NARRADORA Con el último aliento recitó por dentro su maldici0n, activando la semilla en el corazón del Beta y murió, mirando a Vincent con una expresión siniestra que presagiaba pura maldad y oscuridad. Vincent se llevó la mano al pecho cuando un dolor sordo lo invadió. — ¡Vincent! – Cedrick lo tuvo que aguantar porque sus piernas temblaron. — Estoy bien, solo… supongo que ya debo de estar libre de su hechizo. Siento que recupero por completo el control – le dijo a Cedrick recomponiéndose un poco. Todo parecía estar bien ahora y la presión en él se liberó. — Cedrick... Raven lo llamó y Cedrick vio como el cuerpo de Silvana se convirtió en unas cenizas oscuras que se fueron resquebrajando y volando al cielo con el viento, detrás de ellos, lo mismo pasaba con las flores maldit4s. Morían y se pudrían, dejando una mancha negra en la tierra que luego había que purificar con la magia de fuego. “Gracias” La magia de Mortimer se iba igual desapareciendo, como un fantasma que se el
NARRADORARaven puso los ojos en blanco, arropando a su pequeño hijo, que cayó exhausto del cansancio por el uso excesivo de su magia.Dalila, a su lado, en la pequeña cueva, preparaba brebajes de reconstitución para los heridos y para Raven, que igual estaba que se caía a pedazos de las múltiples heridas, agotada y adolorida.Anastasia, mucho más fresca que ella, no dudó en dar el paso adelante.Salió enseguida a la plaza interior del castillo, próximo a la puerta de entrada principal, dando órdenes a diestras y siniestras, organizando a los heridos y prisioneros.Sus Centurias afortunadamente solo tuvieron pocas bajas y la mayoría estaba bien, ya eran tan escasas, que cada pérdida dolía como por cientos.La Beta salió a mirar los restos de cadáveres y partes de cuerpos esparcidas, como una pintura sangrienta, por doquier, suspirando ante tanta muerte.— Zafira quemen todos los cuerpos, solo separen los de nuestra gente en piras independientes, para que sus familiares los lloren y de
NARRADORA— ¡Estás completamente loco, macho salvaje, guárdate esa cosa, maldici0n! Anastasia se giró de espaldas sin poder soportar tanto descaro, sus mejillas más rojas que su pelo.¡No hacía falta que se la parara para darse cuenta de que era enorme! ¡Todo en él venía tamaño XL!— Sé que somos mates, pero yo no quiero ninguna pareja, así que lo lamento, de verdad, pienso que lo mejor para ambos es disolver esto ahora mismo – le dijo de repente intentando mantener la calma y de paso, la cordura. — Te dejaré libre para que encuentres a otra compañera, yo…¡BAM!— ¡Pero qué diantres…! – exclamó asombrada cuando él la agarró del brazo para hacerla girarse de frente y la pegó con fuerza a la pared, apresándola con su cuerpo desnudo encima de ella.— ¡NO! ¡Me niego a aceptar cualquier rechazo de mierd4 que tengas, no lo aceptaré! ¡ERES MÍA! – le rugió indomable y fiero en la cara y Anastasia se sentía sofocada.Su cuerpo comenzaba a responder a toda esta intensidad.Hace demasiados año
NARRADORA— No, no… — Anastasia solo coordinaba esas dos palabras mientras era manoseada, toqueteada, chupada y mordida.Le estaba haciendo una paja a este enorme lobo desnudo, meneándose y gruñendo excitado contra ella, en el pasillo exterior del castillo, donde cualquiera podía verlos si pasaba.¡Esto era una locura!, sin embargo, su loba seguía empujándola a buscar más, su cuerpo se derretía ante sus feromonas de cedro, su interior palpitaba buscando ser llenado y el calor en su sangre consumía su determinación.— Dices que no quieres, pero tu coño está que se viene sobre mi muslo, estás empapada… mmm quiero comérmelo todo y meterte mi lengua de lobo, sshh ¿tendrá sabor a fresas? … mmm Vamos, hembra testaruda, no me hagas cometer una locura aquí mismo…Le hablaba crudo y sucio, empujándola una y otra vez.Y como para reafirmar, que lo que le faltaba para levantarle el vestido y follársela ahí mismo era nada, bajó la mano separando un poco el muslo y comenzó a masturbarla sobre la t
NARRADORASus labios sacaron chispas, humedecidos por la saliva, moviéndose con fuerza uno sobre otro, a la vez que sus lenguas se enredaban y gemidos contenidos escapaban de ellos.— Aah— la Beta gimió de placer cuando su labio inferior regordete, fue chupado y mordisqueado.Hakon abrió los ojos en una rendija, depredadores y cargados de lujuria, devorándola, disfrutando de su expresión excitada, con los ojos cerrados y las largas pestañas temblorosas.«¿Cómo se vería durante el orgasmo?» «¿Cómo se sentiría su coño viniéndose alrededor de su hombría?», pensó y su polla tembló en respuesta, destilando más feromonas.«Mierd4 era tan hermosa, que tendría que rayarse la verga varias veces y bien duro, para aguantar a la noche y no cometer una locura»— Esta noche, espérame en tu habitación o podemos ir al bosque – le habló ronco, ambos respirando agitados, a solo milímetros.El deseo y las ganas se podían cortar en el aire a su alrededor.No había opciones, la dejó sin la oportunidad de
NARRADORA«Si entraba corriendo y cerraba la puerta, ¿quizás podría escapar?»Anastasia pensó ilusamente, sin embargo, cuando dio un paso al interior de su habitación, el agarre del bastón de Dalila se enganchó en su vestido por el cuello, deteniéndola.— ¿En serio te vas a comportar como una chiquilla?¡BAM! La puerta se cerró de golpe, quedándose ambas solas en el cuarto de la Beta.— Sacerdotisa yo…— ¡Encontraste un macho! – Dalila ya sacó todas sus conclusiones, recogiendo el bastón, olfateando desde lejos a Anastasia, ese impuro e intenso olor a feromonas que la delataba.— Y un Alfa bien agresivo y poderoso ¡Bien, bien, sabía que lo lograrías Ana! ¿Quién es el afortunado? ¡Debe ser de los lobos del pantano! Reía de oreja a oreja y Anastasia tuvo que girarse de frente a ella, con la cara más roja que un tomate.— Vaya, vaya, sí que no perdieron tiempo, ya sé por qué hueles como si te hubieses apareado – miró hacia las manchas dudosas en la ropa de la loba que esquivaba su ins
NARRADORAHakon había dejado a sus hombres en una parte de los bosques cerca del castillo con la orden de que no lo buscaran así estuviesen agonizando.Que enterraran al muerto y cuando él regresara, le dieran la noticia, así de directo e insensible, pero los fuertes y curtidos guerreros que lo acompañaban, ni siquiera profirieron una protesta.Incluso deseaban regresarse al pantano, pero las órdenes de su líder se respetaban sin rechistar y al que no le cuadrase, bien podía retarlo a un duelo.¿Quién sería el loco desquiciado que se atrevería a interrumpir al Alfa apareándose con su hembra? Ellos no, eso era seguro.El resto del día, Hakon se alejó, buscando el sitio perfecto e ideal para su primera vez con su mate y construyendo un refugio para ambos.“Hakon ¿crees que nuestra hembra venga?”, una voz lobuna y ronca, primitiva, sonó en la mente del Alfa.“No estoy seguro, Lorcan, algo la hace dudar y sé que nos desea, no puedo entender, pero no nos rendiremos, me encanta esa hembra y
NARRADORA Ana lo supo, no importa lo mucho que caminó en el sentido contrario, él la siguió y la acechaba, desde que salió del palacio comenzó a avanzar hacia ella. Hakon la miraba depredador, como ella se sumergió bajo la cascada, alzando su cuello blanco bajo el chorro frío, cerrando los ojos de placer y revolviendo su cabello de fuego mojado que le caía por la espalda. Su vestido se pegaba a su cintura y sus nalgas desnudas, sin dejarle mucho a la imaginación. Ella lo estaba provocando descaradamente, sabía que él la observaba en las sombras mientras se tocaba bajo el agua y el Alfa, no ocultó para nada sus feromonas que llamaban a su hembra al apareamiento. — Mmm – Anastasia aspiró profundo, incluso rodeada de agua, la dominación que el Alfa ejercía sobre su voluntad y su cuerpo. De entre sus labios salió calor abrazador y entendía que no estaba en celo, sin embargo, se sentía como tal. Guiada por la lujuria, bajó las manos para acariciar sus duros senos, hacía tanto tiempo