Raven— ¡Señora, señora, esta esclava está mal de cabeza, comenzó a atacarnos sin razón! ¡Casi ahoga a Lorena! – la chica se tiró al suelo y armó todo un drama haciéndose la inocente.Yo solo me quedé parada en mi sitio, mojada y también herida. De repente una exclamación se escuchó y todas las miradas se fijaron en la doncella que salía del agua.Yo también la miré. Parecía una cosa horrenda. Toda la piel enrojecida y grandes ronchas asomándose por toda la cara, el pecho y las manos.Yo sabía que su cara de agonía dolorosa no era fingida. Mis manos también estaban heridas y donde había caído las salpicaduras, ardía a morir.— Revisa el agua y ayúdenla a salir— Lady Amalia le ordenó a una señora mayor que estaba a su espalda.La tal Lorena lloraba ahora a moco tendido, sin olvidarse de darme una mirada rencorosa, y vi cómo las doncellas que venían con la hermana del Alfa, también me miraban raro.— Son sales de Callum— fue el veredicto de la doncella mayor.No tenía ni idea de que e
Raven De repente, un toque húmedo cayó en una de mis manos y una cavidad caliente rodeó mis dedos, que el Alfa comenzó a chupar eróticamente.Sentía cómo mis manos temblaban, yo no tenía nada de experiencia en seducción, él notaría mi temblor.Me atreví a subir la cabeza y entonces me encontré con sus hermosos e intensos ojos azules, devorándome y haciéndome promesas calientes y excitantes.Subió mi antebrazo y lo pegó a su rostro, sacó la lengua para lamer cada rasguño y cada herida con paciencia.Yo estaba como hipnotizada y sentía el fuego creciendo en mi interior, más intenso y concentrado entre mis piernas.— Acuéstate en la cama – ordenó el Alfa en mi oído, oscuro y ronco, no había espacio a negarse, así que lo hice.Me acosté, no por completo, sino apoyada en mis codos y él se subió a horcajadas sobre mis caderas. Todo su enorme cuerpo, musculoso y alto, presionándome con su poder.Me sentía tan pequeña, tan vulnerable, tan dominada y tan malditamente caliente, que cuando ba
CedrickAlgo comenzaba a decirme, que no tenía que ver en particular con lo que yo hice.— No me lastimaste, yo…solo, no tengo mucha experiencia, intentaré mejorar… intentaré que no sea un sacrificio tan difícil para ti…— No, no, no es un sacrificio, no digas eso – no pude aguantar más y la abracé contra mi pecho. Se sentía tan débil y pequeña.— Me adelanté mucho, lo siento, pensé, que ya habías pasado por tu celo, que sabías más del sexo.— ¿Tú, eres virgen? – mi corazón por alguna razón comenzó a latir fuerte, anhelando su respuesta positiva, pero Raven solo se puso más rígida en mis brazos.— ¿Eso es importante? – me preguntó, hundiéndose más en mi pecho y ya sabía la respuesta. Ella se había entregado a otro hombre, quizás a su mate, que lo comenzaba a odiar con todas mis fuerzas.Parece que la trataron mal, que tuvo una mala experiencia.— No lo es, para mí no es importante – mentí un poco.No voy a negar que moría por tener el placer de tomarla por primera vez, pero en realid
Raven— Bien, espérame aquí un momento – su voz ronca me habló, colocándome con suavidad sobre el borde de una inmensa cama con sábanas suaves en negro.Todo este cuarto era grande, con muebles macizos y serios, frío e impersonal como su dueño.Pero por alguna razón, me relajé enormemente al encontrarme rodeada por ese olor a bosque salvaje nevado, el olor del Alfa que impregnaba toda su habitación.Tragué un poco nerviosa y lo vi como se alejó impetuoso hacia una puerta que supongo sería el baño.No me atreví siquiera a moverme y solo miraba a mi alrededor, curiosa, pero sin parecer una fisgona. Escuché el sonido del agua correr y luego volvió a aparecer y a rebuscar en un gran closet.— Bien, pronto te traerán ropa limpia, pero mientras tanto, puedes usar una de mis camisas, porque creo que te quedaran como vestidos – me dijo sacando una prenda de entre sus cosas.— ¿Esta te parece bien?— Claro, me encanta el azul – le dije mirando a sus ojos y luego dándome cuenta de que sus ojos
Cedrick Esto de ser un caballero me estaba costando la mitad de la vida. Soy un Alfa acostumbrado a tomar lo que desea y ya, sin tanta floritura ni seducción. Ni siquiera con las lobas vírgenes que me he acostado antes, había tenido que reprimirme tanto. Pero cuando miro a esos hermosos ojos dorados y veo la confianza y dependencia en su interior, es como si todo este esfuerzo valiera de sobra la pena. La recompensa que obtendré luego, bien vale que me quede ahora con los huevos morados y tieso. Ni siquiera pude ir a entrenar y dejarla sola en esa habitación llorando. Esta mujer sigue trastornando mi voluntad. — Yo te ayudo – le dije, acercándome y tomando una esponja suave que saqué, vertiendo el gel de ducha sobre ella. Ella estaba de espaldas a mí, con esas sexis curvas de su cintura, sus amplias caderas y sus nalgas al descubierto. “Diosa, dame paciencia” Me concentré en tallar su espalda con la mayor suavidad que pude, aunque de repente mi atención se desvió a las cicat
RavenSiento el fuego rugiendo en mi interior y la necesidad de pegarme como sea a este hombre, a su piel fría y a esa columna congelada que ahora late entre mis piernas.Mi cuerpo es como su marioneta y hago todo lo que me pide, como ahora, que a pesar de toda esta situación bizarra, me sigue ordenando que lo lave con la esponja y continuo con este juego de espuma y seducción.Su fuerte y musculoso pecho me atrae y con manos temblosas lo sigo lavando y tocando, solo que lo que está haciendo debajo, con su exploración, está derritiendo mi cordura.— Mmmmm— muerdo con fuerza mi labio inferior para no gemir alto, cuando recorre mi coño con la yema de sus dedos y juega con un punto, que me hace sentir cosas muy intensas.Nunca me he explorado a mí misma y por supuesto, en mi primera relación sexual, ese maldit0 solo me abrió las piernas y empujó su asquerosidad en mí sin ninguna compasión.— Creo que este sitio, necesita un cuidado especial, lo lavaré bien para ti – su voz oscura llena d
NARRADORA — ¿Estás segura de que las cosas sucedieron así? Vuélveme a mostrar el brazo.— Sí, sí, señora, le iba a poner las sales como me ordenó, pero esa mujer entró hecha una fiera y me quería obligar a meterme en el agua, parece que nos había escuchado.— Forcejeamos y de repente, fue como si un hierro a fuego vivo me estuviese quemando por donde ella me estaba agarrando.— Mire, mire usted misma, las marcas que me dejó la m4ldita – Lorena, arrodillada, le mostraba a la jefa de doncellas, las marcas de quemadura de una mano humana en su brazo.— Bien, pero al final fallaste en la encomienda y sabías muy bien que te tendría que castigar de todas maneras.La mujer tomó un látigo que había en la pared y la chica arrodillada apretó entre sus dientes un palo envuelto en un trapo blanco para evitar morderse la lengua.Estaba temblando, asustada, pero decidida.El sonido del látigo sonaba en la estrecha habitación del castigo y los gritos reprimidos de dolor. El olor a sangre ya flotab
NARRADORA — Alfa, ¿cómo puede ser posible? Por favor, recapacite. — Tanto tiempo esperando que usted se decida a casarse y al final ¿cree que es correcto que una simple esclava sea la Luna de la manada? – uno de los guerreros más antiguos le recriminaba a Cedrick desde su asiento. Todas las figuras más importantes de la manada, sentados en los estrados, en este inmenso salón, donde el Alfa presidía en una silla majestuosa como si fuese el rey de la manada. — Es cierto, Alfa no estamos de acuerdo. — Sí, usted siempre nos ha dicho que no aceptaba las propuestas de nuestras hijas porque se guardaba para su mate, ¿cómo es que ahora las cosas han cambiado de repente? – Cedrick sabía muy bien, que el jefe de guerreros, sería el primero en protestar. Siempre había querido meterle por la cabeza a su hija y él la había rechazado de todas las maneras posibles. — ¿Ya terminaron sus quejas? – habló en voz baja sin siquiera alterarse, pero la algarabía en la habitación se congeló. No import