NARRADORAHakon había dejado a sus hombres en una parte de los bosques cerca del castillo con la orden de que no lo buscaran así estuviesen agonizando.Que enterraran al muerto y cuando él regresara, le dieran la noticia, así de directo e insensible, pero los fuertes y curtidos guerreros que lo acompañaban, ni siquiera profirieron una protesta.Incluso deseaban regresarse al pantano, pero las órdenes de su líder se respetaban sin rechistar y al que no le cuadrase, bien podía retarlo a un duelo.¿Quién sería el loco desquiciado que se atrevería a interrumpir al Alfa apareándose con su hembra? Ellos no, eso era seguro.El resto del día, Hakon se alejó, buscando el sitio perfecto e ideal para su primera vez con su mate y construyendo un refugio para ambos.“Hakon ¿crees que nuestra hembra venga?”, una voz lobuna y ronca, primitiva, sonó en la mente del Alfa.“No estoy seguro, Lorcan, algo la hace dudar y sé que nos desea, no puedo entender, pero no nos rendiremos, me encanta esa hembra y
NARRADORA Ana lo supo, no importa lo mucho que caminó en el sentido contrario, él la siguió y la acechaba, desde que salió del palacio comenzó a avanzar hacia ella. Hakon la miraba depredador, como ella se sumergió bajo la cascada, alzando su cuello blanco bajo el chorro frío, cerrando los ojos de placer y revolviendo su cabello de fuego mojado que le caía por la espalda. Su vestido se pegaba a su cintura y sus nalgas desnudas, sin dejarle mucho a la imaginación. Ella lo estaba provocando descaradamente, sabía que él la observaba en las sombras mientras se tocaba bajo el agua y el Alfa, no ocultó para nada sus feromonas que llamaban a su hembra al apareamiento. — Mmm – Anastasia aspiró profundo, incluso rodeada de agua, la dominación que el Alfa ejercía sobre su voluntad y su cuerpo. De entre sus labios salió calor abrazador y entendía que no estaba en celo, sin embargo, se sentía como tal. Guiada por la lujuria, bajó las manos para acariciar sus duros senos, hacía tanto tiempo
NARRADORAAcercó su nariz y la olfateó profundamente, excitantemente sofocado con el calor abrazador que desprendía la Centuria.— Ssshhh Ana maldici0n, córrete en mi boca, hazlo mi hembra, no te contengas… Mmmm… dámelo todo nena…Y con la misma abrió la boca llena de dientes afilados, sacó la larga lengua de lobo y la metió en ese apretado horno hasta el fondo, chupando y mamando con ganas, como un muerto de sed en el desierto.— Aaah … Alfa… Mmmm… — el cerebro de Anastasia ya no coordinaba y hacía cortocircuito.Apoyó la mano en la piedra del fondo de la cascada para estabilizarse, la otra retorciendo sus pezones endurecidos, su espalda arqueada y sus muslos abiertos de par en par mientras era devorada.Las garras del Alfa se clavaban en sus caderas y las nalgas separadas al límite, mientras la Beta era saqueada y comida como un rico manjar.Sin poderlo evitar, comenzó a menearse desesperada sobre los labios de Hakon, rozando constantemente su sensible vulva con los afilados caninos
NARRADORA — Eres tan transparente, y luego dicen que yo soy muy directo – la abrazó pegándola íntimamente a él sin dejar de mirarla, nunca se cansaría de mirarla. — No te confundas mi hembra, te voy a follar hasta la inconsciencia, rudo y salvaje, sin clemencia y precisamente por eso preparé una guarida para los dos. — No soy un macho caballeroso y “civilizado” como los que conoces. No me compares con nadie Anastasia, ni de tu pasado o de tu presente, nadie te va a amar más profundamente que yo, nadie – el tono autoritario le llegó directo al alma. Anastasia lo sabía, él había descubierto que estuvo emparejada con otro lobo, sin embargo, ella no se arrepentía de eso. — ¿Te importa? ¿Que haya tenido otro compañero, te molesta? – le preguntó sin rehuirle y de su respuesta, dependía si esto continuaría o no. — No me importa, tu pasado es tu tuyo, yo lamentablemente no estaba, pero tu presente y tu futuro son míos, Anastasia, solo míos, nuestros y si alguien viene a reclamarte, te
NARRADORA Por entre los árboles del bosque, a través de los claros de luna, una hermosa y ardiente pelirroja cabalgaba sobre un enorme y atemorizante Alfa gris, estando completamente desnuda. Todo el cuerpo de Anastasia se estremecía por el constante roce entre sus piernas y el áspero pelaje, dejando sobre él, rastros húmedos de su excitación. Se inclinó hacia delante, agarrándose bien del cuello de su lobo, y sus senos se pegaron íntimamente al cuerpo de Lorcan, que estaba más que desesperado por llegar a su refugio, pero igual su paso era constante y seguro, para cuidar el tesoro valioso que llevaba a su espalda. En las profundidades del bosque salvaje, encontraron un pequeño riachuelo, afluente del río más grande, y a su lado, un enorme árbol gigantesco. Allí se detuvo el Alfa y luego volvió a descender, acostado en el suelo y con la lengua afuera, respirando agitado y no precisamente por la carrera. Cuando Anastasia se fue a bajar, como al subirse, a pesar de ser una loba al
NARRADORA— Así construimos en el pantano para estar a salvo de las inundaciones y algunos depredadores.Le respondió y Ana no entendía por qué si la vida era tan difícil ahí, seguían encaprichados en seguir en la misma área.— ¿Te gusta? - le preguntó pegándose a su espalda y rodeado su cintura, piel contra piel y el corazón de Ana se aceleró al sentir la dura columna rozándose entre sus nalgas.— Sí, gracias por ser considerado – le dijo mirando a este sitio salvaje como él, pero a la vez, cálido y cerrado.Su nido de amor e incluso sobre el suelo, en una esquina, estaba llena de yerba seca y hojas, forradas con una capa de suave piel animal.— Hay algo que quiero que hablemos antes… antes de aparearnos – Anastasia se giró solemne y Hakon dejó las bromas para enfrentarla.— Soy todo oídos.— Sé que somos mates, pero no nos conocemos bien… necesitamos hablar de cosas importantes, del futuro…— Ana— Hakon la tomó de la barbilla acariciándola – No le des más vuelta, conmigo, mientras m
HAKON Mi lobo me ruge en la mente, llena de imágenes locas de mí, montando a Anastasia como un demente. Yo tampoco aguanto más juegos o provocaciones, la necesito como respirar. — Espera Ana… sshhh… te deseo loba, ahora, Ana, ¡ahora! La detengo a duras penas y le saco mi polla enrojecida por todo su delicioso abuso, llena de saliva, marcas de dientes y presemen. Su boca exhala aire caliente, agitada y sus feromonas lujuriosas invaden mis sentidos. Ella me mira seductora desde abajo, provocándome, mientras se lame los labios hinchados, resbalosos y se limpia la barbilla. — Ven – la ayudo a levantarse de suelo y la llevo de la mano a la estela de piel. Me siento sobre la estela y abro las piernas, flexionándolas, levantando mi orgullosa verga que ya está que se viene sola. — Siéntate sobre mí y cabálgame como lo hacías sobre el lomo de Lorcan ¿no era esto lo que deseabas mientras te restregabas contra él? – la veo pasar saliva y mirarme la polla sin responder. Ni falta que ha
ANASTASIAEstoy a su completa merced con mis nalgas levantadas, solo recibiendo esta salvaje copulación que me lleva a los límites de la oscura lujuria y hace que me rompa en mil pedazos del placer.— Aaahhhh – grito alto y saco mis caninos, cuando un orgasmo arrasador me atraviesa y siento mi coño convulsionándose, calentándose en llamas y viniéndose alrededor de esa dura polla que me llena y es mía, solo jodidamente mía para darme este placer que me deja casi inconsciente.Mi lobo de fuego rugiendo aplacado por la dominación del Alfa a mi espalda.Los ecos del apareamiento llenan todo este espacio, el olor fuerte y excitante a feromonas y a sexo se concentra en el aire. Un peso enorme cae sobre mi cuerpo, reteniéndome por completo, sometiéndome a su dominación. El Alfa está al venirse y ya percibo el enorme nudo formándose.“Mierd4, mierd4, eso va a doler” pero lo deseo crudamente, que me llene a reventar.Solo admitiré todo de él, porque estoy dispuesta, también, a entregarle mi