NARRADORA Un enorme depredador Drakmor sacó su enorme cabeza por fuera de la gruta cavernosa, la oscuridad invadía el pantano. Sus ojos rojos escarlatas observaban los alrededores, buscaban las fuentes de vida, olfateaban el aire. Salió con precaución de la cueva, caminando sobre sus cuatro poderosas patas llenas de afiladas garras, y detrás de él, una hembra Drakmor, más pequeña, lo siguió. Habían pasado años luchando contra esa barrera de hielo, sabían muy bien que detrás se encontraba una suculenta comida. ¿Por qué se cayó de repente? No eran tontos, sospechaban de alguna emboscada, pero no tenían miedo. Su fuerte armadura de escamas no podía ser atravesada, así como así. Avanzaron internándose entre la alta hierba, caminando hacia las aguas pantanosas menos profundas. Ni siquiera el sonido de los animales se escuchaba, toda la vida parecía haber muerto, sin embargo, la brisa trajo el aroma de la presa, estaban en una isla cerca, tal vez desprevenida y durmiendo. «Ssshhh»
NARRADORAEl rugido de dolor se escuchó de macho Drakmor al ser herido por las puntiagudas y afiladas extremidades de hielo, que lograron perforar al fin algunas escamas de la armadura.“¡¡No se queden paradas como tontas, huyan a un sitio seguro, eso solo lo detendrá por un segundo!!”Aaron les gritó en la mente y las Centurias entonces reaccionaron para escapar, saltando a otras ramas cercanas.El enorme Alfa del Pantano aterrizó también en la isla más próxima, soltando a Alondra.Estaba asustada y herida en la pierna, más por los caninos que Hakon que por otra cosa, pero al menos estaba viva y esa mordida no fue nada comparado a lo que le iba a suceder.“¡No puedo perderlas a ninguna de ustedes chicas o su Beta no me lo perdonará! ¡Cúbranse bien las espaldas, no salten de frente al peligro!”Hakon les ordenó en la mente y las Centurias le agradecieron desde el fondo de su corazón.El Drakmor macho se enojó y mucho.Mordió con fuerza las afiladas espinas de hielo, para perseguir a s
NARRADORACedrick exclamó y Eamon dio un salto en el aire sobre la gigantesca y oscura cabeza llena de pequeñas púas duras.Cedrick se transformó en su forma humana y una poderosa espada de hielo, reflejando luz azul mágica, fue lanzada por Vincent desde abajo.Como en cámara lenta, todos vieron la heroica escena.El poderoso cuerpo de dos metros del Rey Alfa, empuñando la afilada espada hacia abajo y clavándola con todas sus fuerzas por detrás del cuello de la hembra Drakmor que lanzó un rugido ensordecedor.Todos los músculos de Cedrick en tensión, moviendo frenético la mitad de su sangre que contenía la magia de invierno, para reforzar la espada y atravesar la barrera de escamas.La temperatura congelada a su alrededor y escarcha cubriendo todo su cuerpo.Sus ojos azules fulguraban peligrosos y mortales, su cabello blanco revoloteaba con chisporroteantes ventiscas.Sabía que solo tenía un chance o moriría en el intento.La hembra se movió con brusquedad, queriendo quitarse el pelig
NARRADORA— ¿Quieres decir…? Aaron abrió mucho los ojos mirando hacia el Drakmor que rugía y luchaba contra la magia de hielo y la prisión del pantano. — ¡Es genial, simplemente genial, creo que puede funcionar!— ¿Qué rayos me perdí? – Hakon no entendía nada.— ¡Ya verás, ya verás! – el Druida se fue emocionando a buscar las parejas de mates.La fusión de hielo y fuego solo funcionaría con las parejas destinadas.Les explicó con rapidez a las parejas de Centurias y Hombres de Invierno, que enseguida se pusieron manos a la obra.Disimularon lo mejor que pudieron, enmascarando su objetivo final.El enorme Drakmor, ya veía la victoria a su alcance, cuando sacara sus garras, se iban a enterar.No más misericordia, ni juegos.Había subestimado a estas estúpidas presas y no se imaginaba cuanto.— ¡¡Ahora Hakon!! Cedrick le gritó al Alfa del pantano y soltaron las lianas que apresaban las trampas de troncos.Desde los árboles, alrededor del Drakmor, varios enormes troncos de árboles, com
NARRADORA El Druida lo detuvo de repente y Cedrick asintió, alejándose al fin. Aaron se quedó con los ojos cerrados, intentando tranquilizar su respiración. En realidad, no había dicho nada, pero si estuvo en peligro real de morir, había forzado su magia una y otra vez a sus límites. Además de compartirla con todos los Hombres de Invierno para hacerlos más poderosos. El poder se volvía inestable y atacaba sus órganos internos y su corazón. Ya estaba un poco anciano para jugar al héroe. Se limpió la comisura de la boca por donde escurría algo de sangre. Disimuló para no alertar a nadie, pero alguien se metía con insistencia en su pensamiento. No deseaba preocuparla, se recompuso lo mejor que pudo y le respondió a su hermosa mate cascarrabias. “¡Aaron!, ¿estás bien? ¡Escuchamos varios rugidos! ¿Vencieron?” Dalila le habló desesperada. Esperaba en los lindes del pantano con más Centurias, Hombres de Invierno y guerreros mezclados de todos lados. Eran la última def
NARRADORA— ¡Cedrick! Raven abrazó a su Rey, soltando al fin el nudo en su corazón.Cedrick se había lavado un poco de la sangre que cubría su cuerpo y sus manos.— Estoy lleno de suciedad, amor, espera, no quiero que te llenes de toda esta escoria.Le dijo besando su cabello y hundiendo la nariz en la curva de cuello, aspirando el delicioso aroma de su mate.Ella y sus cachorros eran la mayor motivación en su alma, su motor impulsor, mucho más que su deber como Rey. Ellos eran su mundo.— No importa, no importa, gracias por cumplir con tu promesa y regresar a salvo. Gracias a la Diosa.Raven se separó de su pecho y lo tomó de las mejillas, mirándolo con los ojos llenos de lágrimas y amor.Cedrick bajó su frente y la unió a la de su pequeña compañera.— No tengas miedo mi hermosa loba, nunca más te dejaré sola con los cachorros, jamás – le susurró besando la punta de su nariz.— ¡Papá! Aidan había regresado de nuevo a su lado después de darle una vuelta a los “abuelitos”.Cedrick s
NARRADORACedrick giró la cabeza a su cachorro que llevaba cargado. Sus ojos azules brillantes lo miraban.A veces olvidaba lo poderoso que era su pequeño.— No sé, preguntemos al Druida, ¿sí? No quiero que te hagas daño – y caminaron hacia Dalila que atendía a su mate.Por supuesto, de manera provisional, Aidan sí podía sellar la pared, incluso sin utilizar a Theo.— Yo iré contigo para guiarte.Dalila le dijo y así, partió un pequeño grupo hacia la isla del centro.Raven los vio irse en la barca.Se quedó a dirigir de este lado porque quedaban muchas cosas que organizar.Su ceño fruncido, había algo que la inquietaba, no sabía si era lo de Vincent o qué, pero este pantano la ponía nerviosa por alguna razón.*****Cuando llegaron a la isla en el corazón del pantano, donde habían acabado con la vida de la Drakmor hembra, todo estaba hecho un desastre.— Hakon, quédate aquí a cuidar de Dalila y el príncipe, te los encargo.— Los protegeré con mi vida - prometió al Rey.Cedrick y algun
NARRADORA El Drakmor no era tan tonto como para quedarse en la misma cueva donde nació.Este sitio ya no era seguro, así que asesinaría a este cachorro y luego buscaría otra guarida.Era un depredador superior, podría sobrevivir.Pero nunca contó, conque solo había logrado la ventaja debido al factor sorpresa.— ¡Suéltame, suéltame, bicho feo! Aidan le gritó encolerizado y adolorido, dándole golpes con sus pequeños puños.— ¡Theo!Su magia de invierno rodeó su cuerpo chisporroteando e hiriendo las escamas del joven Drakmor que no eran aún tan duras como las de sus padres.— ¡Aaagggr! – gruñó con dolor, desequilibrándose y tropezando con un tronco.Cayeron rodando por la tierra en medio de un pequeño claro entre árboles gigantescos.El sol de la mañana ya colándose entre las hojas.Cuando el Drakmor reaccionó, moviendo la cabeza para despejarse de la descarga de magia fría, se dio cuenta de que había soltado el agarre sobre el cachorro.Se levantó enseguida buscándolo, pero lo encont