le gritó al Alfa del pantano y soltaron las lianas que apresaban las trampas de troncos.Desde los árboles, alrededor del Drakmor, varios enormes troncos de árboles, com
NARRADORA El Druida lo detuvo de repente y Cedrick asintió, alejándose al fin. Aaron se quedó con los ojos cerrados, intentando tranquilizar su respiración. En realidad, no había dicho nada, pero si estuvo en peligro real de morir, había forzado su magia una y otra vez a sus límites. Además de compartirla con todos los Hombres de Invierno para hacerlos más poderosos. El poder se volvía inestable y atacaba sus órganos internos y su corazón. Ya estaba un poco anciano para jugar al héroe. Se limpió la comisura de la boca por donde escurría algo de sangre. Disimuló para no alertar a nadie, pero alguien se metía con insistencia en su pensamiento. No deseaba preocuparla, se recompuso lo mejor que pudo y le respondió a su hermosa mate cascarrabias. “¡Aaron!, ¿estás bien? ¡Escuchamos varios rugidos! ¿Vencieron?” Dalila le habló desesperada. Esperaba en los lindes del pantano con más Centurias, Hombres de Invierno y guerreros mezclados de todos lados. Eran la última def
NARRADORA— ¡Cedrick! Raven abrazó a su Rey, soltando al fin el nudo en su corazón.Cedrick se había lavado un poco de la sangre que cubría su cuerpo y sus manos.— Estoy lleno de suciedad, amor, espera, no quiero que te llenes de toda esta escoria.Le dijo besando su cabello y hundiendo la nariz en la curva de cuello, aspirando el delicioso aroma de su mate.Ella y sus cachorros eran la mayor motivación en su alma, su motor impulsor, mucho más que su deber como Rey. Ellos eran su mundo.— No importa, no importa, gracias por cumplir con tu promesa y regresar a salvo. Gracias a la Diosa.Raven se separó de su pecho y lo tomó de las mejillas, mirándolo con los ojos llenos de lágrimas y amor.Cedrick bajó su frente y la unió a la de su pequeña compañera.— No tengas miedo mi hermosa loba, nunca más te dejaré sola con los cachorros, jamás – le susurró besando la punta de su nariz.— ¡Papá! Aidan había regresado de nuevo a su lado después de darle una vuelta a los “abuelitos”.Cedrick s
NARRADORACedrick giró la cabeza a su cachorro que llevaba cargado. Sus ojos azules brillantes lo miraban.A veces olvidaba lo poderoso que era su pequeño.— No sé, preguntemos al Druida, ¿sí? No quiero que te hagas daño – y caminaron hacia Dalila que atendía a su mate.Por supuesto, de manera provisional, Aidan sí podía sellar la pared, incluso sin utilizar a Theo.— Yo iré contigo para guiarte.Dalila le dijo y así, partió un pequeño grupo hacia la isla del centro.Raven los vio irse en la barca.Se quedó a dirigir de este lado porque quedaban muchas cosas que organizar.Su ceño fruncido, había algo que la inquietaba, no sabía si era lo de Vincent o qué, pero este pantano la ponía nerviosa por alguna razón.*****Cuando llegaron a la isla en el corazón del pantano, donde habían acabado con la vida de la Drakmor hembra, todo estaba hecho un desastre.— Hakon, quédate aquí a cuidar de Dalila y el príncipe, te los encargo.— Los protegeré con mi vida - prometió al Rey.Cedrick y algun
NARRADORA El Drakmor no era tan tonto como para quedarse en la misma cueva donde nació.Este sitio ya no era seguro, así que asesinaría a este cachorro y luego buscaría otra guarida.Era un depredador superior, podría sobrevivir.Pero nunca contó, conque solo había logrado la ventaja debido al factor sorpresa.— ¡Suéltame, suéltame, bicho feo! Aidan le gritó encolerizado y adolorido, dándole golpes con sus pequeños puños.— ¡Theo!Su magia de invierno rodeó su cuerpo chisporroteando e hiriendo las escamas del joven Drakmor que no eran aún tan duras como las de sus padres.— ¡Aaagggr! – gruñó con dolor, desequilibrándose y tropezando con un tronco.Cayeron rodando por la tierra en medio de un pequeño claro entre árboles gigantescos.El sol de la mañana ya colándose entre las hojas.Cuando el Drakmor reaccionó, moviendo la cabeza para despejarse de la descarga de magia fría, se dio cuenta de que había soltado el agarre sobre el cachorro.Se levantó enseguida buscándolo, pero lo encont
NARRADORA“¡Zeraphina o vienes ahora mismo o te voy a buscar! ¡¡Aléjate de ese cachorro raro!!”Su madre le rugía, ¡pero no era ella quién no quería irse!“¡Aahh niño lindo, ya suéltame o te voy a morder! ¡Mi madre está muy enojada, piensa que me quieres hacer daño!, ¿sí? ¡Sé un buen cachorro y déjame ir!”Zeraphina quería llorar sin lágrimas.Se removía entre los brazos de Aidan que la tenía cargada como a una mascota gatuna.Zeraphina era fuerte, pero no quería hacerle daño, entendía que él solo la estaba queriendo proteger, que no comprendía nada de la situación y realmente, ese era el caso. Aidan estaba entrando en pánico.Solo veía a un grupo de monstruos peludos, con grandes caninos afuera, gruñéndole y encerrándolo en un círculo, que cada vez se volvía más y más cerrado.Sobre todo, una diferente a las demás, más grande y agresiva, de color blanco.Miraba frenético por donde escapar, salir corriendo y en eso, un olor conocido dio en su nariz haciéndolo suspirar de alivio.Ilia
NARRADORACedrick fue el único que se convirtió en humano, pero era igual que sus machos, de hecho, se veía fuerte y heroico, con muy buena genética para el apareamiento, solo que no tenía las características orejas o colas de su animal.— ¿Ustedes asesinaron a los Drakmor adultos en la cueva? ¿Cómo lo hicieron? Esa, era una de las cosas que más deseaba saber Ilia.— Con nuestro poder, por supuesto, les tendimos una trampa cuando pasaron a nuestro Continente a través de su cueva – Cedrick le respondió— ¿Dónde están sus machos?— Nosotras…— ¡Su majestad, los hombres cuervos vienen en esta dirección! De repente, la centinela se bajó de uno de los árboles cercanos y le avisó con premura.— ¿En esta dirección? Pensé que no buscarían tan lejos, ¡maldici0n!, ¡¿ahora dónde nos escondemos?! – comenzaron a entrar en pánico.Desconocían este territorio y solo se acercaron tanto a la guarida de los Drakmor movidas por la desesperación y escapando precisamente de los espías del actual Rey.Ce
NARRADORA“Su majestad, sé muy bien que lo hizo porque usted es un buen lobo, sin embargo, espero que esté preparado para asumir las consecuencias”Dalila se acercó a Cedrick mientras se internaban en la oscura caverna de camino al pantano.“¿Consecuencias? ¿De qué me habla Sacerdotisa?”Cedrick de verdad que no entendía nada, solo tenía en su mente el cómo arreglar este embrollo.“¿Quiere que le dé con mi bastón, a ver si reinicia el pensamiento? Un golpecito nada más… venga”Cedrick se apartó con rapidez a un lado, mirándola con precaución. Ese bastoncito parecía inofensivo, pero dejaba unos chichones dolorosos que no veas.“Uf, los hombres, ya sea un Rey, un Druida o un salvaje, todos son igual de tontos. Majestad, lleva a un grupo de hermosas mujeres, leonas o lo que sea, que parecen solteras, a los dominios de los Hombres Lobos”“Ahora me alegro de haber emparejado a casi todas mis Centurias con los Hombres de Invierno, o estaría seriamente preocupada. Me pregunto, ¿qué dirá la