Prólogo.
Mi vida no podría ser más caótica de lo que es ¿no?
Mi tío él que a estado conmigo durante estos ocho años en los cuales me he hecho cargo de mi manada Blades Moon, como fue bautizada hace siglos, ahora se le ha ocurrido que contraiga matrimonio con uno de los Alfas del norte, no se porque tan lejos, y no es que quiera contraer matrimonio con alguien, si lo hiciera sería con mi destinado y nadie más.
Ni siquiera he tenido la dicha de conocer a mi destinado y ya quiere casarme con alguien que he visto solo en reuniones, y eso no es lo malo, ¡oh! No, lo malo es que el tipo me cae de lo peor y creo que el sentimiento es mutuo, además de eso él fue uno de los primeros que se opuso cuando el Alfa Supremo, me cedió el cargo de alfa ya que solo yo podía tomar el cargo.
En primera: porque yo tengo la marca que dice que soy la siguiente Alfa y esa marca nadie la puede borrar porque es la marca que designa la diosa luna cuando un nuevo Alfa nace.
Segundo: soy la única hija del Alpha anterior o sea mi padre.
Tercero: sólo yo sé cómo guiar esta manada, mi padre me preparó durante años ya que él sabía que los Alfas se iban a oponer que una mujer tomara el cargo de alpha, su machismo y litros de testosterona no los deja ver más allá de sus malditas narices.
Creen que porque son hombres están mejor capacitados para llevar una manada, ja pues se equivocan, una mujer también puede, malditos imbéciles.
Y yo les he demostrado que si puedo liderar una manada y estoy cien por ciento segura que ni siquiera mi beta lo podría hacer mejor que yo.
No se cual es el interés de mi tío que me casé con ese Alfa grotesco y subdesarrollado. Además de eso un anormal sin cerebro, pueda que su manada sea una de las más fuertes del norte, pues a mi me vale madre su grandeza, la agarro y me sacudo los mocos con ella.
—Tu unión con el Alfa Brenon es un hecho —Me anuncia entrando a mi despacho, gruñó por su interrupción.
—Cuántas veces te he dicho que toques la m*****a puerta —Gruñó cada palabra.
—Vivo aquí también —Lo miró con los ojos rojos, él agacha la cabeza porque sabe que a mi loba tampoco le ha gustado su atrevimiento y mucho menos la noticia. —Lo siento mi Alfa.
—Vete antes que se me olvide que eres mi tío.
—Un tío que quiere casarte con un maldito despiadado.
—Lo sé, no me lo recuerdes.
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—¿Qué haces aquí? —Miro al subnormal quien se ha tomado el atrevimiento de entrar a mi habitación, me cruzo de brazos.
—Seré tu esposo dentro de poco, deberías darme lo que deseo de ti.
—Y que se supone que es lo que te tengo que dar —Él mira mi cuerpo el cual solo está cubierto por un albornoz.
—Complacerme en la cama es para lo único que sirven las mujeres—. Pero qué mujer crió a este imbécil.
—¿Tienes madre? —preguntó. —Pareciese que fuiste criado por animales no por una mujer, acaso ella no vale nada para ti, supongo que tu padre te enseñó eso, si ese es el caso te equivocas conmigo no te voy abrir las piernas ni hoy, ni nunca, podremos casarnos, pero eso no sucederá —Se acerca a mí con rostro enfurecido.
—Serás mía ahora y cuando me plazca —Sonrió internamente, me encanta que me desafíen y más si es un hombre con un ego más grande que su cerebro.
Me toma del antebrazo, y me pega a su cuerpo, levanto mi pie y le estrelló mi rodilla en sus genitales con fuerza, me suelta y antes que caiga le doy una buena patada en la cara y como a mi no me gusta la violencia lo termino de rematar al caer, le meto una patada en el abdomen con intenciones de sacarle el hígado si es posible.
(******).
Al descubrir la causa y el motivo por el cual él imbécil se quería casar conmigo decidí dejar todo y no eso no era lo peor, lo peor era saber que habían más personas de mi entera confianza detrás de todo esto, pero juro que me las van a pagar ahora sí conocerán lo peor de mí.
Subí a mi auto y conduje y conduje hasta llegar a un establecimiento donde había un bar.
Entre, no porque quisiera ahogar mis penas en el alcohol, solo quería un trago para calmar mis ansias.
No se cuanto tiempo estuve ahí hasta que me llegó ese olor tan agradable y exquisito a la vez, mi piel se estremeció y mis ojos estaban deseosos de verlo.
Era él, no quería verlo, este no era el momento, yo estaba dolida, pero mi enojo era mucho peor, no presté atención y solo me dejé embriagar por su aroma.
—Hola puedo acompañarte —Me dijo una voz grave que hizo que suspirara por ella.
—Si por qué no —Le respondí.
Él llegó a mi vida a darle giros inesperados, pero sobre todo a ser la luz de mi vida.
Pesadillas.Naín. —Papá no mírame —Le gritó por enésima vez. —Papá por favor no me dejes papá —Mis lágrimas salen a cántaros. —Papá quién te hizo esto —Me aferró a su cuerpo, siento que alguien me toma del antebrazo, sin pensarlo saco mis garras y se las entierro en las piernas desgarrando su ropa y su piel. —No te atrevas a tocarme —rujo. —Papá —Lo tomó en brazos, su cuerpo ya está frío. —Por qué diosa luna, por qué te lo llevas ahora. —Lloro sin importarme quien me miré. —Papá, papá.. —Papá, papá —Despierto sudada y agitada.—¿Pesadillas de nuevo? —pregunta mi loba.—Si Deka, ¿por qué siguen ahí dime?—Tal vez porque prácticamente tu padre murió en tus brazos.—Tal vez.Desconecto el link con mi loba, me levanto de la cama y voy al cuarto de baño, para empezar mi día. Antes que nada me presentaré, soy la Alfa Naín Taria Blondel Máncer, soy hija única, tengo doscientos cincuenta años, parezco una joven de veintitrés años y muchos se confunde con mi rostro juvenil, piensan que no p
Naín.¡El olor!—Si nunca lo olvidé, Deka, es el mismo que tenía papá cuando murió.—Eso significa que el mismo que mató a papá anda detrás del ataque.—No solo del ataque Deka, estoy segura que de todos los ataques, sea quien sea vamos a dar con él y vamos acabar con su vida, no importa de qué especie sea los voy aniquilar.—Los vamos a aniquilar.—Alpha ¿que sucede?—Nada —Voy a mantener esto en secreto hasta tener algo en concreto.Tal vez tenga alguien que le ayude desde dentro, se que dentro de mi propia gente hay quienes no me aceptan como su Alfa, por ello no me voy a hechar voy a luchar por mi gente hasta el final.Sigo el olor hasta que lo pierdo, tal vez subió algún auto, lo único que se percibe es el olor a diésel, tal vez sea de los autos de los guerreros.Al terminar de revisar todo el perímetro regresamos al mismo lugar donde empezamos.—Será mejor que regresen a sus puestos, excepto ustedes dos.—Puedo ir Alfa.—No Edril, te necesito en la manada, quiero que estés atent
¡Fue un atentado!Narrador omnisciente.El fuego empezó a cubrir el contenedor, la Alfa aún seguía dentro de él.En cuanto el beta se dio cuenta corrió a socorrerla, entró sin importarle que el fuego le causará lesiones, siguió hasta dar con su cuerpo, la tomó en brazos y la sacó, su cuerpo estaba lacerado, tenía una gran herida en su costado. Salió del contenedor y fue al auto.Subió al auto que estaba esperando y la llevaron a una clínica, aún ella seguía inconsciente.—Mi Alfa despierte por favor —Pedía su Beta, mientras el conductor conducía como un maniático.Al llegar a la clínica la acostaron en una camilla, uno de los doctores se acercó.—¿Qué le sucedió a la Alfa? —Preguntó el doctor.—Ella estaba rastreando no se que, no me dijo y cuando ya estaba en el último contenedor este explotó, al parecer tenía algún dispositivo.—Debería curar, ¿por qué no cura, debería hacerlo? —Dijo el doctor mirando la herida.—Ha perdido mucha sangre —Dijo el beta.—La llevaré al salón, eso de ah
—Tráiganlo ante mi ya —Edril camina hacia la puerta. —Espera Edril llévalo donde nos encargamos de los traidores.—Si Alfa —No quiero manchar mi piso de la sangre de un traidor como él.Tomo mi laptop y la dejó resguardada como siempre, papá me enseñó mantener todo lo importante bien resguardado y de los traidores encargarse lo antes posible, antes que te vayan hacer un daño más grave.Siempre me dijo que para ser un buen líder hay que llevar la delantera de todos tus enemigos, no solo tengo enemigos en el mundo sobrenatural, sino que también los tengo en los negocios, los cuales muchos son humanos, ya que han querido negociar conmigo para hacer sus negocios ilícitos y como me he negado muchos quieren mi muerte.Al llegar a la bodega entro y me acerco donde esta Edril, Tamir y Galo uno de mis mejores guerreros.—Alfa —Agachan la cabeza, paso de ellos y voy directo a mi objetivo.—¿Por qué? —Pregunto él me mira con confusión.—¿Qué sucede Alpha por que me trajeron aquí, que sucede?—Di
Los cómplices.Naín.Subí al auto y pedí que me llevarán al apartamento de Yaren no tengo contemplado regresar a la manada hasta dar con los otros dos humanos que estuvieron de cómplice con el lobo traidor, de sólo pensar me dan ganas de revivirlo y destrozarle la cabeza y echárselo a los buitres carroñeros, pero ni eso merece el maldito desgraciado, él era casi la mano derecha de mi padre.—Maldito infeliz hijo perra—. Masculló más que molesta.—Hemos llegado Alpha.—Gracias estén pendientes —Salgo del auto y subo al ascensor.Tendré que hacer una revisión exhaustiva de todo mi personal de trabajo.No tengo que tocar la puerta por qué está abre de una vez. —Por la diosa Naín tienes sangre.—Por eso te pedí que prepararas la ducha.—¿Lo mataste con tus propias manos?—Si Yaren, lo maté yo.—Alguien más no pudo hacerlo.—No, soy la líder la que planea y ejecuta.—Ven, necesitas deshacerte de ese peso que llevas encima.—Si hubiera sido hombre no hubieras dicho eso, ¿verdad?—No, pero
Nain.—Que no, no me voy a casar con un lobo y menos un Alpha, y menos si no es mi mate. —Eso solo será hasta que todo esto pase. —¿Qué clase de Alpha seré si delegó mis obligaciones a otro Alpha? Te has puesto a pensar en ello, como ves no soy muy bien vista por llevar el cargo de una manada tan grande y fuerte, ahora con un matrimonio arreglado como me verán —refuto. —Y eso que, ya has demostrado que eres una excelente líder. —Sí, y si me caso por los ataques no quedaré bien parada, así que no gracias si quieres casar a alguien cásate tú —Me retiro del comedor y me encierro en el despacho. Tal vez si uno fuerzas con algún Alpha pueda dar con este individuo, esa es una mejor solución que contraer matrimonio. Dos días después las alarmas sonaron, otro ataque se estaba dando, esta vez los cazadores, vampiros y lobos venían armados hasta los dientes, varias cabañas fueron incendiadas mientras le hacíamos frente al ataque. —Alpha Naín cuidado