NARRADORA— No, no… — Anastasia solo coordinaba esas dos palabras mientras era manoseada, toqueteada, chupada y mordida.Le estaba haciendo una paja a este enorme lobo desnudo, meneándose y gruñendo excitado contra ella, en el pasillo exterior del castillo, donde cualquiera podía verlos si pasaba.¡Esto era una locura!, sin embargo, su loba seguía empujándola a buscar más, su cuerpo se derretía ante sus feromonas de cedro, su interior palpitaba buscando ser llenado y el calor en su sangre consumía su determinación.— Dices que no quieres, pero tu coño está que se viene sobre mi muslo, estás empapada… mmm quiero comérmelo todo y meterte mi lengua de lobo, sshh ¿tendrá sabor a fresas? … mmm Vamos, hembra testaruda, no me hagas cometer una locura aquí mismo…Le hablaba crudo y sucio, empujándola una y otra vez.Y como para reafirmar, que lo que le faltaba para levantarle el vestido y follársela ahí mismo era nada, bajó la mano separando un poco el muslo y comenzó a masturbarla sobre la t
NARRADORASus labios sacaron chispas, humedecidos por la saliva, moviéndose con fuerza uno sobre otro, a la vez que sus lenguas se enredaban y gemidos contenidos escapaban de ellos.— Aah— la Beta gimió de placer cuando su labio inferior regordete, fue chupado y mordisqueado.Hakon abrió los ojos en una rendija, depredadores y cargados de lujuria, devorándola, disfrutando de su expresión excitada, con los ojos cerrados y las largas pestañas temblorosas.«¿Cómo se vería durante el orgasmo?» «¿Cómo se sentiría su coño viniéndose alrededor de su hombría?», pensó y su polla tembló en respuesta, destilando más feromonas.«Mierd4 era tan hermosa, que tendría que rayarse la verga varias veces y bien duro, para aguantar a la noche y no cometer una locura»— Esta noche, espérame en tu habitación o podemos ir al bosque – le habló ronco, ambos respirando agitados, a solo milímetros.El deseo y las ganas se podían cortar en el aire a su alrededor.No había opciones, la dejó sin la oportunidad de
NARRADORA«Si entraba corriendo y cerraba la puerta, ¿quizás podría escapar?»Anastasia pensó ilusamente, sin embargo, cuando dio un paso al interior de su habitación, el agarre del bastón de Dalila se enganchó en su vestido por el cuello, deteniéndola.— ¿En serio te vas a comportar como una chiquilla?¡BAM! La puerta se cerró de golpe, quedándose ambas solas en el cuarto de la Beta.— Sacerdotisa yo…— ¡Encontraste un macho! – Dalila ya sacó todas sus conclusiones, recogiendo el bastón, olfateando desde lejos a Anastasia, ese impuro e intenso olor a feromonas que la delataba.— Y un Alfa bien agresivo y poderoso ¡Bien, bien, sabía que lo lograrías Ana! ¿Quién es el afortunado? ¡Debe ser de los lobos del pantano! Reía de oreja a oreja y Anastasia tuvo que girarse de frente a ella, con la cara más roja que un tomate.— Vaya, vaya, sí que no perdieron tiempo, ya sé por qué hueles como si te hubieses apareado – miró hacia las manchas dudosas en la ropa de la loba que esquivaba su ins
NARRADORAHakon había dejado a sus hombres en una parte de los bosques cerca del castillo con la orden de que no lo buscaran así estuviesen agonizando.Que enterraran al muerto y cuando él regresara, le dieran la noticia, así de directo e insensible, pero los fuertes y curtidos guerreros que lo acompañaban, ni siquiera profirieron una protesta.Incluso deseaban regresarse al pantano, pero las órdenes de su líder se respetaban sin rechistar y al que no le cuadrase, bien podía retarlo a un duelo.¿Quién sería el loco desquiciado que se atrevería a interrumpir al Alfa apareándose con su hembra? Ellos no, eso era seguro.El resto del día, Hakon se alejó, buscando el sitio perfecto e ideal para su primera vez con su mate y construyendo un refugio para ambos.“Hakon ¿crees que nuestra hembra venga?”, una voz lobuna y ronca, primitiva, sonó en la mente del Alfa.“No estoy seguro, Lorcan, algo la hace dudar y sé que nos desea, no puedo entender, pero no nos rendiremos, me encanta esa hembra y
NARRADORA Ana lo supo, no importa lo mucho que caminó en el sentido contrario, él la siguió y la acechaba, desde que salió del palacio comenzó a avanzar hacia ella. Hakon la miraba depredador, como ella se sumergió bajo la cascada, alzando su cuello blanco bajo el chorro frío, cerrando los ojos de placer y revolviendo su cabello de fuego mojado que le caía por la espalda. Su vestido se pegaba a su cintura y sus nalgas desnudas, sin dejarle mucho a la imaginación. Ella lo estaba provocando descaradamente, sabía que él la observaba en las sombras mientras se tocaba bajo el agua y el Alfa, no ocultó para nada sus feromonas que llamaban a su hembra al apareamiento. — Mmm – Anastasia aspiró profundo, incluso rodeada de agua, la dominación que el Alfa ejercía sobre su voluntad y su cuerpo. De entre sus labios salió calor abrazador y entendía que no estaba en celo, sin embargo, se sentía como tal. Guiada por la lujuria, bajó las manos para acariciar sus duros senos, hacía tanto tiempo
NARRADORAAcercó su nariz y la olfateó profundamente, excitantemente sofocado con el calor abrazador que desprendía la Centuria.— Ssshhh Ana maldici0n, córrete en mi boca, hazlo mi hembra, no te contengas… Mmmm… dámelo todo nena…Y con la misma abrió la boca llena de dientes afilados, sacó la larga lengua de lobo y la metió en ese apretado horno hasta el fondo, chupando y mamando con ganas, como un muerto de sed en el desierto.— Aaah … Alfa… Mmmm… — el cerebro de Anastasia ya no coordinaba y hacía cortocircuito.Apoyó la mano en la piedra del fondo de la cascada para estabilizarse, la otra retorciendo sus pezones endurecidos, su espalda arqueada y sus muslos abiertos de par en par mientras era devorada.Las garras del Alfa se clavaban en sus caderas y las nalgas separadas al límite, mientras la Beta era saqueada y comida como un rico manjar.Sin poderlo evitar, comenzó a menearse desesperada sobre los labios de Hakon, rozando constantemente su sensible vulva con los afilados caninos
NARRADORA — Eres tan transparente, y luego dicen que yo soy muy directo – la abrazó pegándola íntimamente a él sin dejar de mirarla, nunca se cansaría de mirarla. — No te confundas mi hembra, te voy a follar hasta la inconsciencia, rudo y salvaje, sin clemencia y precisamente por eso preparé una guarida para los dos. — No soy un macho caballeroso y “civilizado” como los que conoces. No me compares con nadie Anastasia, ni de tu pasado o de tu presente, nadie te va a amar más profundamente que yo, nadie – el tono autoritario le llegó directo al alma. Anastasia lo sabía, él había descubierto que estuvo emparejada con otro lobo, sin embargo, ella no se arrepentía de eso. — ¿Te importa? ¿Que haya tenido otro compañero, te molesta? – le preguntó sin rehuirle y de su respuesta, dependía si esto continuaría o no. — No me importa, tu pasado es tu tuyo, yo lamentablemente no estaba, pero tu presente y tu futuro son míos, Anastasia, solo míos, nuestros y si alguien viene a reclamarte, te
NARRADORA Por entre los árboles del bosque, a través de los claros de luna, una hermosa y ardiente pelirroja cabalgaba sobre un enorme y atemorizante Alfa gris, estando completamente desnuda. Todo el cuerpo de Anastasia se estremecía por el constante roce entre sus piernas y el áspero pelaje, dejando sobre él, rastros húmedos de su excitación. Se inclinó hacia delante, agarrándose bien del cuello de su lobo, y sus senos se pegaron íntimamente al cuerpo de Lorcan, que estaba más que desesperado por llegar a su refugio, pero igual su paso era constante y seguro, para cuidar el tesoro valioso que llevaba a su espalda. En las profundidades del bosque salvaje, encontraron un pequeño riachuelo, afluente del río más grande, y a su lado, un enorme árbol gigantesco. Allí se detuvo el Alfa y luego volvió a descender, acostado en el suelo y con la lengua afuera, respirando agitado y no precisamente por la carrera. Cuando Anastasia se fue a bajar, como al subirse, a pesar de ser una loba al