HAKON Mi lobo me ruge en la mente, llena de imágenes locas de mí, montando a Anastasia como un demente. Yo tampoco aguanto más juegos o provocaciones, la necesito como respirar. — Espera Ana… sshhh… te deseo loba, ahora, Ana, ¡ahora! La detengo a duras penas y le saco mi polla enrojecida por todo su delicioso abuso, llena de saliva, marcas de dientes y presemen. Su boca exhala aire caliente, agitada y sus feromonas lujuriosas invaden mis sentidos. Ella me mira seductora desde abajo, provocándome, mientras se lame los labios hinchados, resbalosos y se limpia la barbilla. — Ven – la ayudo a levantarse de suelo y la llevo de la mano a la estela de piel. Me siento sobre la estela y abro las piernas, flexionándolas, levantando mi orgullosa verga que ya está que se viene sola. — Siéntate sobre mí y cabálgame como lo hacías sobre el lomo de Lorcan ¿no era esto lo que deseabas mientras te restregabas contra él? – la veo pasar saliva y mirarme la polla sin responder. Ni falta que ha
ANASTASIAEstoy a su completa merced con mis nalgas levantadas, solo recibiendo esta salvaje copulación que me lleva a los límites de la oscura lujuria y hace que me rompa en mil pedazos del placer.— Aaahhhh – grito alto y saco mis caninos, cuando un orgasmo arrasador me atraviesa y siento mi coño convulsionándose, calentándose en llamas y viniéndose alrededor de esa dura polla que me llena y es mía, solo jodidamente mía para darme este placer que me deja casi inconsciente.Mi lobo de fuego rugiendo aplacado por la dominación del Alfa a mi espalda.Los ecos del apareamiento llenan todo este espacio, el olor fuerte y excitante a feromonas y a sexo se concentra en el aire. Un peso enorme cae sobre mi cuerpo, reteniéndome por completo, sometiéndome a su dominación. El Alfa está al venirse y ya percibo el enorme nudo formándose.“Mierd4, mierd4, eso va a doler” pero lo deseo crudamente, que me llene a reventar.Solo admitiré todo de él, porque estoy dispuesta, también, a entregarle mi
NARRADORAAnastasia estaba en su nube rosa, feliz y saciada después de una noche apasionada con su macho salvaje.— Ana, ¿de verdad te tienes que ir ya? Hakon la abrazó mientras se lavaban y refrescaban en el riachuelo al lado del árbol, que sirvió como su refugio improvisado.— Acabamos una dura pelea y tengo obligaciones, que ya he dejado de lado por seguir tus locuras – olfateó su fuerte pecho abrazándolo también.— Locuras que te encantaron – Hakon le susurró en el oído, suspirando por tener que alejarse de nuevo, acariciando su cabello— Anastasia, tenemos que hablar hoy de nuestro… futuro.Ella se tensó, pero no rehuyó, aún no sabía cómo le iban a hacer, él era el Alfa de toda una manada y no cualquier manada y ella, era la Beta de las Centurias.Al aceptarlo, se convertiría también en su Luna. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? Pero Anastasia estaba dispuesta a sacrificarse por su amor.— Bien, no te preocupes, encontraremos juntos la solución – ella levantó la cabez
HAKON— No me iré sin mi mujer – le gruñí desesperado y rabioso.Mi lobo y el suyo enfrentándose, es fuerte, muy fuerte y es la primera vez que no tengo la confianza de salir ganando, pero no la dejaré, nadie me separará de mi hembra.— Estoy de acuerdo en que tienen que hablar, pero ahora mismo no es el momento. Esta no es su manada – me enseñó los colmillos y sus ojos me miraban peligrosos.— Este es mi reino y aunque no lo quiera aceptar, yo soy su Rey y le ordeno que salga de mi castillo ahora mismo – ni siquiera me está aplicando el mandato del Rey Alfa y me siento presionado con su orden.Pero no es tan fácil, no conmigo…— No sin ella, Anastasia es mía y me la llevaré, solo eso deseo, no quiero empezar una guerra, su majestad – le respondo entre dientes y veo como la puerta de entrada del salón se está llenando de guerreras Centurias.— ¡Márchate! No me iré contigo ni ahora, ni nunca. ¡No compartiré a mi mate con nadie y de una forma u otra, romperé este odioso vínculo que nos
NARRADORA Dalila caminaba seguida de Raven y Cedrick rumbo a su “oficina” privada, más bien un salón entero de sus pociones de bruja, yerbas frescas y cosas raras de experimentación por todos lados. — ¿Me estabas buscando? – Dalila le preguntó al enorme pelinegro que esperaba en el pasillo delante de su puerta. — Sí, sí, toqué y al ver que no estaba, ya me iba…— Vincent se quedó un poco confundido al ver la comitiva detrás de la Sacerdotisa. — Bien, ¿era algo muy urgente? – Dalila abrió la puerta y entró de una. — No, puedo regresar después… — Vincent pasa con nosotros, es algo sobre Raven. Cedrick lo puso al tanto y los tres entonces ocuparon el santuario de Dalila. Enseguida dibujó su círculo de runas mágicas, con el ceño fruncido y preocupación evidente. Así mismo estaban todos, un poco tensos, incluso Vincent, que ya Cedrick le había hablado del problema. — Amor, Cedrick… me duele la mano – Raven le tocó suavemente el antebrazo, para que la soltara un poco. Cedrick la
NARRADORARaven estiró la mano y la acarició, sonriéndole con cariño.Se avivó, metiéndose entre sus dedos como respondiendo a sus mimos.A Cedrick le picaban los dedos por tocarla, pero cuando subió su brazo, los pelos cortos comenzaron a chamuscarse.Entonces forzó su poca magia de hielo y enseguida una calidez que le calentó el alma, jugueteó en la palma de su mano, como una niña reconociendo a su padre.La sonrisa de tonto enamorado de su cachorra era algo bastante cómico de ver en un Alfa tan rudo y enorme.— ¿Por qué no pude olerla en el vientre de Raven? – le preguntó a Dalila con los ojos llenos de su cachorra de fuego.— Porque la parte humana a penas se está formando. Las Centurias desarrollan más rápido la llama primordial de sus lobos – Dalila le respondió suspirando — Tus dos embarazos me han sacado más canas en minutos, de las que me han salido de siglos.— ¿Por qué te comportas así? No era más fácil decirme la verdad y ya. Raven le habló enojada a su lobo de fuego que
VINCENT — ¡Raven! – escucho a Cedrick llamando a la reina con pánico, pero ahora mismo tengo a un enorme Alfa de fuego que viene a por mi cabeza y lo que es peor, mis sentidos están todos enfocados en que esa llama hermosa, no se apague por mi causa. ¿Qué sucedió? ¿Cómo cambió todo con solo un toque? — ¡Ya basta, Olaf, cálmate! – la Sacerdotisa se para delante de mí con una agilidad increíble. Un poder rojo y llamas mágicas se arremolinan por todo su cuerpo, elevando sus cabellos rojizos, mientras se enfrenta al lobo Alfa, deteniendo su ataque, que estoy seguro sería mortal. Usa ese raro bastón que el Alfa muerde con saña, sin embargo, no se quiebra y ella lo controla. Las temperaturas abrazadoras me hacen escocer la piel, pero bajo mi mirada, angustiado, para ver la tenue llama en el suelo. Mi corazón se aprieta con pánico de que se apague para siempre. Me agacho y quiero ver si está bien, pero de repente, veo con terror hacia mi brazo, donde venas negras me recorren como raí
HAKON Caminamos con antorchas por las orillas de una laguna estancada y de aguas turbias en esta pequeña isla, delante de mis ojos, la enorme y estrecha gruta que me lleva a la cueva subterránea. — Quédense acá afuera como siempre, cualquier cosa, listos y alertas – les ordeno a los veinte guerreros y asienten haciendo una formación de defensa, pero que apunta a la cueva. Aquí no es cuidarse de lo que pueda entrar, sino de lo que pueda salir. Solo Carlisse y yo nos adentramos en ese sitio oscuro, húmedo y asfixiante. El aire es pesado y difícil de respirar. Nos movemos sigilosos y con prisas hasta llegar a una galería más abierta que se divide en dos oscuras cuevas como bocas de lobo. Me dirijo a la derecha sin dudarlo y un poco más adentro la veo. Una enorme pared de hielo grueso en el fondo de esta gruta, un escudo que nos protege de lo que hay más allá. — Carlisse maldici0n, esto está peor que nunca, ¿por qué demoraste tanto en avisarme? – miro preocupado las grietas prof