Raven— Amaia me dijo que tenía que escoger a una doncella personal— le digo de repente y él me presta total atención.— Ella tiene algunas candidatas, pero yo no quiero a una extraña a mi alrededor, no me siento cómoda.— Amaia me habló sobre eso, me dijo que tenías a una compañera tuya en mente.“Qué chismosa” Sena me dice y sí, qué rápido llegó la noticia a los oídos de Cedrick.— ¿Y qué opinas de eso? No sé si te dijo que era una esclava igual que yo, posiblemente mi decisión te afecte más de frente a tu manada, pero ella es una buena chica y yo…— Raven, no tienes que darme ninguna explicación. Escoge a quien quieras, con quien te sientas cómoda. Deseo que seas feliz, no que te sientas como una prisionera, ni restringida.— No voy a crear una prisión para ti, pequeña, quiero que vueles libre Raven, como la maravillosa mujer que eres – levanta su mano y me acaricia la mejilla, haciéndome mirarlo de cerca.— Cedrick… nos miran…— Déjalos que miren, no te pienso esconder del mundo…
RavenMe paseo como una loba enjaulada de un lado a otro de la habitación.Estoy nerviosa y por alguna razón siento un muy mal presentimiento.Decido ir a ver a Lady Amalia, que seguro también está recluida y asustada.Así, entre las dos nos damos un poco de ánimo y además, no sé si ella me puede contar más sobre los invasores.“Raven, huelo dos machos fuera de la puerta” de repente Sena me avisa cuando ya voy a tomar el picaporte para abrir.Me tenso y tengo miedo, porque Cedrick no me dijo nada de que alguien cuidaría afuera de mi puerta, ¿serán los guerreros de la manada o alguien más?Abro la puerta con precaución y veo que son dos enormes guerreros que hacen guardia afuera.— Luna, por favor, manténganse dentro de sus aposentos. No se preocupe, la cuidaremos aquí hasta que el Alfa re
No me queda de otra que seguirlos. Por el camino, no me encuentro con nadie más para pedirle ayuda.La verdad es que sé que me estoy metiendo en algo demasiado peligroso, pero ahora mismo no tengo tiempo de analizar nada y solo pienso en, al menos, saber qué van a hacer con ella y a dónde la piensan llevar.“Raven, estoy muy agotada y estamos demasiado lejos de la manada” llevamos corriendo un tiempo y ya tenemos la noche encima.Claro que Sena está exhausta si hemos perseguido a tres machos fuertes y con músculos más poderosos que nosotras, por todo el bosque.Cuando creí que no lo lográbamos, se detuvieron al fin, cerca de un riachuelo.Se transformaron y comenzaron a improvisar como especie de un campamento. Parece que se sentían ya a salvo, para darse el lujo, de incluso ponerse a pescar en el agua y encender un fuego.A Amalia la sentaron en el suelo, amarrada a un árbol, y ella, ya estaba reaccionado. Me imagino que habría sido drogada.“Raven, esos hombres son… ¡son ellos!” Y
Raven— ¡Suéltame malnacido! – grité con un dolor increíble, sintiendo me iba a quedar calva de esta, debido a los duros jalones en mi pelo.Toda mi espalda herida por la grava del suelo mientras continuaba siendo arrastrada, hasta que me arrojó con fuerza cerca de donde estaba Lady Amalia.Los demás alertados por las exclamaciones ya venían.“¡Raven huyamos, si se juntan los tres es imposible resistir!”, pensé en cambiar enseguida, pero ya no me dejaron.— Ah, no bonita, ni intentes escapar, la fiesta a penas empieza— ¡Aaahhh! – recibo una patada en el estómago, que me hace doblarme del dolor en el suelo.— ¡Raven!, ¡es solo una mujer indefensa, malnacidos! – escucho los gritos de Amalia – ¡Déjenla ir, ya me tienen a mí! ¡Iré con ustedes, déjenla irse!— ¿Roger, quién es esa loba, qué sucede? – oigo la voz de los que llegan, con pasos apresurados, acercándose a mí y de nuevo el tirón en el cabello que me hace gemir de dolor y una mano atenaza con fuerza mi mandíbula.— Mírala, querí
RavenIntentó zafarse gritando en agonía, pero de algún lugar saqué una fortaleza increíble para agarrarlo y achicharrarle toda la cara.Veía cómo su piel desprendía humo y se ennegrecía debajo del fuego asesino y devorador.— ¿No te gustaban las difíciles? Te enseñaré lo que es arder en el infierno – lo miro enloquecida y no para de intentar quitarse de arriba mis manos, mirándome con pánico crudo en sus ojos, como si yo fuese un demonio.— Perdón… perdóname… por favor… perdóname— comienza incluso a suplicarme entre sus gritos y lágrimas hacen por caer, pero se evaporan ante tanto calor.Eso es lo que quiero, miedo en estado puro, si con eso puedo sobrevivir, entonces quemaré al mundo entero.— ¡Leo!… ¡¿Qué diablos es eso?! ¡Sepárala, lo está matando!— ¡No me voy a acercar a esa bruja! ¿Qué rayos es esa mujer?— ¡El Alfa, maldici0n, corre, el Alfa nos ha descubierto!— Ayuda, no me dejen… ayuda… — a penas suelta un susurro de socorro el hombre delante de mí.Su rostro irreconocible
CedrickEntro a mi cuarto y veo el pequeño bulto cubierto con las mantas.Siento que la muerte está acechando a Raven en cada esquina, que si me descuido solo un segundo, al otro, la voy a encontrar herida o lo que es peor, no podré salvarla de nuevo.Sé, que seguro se metió en esto para ayudar a Amalia, en ella está inherente la compasión, pero también es temeraria y aventurera, eso va a terminar llevándola un día, a un viaje sin retorno.Separo con cuidado las mantas para descubrir el tembloroso cuerpo de Sena, su pequeña loba Omega. Se ha tenido que transformar para sanar más rápido.La cargo entre mis brazos, cuidando de no lastimar sus heridas y la veo como abre sus ojitos y me lame la mano.— ¿Cómo estás, pequeña? – al fin se encuentra consciente y suspiro de alivio, examinando sus heridas, después de darle varias tomas de mi sangre y aplicarle medicamentos.“Está débil y Raven aún no está consciente” Eamon me dice angustiado.— Qué valiente ha sido mi Sena, tan buena lobita –
Raven— Lo hice… por mi madre— confiesa después de quedarse unos segundos en silencio y percibo la lucha interior que tiene.La entiendo, porque hay secretos muy peligrosos y ella debe tener miedo.— Mi madre está muy enferma, siempre tiene que estar hospitalizada, es una esclava igual que yo y necesitaba los medicamentos para salvarle la vida. — ¿Medicamentos? Pero tengo entendido que el Alfa abastece muy bien el hospitalito de las esclavas, incluso lo he escuchado ordenar a logística que mantengan todo lo necesario – le digo sin entender.— Raven, yo… la verdad es que hay muchas cosas que no son como el Alfa cree. — No dudo que sus intenciones sean buenas, pero el área de las esclavas, es como si fuese otro mundo separado del resto de la manada y ese espacio del terror, no es controlado por el Alfa Walker.— Tienes miedo, ¿cierto? Decirme las cosas y verte perjudicada – sé que aún no ha soltado sus precauciones —Dime qué quieres a cambio de que me ayudes, ahora soy la Luna de la
— Tenemos espías dentro de la manada, ya me he dado cuenta, solo, que no he podido atrapar la cola de esa rata – me dice hablando entre dientes y me alegro de que, al menos, sabe que existe un problema real.— Cedrick, hay cosas que tengo que hablar contigo, cosas que involucran a esos hombres – comienzo a decirle un poco nerviosa.Nuestra relación se ha estrechado este tiempo, pero aún tengo mis dudas de si me va a creer o no. Me estoy metiendo en asuntos serios de su manada.— ¿Qué sucede? ¿Reconociste a alguno de ellos? – me separa de su abrazo y me mira con seriedad.Entonces le cuento todo, las cosas que vi y escuché siendo una esclava, el testimonio de Diana, que ella puede saber más secretos y mis propias conjeturas.— ¿Estás segura de todo lo que me estás diciendo, Raven? Todas son acusaciones muy serias. — El área de las esclavas está bajo el control de varios Ancianos – me dice caminando por el despacho.Se levantó hace un rato, en lo que yo le contaba todo y lo veía anali