CedrickLa pequeña esclava, delante de mí, me aseguraba que ella podía darme el trono del Rey Alfa.Me asombró al saber que se había colado furtivamente en la mansión para verme y mucho más, descubrir que dentro de ella se escondía semejante poder.— Pruébamelo— la miré fijamente y la sentí estremecerse. Debo admitir que me produce un placer morboso dominarla.— ¿Podemos estar a solas? – me susurró mirando con disimulo hacia mi Beta, que lo había mandado a buscar y estaba en una esquina como estatua.— Él es de confianza, lo que sea que me vayas a enseñar, puedes hacerlo frente a él – me miró con esos hermosos ojos, no muy convencida y como siempre, mi lobo estaba haciendo de las suyas, intimidando a su pequeña loba, rondándola y tentándola.Solo que el ambiente, cambió a mayor seriedad al ver lo que ella mostró.La sentí concentrarse y cerrar los ojos, toda su frente comenzó a sudar y su ceño fruncido de manera dolorosa, como si estuviese haciendo un gran esfuerzo.Levantó una mano
Cedrick— Está de más decirte, que esto es algo que solo podemos saber los que estamos en esta sala – le dije cambiando el tema y ella subió la cabeza y asintió.— Nadie más lo sabe, no le he dicho a nadie.— Bien, ocuparás desde hoy una habitación en la mansión al lado de la mía, para facilitar la tapadera de la pareja perfecta y la cuestión del ritual para sacar tu poder— comencé a pensar en todos los preparativos.— Necesito un tiempo para anunciar esta noticia, como entenderás, va a ser un poco extraño que de repente el Alfa se enamore perdidamente de una desconocida— ella asintió y estaba complacido de hablar con alguien inteligente.— Aprenderás tus deberes de Luna y solo nosotros sabremos de nuestro acuerdo. — Tendrás que relacionarte con los miembros importantes de la manada y hacer lo que te corresponde – la sentí más asustada y nerviosa.— No te preocupes, alguien te enseñará.— Bien, entiendo, haré lo mejor para no defraudarlo – me dijo sacando seguridad.Debo admitir que
RavenMe quedé parada como tonta delante de esta enorme habitación. ¡Nunca había tenido tanto espacio para mí sola!La cama de madera maciza con dosel era enorme y hermosas cortinas color hueso colgaban de los postes.Un juego de sofás cerca de un enorme ventanal y al acercarme, vi que en realidad era una puerta de cristales que daba a un pequeño patio interior.“Wau, todo aquí es hermoso, Raven ¿Seguro que esta es nuestra habitación?”“Eso parece” respondí a Sena que igual estaba asombrada.Caminé a una puerta que se encontraba en una de las paredes, pero al intentarla abrir, estaba bloqueada desde el otro lado.“Me imagino que da acceso al cuarto del Alfa”“Raven, sé que es necesario que el Alfa te ayude a controlar el poder para que no te hagas daño, pero “¿estás segura de que estás lista para eso?”Sena me preguntó con preocupación y la verdad, segura no estaba.Y mi nerviosismo creció más, cuando entraron dos doncellas a prepararme el baño y me tomaron las medidas para nuevas rop
Raven— ¡Señora, señora, esta esclava está mal de cabeza, comenzó a atacarnos sin razón! ¡Casi ahoga a Lorena! – la chica se tiró al suelo y armó todo un drama haciéndose la inocente.Yo solo me quedé parada en mi sitio, mojada y también herida. De repente una exclamación se escuchó y todas las miradas se fijaron en la doncella que salía del agua.Yo también la miré. Parecía una cosa horrenda. Toda la piel enrojecida y grandes ronchas asomándose por toda la cara, el pecho y las manos.Yo sabía que su cara de agonía dolorosa no era fingida. Mis manos también estaban heridas y donde había caído las salpicaduras, ardía a morir.— Revisa el agua y ayúdenla a salir— Lady Amalia le ordenó a una señora mayor que estaba a su espalda.La tal Lorena lloraba ahora a moco tendido, sin olvidarse de darme una mirada rencorosa, y vi cómo las doncellas que venían con la hermana del Alfa, también me miraban raro.— Son sales de Callum— fue el veredicto de la doncella mayor.No tenía ni idea de que e
Raven De repente, un toque húmedo cayó en una de mis manos y una cavidad caliente rodeó mis dedos, que el Alfa comenzó a chupar eróticamente.Sentía cómo mis manos temblaban, yo no tenía nada de experiencia en seducción, él notaría mi temblor.Me atreví a subir la cabeza y entonces me encontré con sus hermosos e intensos ojos azules, devorándome y haciéndome promesas calientes y excitantes.Subió mi antebrazo y lo pegó a su rostro, sacó la lengua para lamer cada rasguño y cada herida con paciencia.Yo estaba como hipnotizada y sentía el fuego creciendo en mi interior, más intenso y concentrado entre mis piernas.— Acuéstate en la cama – ordenó el Alfa en mi oído, oscuro y ronco, no había espacio a negarse, así que lo hice.Me acosté, no por completo, sino apoyada en mis codos y él se subió a horcajadas sobre mis caderas. Todo su enorme cuerpo, musculoso y alto, presionándome con su poder.Me sentía tan pequeña, tan vulnerable, tan dominada y tan malditamente caliente, que cuando ba
CedrickAlgo comenzaba a decirme, que no tenía que ver en particular con lo que yo hice.— No me lastimaste, yo…solo, no tengo mucha experiencia, intentaré mejorar… intentaré que no sea un sacrificio tan difícil para ti…— No, no, no es un sacrificio, no digas eso – no pude aguantar más y la abracé contra mi pecho. Se sentía tan débil y pequeña.— Me adelanté mucho, lo siento, pensé, que ya habías pasado por tu celo, que sabías más del sexo.— ¿Tú, eres virgen? – mi corazón por alguna razón comenzó a latir fuerte, anhelando su respuesta positiva, pero Raven solo se puso más rígida en mis brazos.— ¿Eso es importante? – me preguntó, hundiéndose más en mi pecho y ya sabía la respuesta. Ella se había entregado a otro hombre, quizás a su mate, que lo comenzaba a odiar con todas mis fuerzas.Parece que la trataron mal, que tuvo una mala experiencia.— No lo es, para mí no es importante – mentí un poco.No voy a negar que moría por tener el placer de tomarla por primera vez, pero en realid
Raven— Bien, espérame aquí un momento – su voz ronca me habló, colocándome con suavidad sobre el borde de una inmensa cama con sábanas suaves en negro.Todo este cuarto era grande, con muebles macizos y serios, frío e impersonal como su dueño.Pero por alguna razón, me relajé enormemente al encontrarme rodeada por ese olor a bosque salvaje nevado, el olor del Alfa que impregnaba toda su habitación.Tragué un poco nerviosa y lo vi como se alejó impetuoso hacia una puerta que supongo sería el baño.No me atreví siquiera a moverme y solo miraba a mi alrededor, curiosa, pero sin parecer una fisgona. Escuché el sonido del agua correr y luego volvió a aparecer y a rebuscar en un gran closet.— Bien, pronto te traerán ropa limpia, pero mientras tanto, puedes usar una de mis camisas, porque creo que te quedaran como vestidos – me dijo sacando una prenda de entre sus cosas.— ¿Esta te parece bien?— Claro, me encanta el azul – le dije mirando a sus ojos y luego dándome cuenta de que sus ojos
Cedrick Esto de ser un caballero me estaba costando la mitad de la vida. Soy un Alfa acostumbrado a tomar lo que desea y ya, sin tanta floritura ni seducción. Ni siquiera con las lobas vírgenes que me he acostado antes, había tenido que reprimirme tanto. Pero cuando miro a esos hermosos ojos dorados y veo la confianza y dependencia en su interior, es como si todo este esfuerzo valiera de sobra la pena. La recompensa que obtendré luego, bien vale que me quede ahora con los huevos morados y tieso. Ni siquiera pude ir a entrenar y dejarla sola en esa habitación llorando. Esta mujer sigue trastornando mi voluntad. — Yo te ayudo – le dije, acercándome y tomando una esponja suave que saqué, vertiendo el gel de ducha sobre ella. Ella estaba de espaldas a mí, con esas sexis curvas de su cintura, sus amplias caderas y sus nalgas al descubierto. “Diosa, dame paciencia” Me concentré en tallar su espalda con la mayor suavidad que pude, aunque de repente mi atención se desvió a las cicat