NARRADORA — Eres tan transparente, y luego dicen que yo soy muy directo – la abrazó pegándola íntimamente a él sin dejar de mirarla, nunca se cansaría de mirarla. — No te confundas mi hembra, te voy a follar hasta la inconsciencia, rudo y salvaje, sin clemencia y precisamente por eso preparé una guarida para los dos. — No soy un macho caballeroso y “civilizado” como los que conoces. No me compares con nadie Anastasia, ni de tu pasado o de tu presente, nadie te va a amar más profundamente que yo, nadie – el tono autoritario le llegó directo al alma. Anastasia lo sabía, él había descubierto que estuvo emparejada con otro lobo, sin embargo, ella no se arrepentía de eso. — ¿Te importa? ¿Que haya tenido otro compañero, te molesta? – le preguntó sin rehuirle y de su respuesta, dependía si esto continuaría o no. — No me importa, tu pasado es tu tuyo, yo lamentablemente no estaba, pero tu presente y tu futuro son míos, Anastasia, solo míos, nuestros y si alguien viene a reclamarte, te
NARRADORA Por entre los árboles del bosque, a través de los claros de luna, una hermosa y ardiente pelirroja cabalgaba sobre un enorme y atemorizante Alfa gris, estando completamente desnuda. Todo el cuerpo de Anastasia se estremecía por el constante roce entre sus piernas y el áspero pelaje, dejando sobre él, rastros húmedos de su excitación. Se inclinó hacia delante, agarrándose bien del cuello de su lobo, y sus senos se pegaron íntimamente al cuerpo de Lorcan, que estaba más que desesperado por llegar a su refugio, pero igual su paso era constante y seguro, para cuidar el tesoro valioso que llevaba a su espalda. En las profundidades del bosque salvaje, encontraron un pequeño riachuelo, afluente del río más grande, y a su lado, un enorme árbol gigantesco. Allí se detuvo el Alfa y luego volvió a descender, acostado en el suelo y con la lengua afuera, respirando agitado y no precisamente por la carrera. Cuando Anastasia se fue a bajar, como al subirse, a pesar de ser una loba al
NARRADORA— Así construimos en el pantano para estar a salvo de las inundaciones y algunos depredadores.Le respondió y Ana no entendía por qué si la vida era tan difícil ahí, seguían encaprichados en seguir en la misma área.— ¿Te gusta? - le preguntó pegándose a su espalda y rodeado su cintura, piel contra piel y el corazón de Ana se aceleró al sentir la dura columna rozándose entre sus nalgas.— Sí, gracias por ser considerado – le dijo mirando a este sitio salvaje como él, pero a la vez, cálido y cerrado.Su nido de amor e incluso sobre el suelo, en una esquina, estaba llena de yerba seca y hojas, forradas con una capa de suave piel animal.— Hay algo que quiero que hablemos antes… antes de aparearnos – Anastasia se giró solemne y Hakon dejó las bromas para enfrentarla.— Soy todo oídos.— Sé que somos mates, pero no nos conocemos bien… necesitamos hablar de cosas importantes, del futuro…— Ana— Hakon la tomó de la barbilla acariciándola – No le des más vuelta, conmigo, mientras m
HAKON Mi lobo me ruge en la mente, llena de imágenes locas de mí, montando a Anastasia como un demente. Yo tampoco aguanto más juegos o provocaciones, la necesito como respirar. — Espera Ana… sshhh… te deseo loba, ahora, Ana, ¡ahora! La detengo a duras penas y le saco mi polla enrojecida por todo su delicioso abuso, llena de saliva, marcas de dientes y presemen. Su boca exhala aire caliente, agitada y sus feromonas lujuriosas invaden mis sentidos. Ella me mira seductora desde abajo, provocándome, mientras se lame los labios hinchados, resbalosos y se limpia la barbilla. — Ven – la ayudo a levantarse de suelo y la llevo de la mano a la estela de piel. Me siento sobre la estela y abro las piernas, flexionándolas, levantando mi orgullosa verga que ya está que se viene sola. — Siéntate sobre mí y cabálgame como lo hacías sobre el lomo de Lorcan ¿no era esto lo que deseabas mientras te restregabas contra él? – la veo pasar saliva y mirarme la polla sin responder. Ni falta que ha
ANASTASIAEstoy a su completa merced con mis nalgas levantadas, solo recibiendo esta salvaje copulación que me lleva a los límites de la oscura lujuria y hace que me rompa en mil pedazos del placer.— Aaahhhh – grito alto y saco mis caninos, cuando un orgasmo arrasador me atraviesa y siento mi coño convulsionándose, calentándose en llamas y viniéndose alrededor de esa dura polla que me llena y es mía, solo jodidamente mía para darme este placer que me deja casi inconsciente.Mi lobo de fuego rugiendo aplacado por la dominación del Alfa a mi espalda.Los ecos del apareamiento llenan todo este espacio, el olor fuerte y excitante a feromonas y a sexo se concentra en el aire. Un peso enorme cae sobre mi cuerpo, reteniéndome por completo, sometiéndome a su dominación. El Alfa está al venirse y ya percibo el enorme nudo formándose.“Mierd4, mierd4, eso va a doler” pero lo deseo crudamente, que me llene a reventar.Solo admitiré todo de él, porque estoy dispuesta, también, a entregarle mi
NARRADORAAnastasia estaba en su nube rosa, feliz y saciada después de una noche apasionada con su macho salvaje.— Ana, ¿de verdad te tienes que ir ya? Hakon la abrazó mientras se lavaban y refrescaban en el riachuelo al lado del árbol, que sirvió como su refugio improvisado.— Acabamos una dura pelea y tengo obligaciones, que ya he dejado de lado por seguir tus locuras – olfateó su fuerte pecho abrazándolo también.— Locuras que te encantaron – Hakon le susurró en el oído, suspirando por tener que alejarse de nuevo, acariciando su cabello— Anastasia, tenemos que hablar hoy de nuestro… futuro.Ella se tensó, pero no rehuyó, aún no sabía cómo le iban a hacer, él era el Alfa de toda una manada y no cualquier manada y ella, era la Beta de las Centurias.Al aceptarlo, se convertiría también en su Luna. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? Pero Anastasia estaba dispuesta a sacrificarse por su amor.— Bien, no te preocupes, encontraremos juntos la solución – ella levantó la cabez
HAKON— No me iré sin mi mujer – le gruñí desesperado y rabioso.Mi lobo y el suyo enfrentándose, es fuerte, muy fuerte y es la primera vez que no tengo la confianza de salir ganando, pero no la dejaré, nadie me separará de mi hembra.— Estoy de acuerdo en que tienen que hablar, pero ahora mismo no es el momento. Esta no es su manada – me enseñó los colmillos y sus ojos me miraban peligrosos.— Este es mi reino y aunque no lo quiera aceptar, yo soy su Rey y le ordeno que salga de mi castillo ahora mismo – ni siquiera me está aplicando el mandato del Rey Alfa y me siento presionado con su orden.Pero no es tan fácil, no conmigo…— No sin ella, Anastasia es mía y me la llevaré, solo eso deseo, no quiero empezar una guerra, su majestad – le respondo entre dientes y veo como la puerta de entrada del salón se está llenando de guerreras Centurias.— ¡Márchate! No me iré contigo ni ahora, ni nunca. ¡No compartiré a mi mate con nadie y de una forma u otra, romperé este odioso vínculo que nos
NARRADORA Dalila caminaba seguida de Raven y Cedrick rumbo a su “oficina” privada, más bien un salón entero de sus pociones de bruja, yerbas frescas y cosas raras de experimentación por todos lados. — ¿Me estabas buscando? – Dalila le preguntó al enorme pelinegro que esperaba en el pasillo delante de su puerta. — Sí, sí, toqué y al ver que no estaba, ya me iba…— Vincent se quedó un poco confundido al ver la comitiva detrás de la Sacerdotisa. — Bien, ¿era algo muy urgente? – Dalila abrió la puerta y entró de una. — No, puedo regresar después… — Vincent pasa con nosotros, es algo sobre Raven. Cedrick lo puso al tanto y los tres entonces ocuparon el santuario de Dalila. Enseguida dibujó su círculo de runas mágicas, con el ceño fruncido y preocupación evidente. Así mismo estaban todos, un poco tensos, incluso Vincent, que ya Cedrick le había hablado del problema. — Amor, Cedrick… me duele la mano – Raven le tocó suavemente el antebrazo, para que la soltara un poco. Cedrick la