El viento suave y gentil mecía con el vaivén de un baile silencioso la larga cabellera de Isobel, cielo y oro se miraron fijamente aquella mañana nublada donde el silencio reinaba, los muros de la vieja abadía lucían tan solemnes como siempre, majestuosos, recibiendo un día mas entre los muchos que ya había recibido desde hacía siglos, como un mudo testigo del paso del tiempo, aquellas paredes guardaban sepulcral y respetuoso silencio al reencuentro de dos que estaban destinados a encontrarse.
– Bienvenida bella Isobel…te esperaba – dijo Vasile añorando a la joven belleza frente a él.
Isobel sintió un nudo formándose en su garganta…aquella voz, que escuchó muchas veces dentro de sus sueños, era real, aun cuando siempre se negó a creerlo así…aun y cuando no aceptaría jamás ser la sombra de alguien más…sin embargo, la razón que la traía de regreso a la abadía no era ella o su extraña conexión con el conde…si no, la seguridad de los pequeños bajo su cuidado, negando en
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La fresca madrugada dejaba sentir un viento delicioso y refrescante que regalaba caricias a flor de piel, la luz de la luna llena entraba filtrada entre las blancas cortinas que danzaban al vaivén del viento dibujando formas espectrales llenas de gracia, mirando aquel desolado y oscuro paisaje sentada en el balcón de sus aposentos, Isobel Bennet contemplaba la silueta lejana y difusa de la vieja abadía, aquella pintura, la primera que hizo cuando llego a Sibiu, seguía decorando el centro de su pared trayendo pensamientos de vuelta, se preguntaba si su hermoso Conde, la había estado observando en el momento en que plasmo la imagen en el papel sentada al frente de la abadía…recordaba la sensación de aquel primer beso que habían compartido ocultos en las sombras de aquella hermosa abadía.No podía dormir, aquel sentimiento tan pleno, tan hermoso, que había experimentado al besar los fríos
“Ser lo que eres no te vuelve un pecador, mereces redención como todos los hijos de dios la merecen, no derrames mas sangre inocente, busca tu salvación dentro de ti mismo…yo creo que dios si nos puede perdonar y amar a todos, incluso a los que son como tu…se que la soledad duele, por ello es que decidí acompañar al Conde de Bourgh, le he amado sin importarme lo que él es…alguien más podrá amarte también a ti Dragos” Una nueva noche llegaba, la luz plateada de la luna entraba por los grandes y vetustos ventanales en su castillo, las hordas de humanos se habían marchado un rato atrás, muchos extranjeros llegaran a sus tierras buscando tener un encuentro paranormal con un vampiro, atraídos por las muchas historias que se escribían y hablaban a diario sobre los ataques recientes, eran muchos los que se adentraban al castillo por las noches, y eso nunca terminaba bien…para ellos. – Estas máquinas son geniales, he estado jugando con este perrito, se supone que d
La danza de las hojas que caían desde las copas de los árboles, era algo que se volvía cada vez más común de ver, el verdor del verano comenzaba a teñirse en tonalidades rojizas y amarillentas, develando así la oportuna llegada el otoño, los vientos cada vez más fríos, mecían con gentileza las blancas y prístinas cortinas de aquella habitación de hospital, era una tarde serena, apacible, o, al menos lo había sido hasta la inoportuna llegada del padre Alessio Meuric a dar una bastante aburrida perorata a los niños enfermos, sobre dios y el reino de los cielos que les aguardaba al morir.La hermana Jenica, bastante molesta, se había hecho de palabras con el infame, que solo había logrado hacer llorar a los pequeños.– Nunca te había visto tan enojada, aunque debo admitir que fue bastante reconfortante ver como lo hechas casi a patadas
El viento nocturno soplaba con delicadeza acariciando gentilmente sus sonrosadas mejillas, la vista desde las alturas en la vieja abadía era algo simplemente espectacular, Isobel había desviado su camino a casa para escabullirse con su hermoso Conde hasta los ya muy oscuros bosques, sabia que seguramente su abuelo estaría con los nervios en punta, pero después de la acalorada discusión de la noche anterior, no se sentía con deseos de comenzarla de nuevo, amaba y respetaba profundamente al gran Velkan Bennet, pero no podría estar de acuerdo con el de ninguna manera.Mirando a los hermosos ojos de oro del Conde de Bourgh, Isobel sabia que no deseaba perderlo en manos de su abuelo o Emmeran, no sabia bien la diferencia que había entre un príncipe vampiro como lo era el o los recién nacidos que se hallaban charlando amenamente más abajo, los “hijos” de Vasile, el conde les había
El sonido de las gotas de lluvia golpeando el vidrio en el ventanal la había hecho despertar, el olor del café en la cocina reanimaba sus sentidos, aun eran altas horas de la madrugada y suponía que su amigo estaba preparando café ocupado en su investigación sobre eventos extraños en Sibiu, el cielo gris anunciaba el definitivo final del verano y el comienzo del reinado otoñal, y con él, los vientos cada vez más fríos junto a días cada vez mas cortos, las personas en el pueblo se mostraban mas inquietas ante los sucesos recientes, una legión de strigoi se hallaba ya habitando en las ruinas de la vieja abadía y ella…ella se había enamorado del príncipe que la habitaba desde hace demasiados siglos.Mirando su rostro en el espejo, se pregunto si aquella llamada Izebel, su supuesto antepasado y de quien, se suponía, ella era una reencarnación, había
La luz del sol se dejaba sentir aquella ajetreada mañana, el cielo medio nublado decía que por ese día, no habría lluvia por lo menos unas horas, el basto desayuno había sido delicioso y abundante, Nicoleta, feliz con la llegada de Maurizio, se había pulido en la cocina, era domingo, día de descanso de Isobel, y, aunque lo único que realmente deseaba era correr hacia la vieja abadía, por ese día no podría hacerlo, le debía a su querido amigo un tour por el pueblo y una explicación mas a fondo de lo que venia ocurriendo en aquel lugar, Maurizio ya había repasado todas las notas de internet y locales sobre los extraños eventos, y el joven, siempre creyente de los temas paranormales, quería comprobar por si mismo si todo aquello era real o solo el producto de la histeria colectiva, el asunto lo tenía completamente emocionado y por supuesto, Isobel solo sonreía a
La media luz de la vela parpadeaba por el viento ocasional que se colaba por las ventanas, la oscuridad de la noche comenzaba a descender en el ocaso para cubrirlo todo con su manto de tinieblas, ojos verdes como esmeraldas, escudriñaban cada párrafo leyendo hoja por hoja aquel tan antiguo registro, dándose prisa, Jenica Petre tomaba aquellos tan viejos documentos que había descubierto y que se habían salvado, de alguna manera, del deterioro del paso de los años, apagando aquella luz, la monja salía de aquel pequeño espacio, mirando hacia todas partes esperando no ser observada, una vez confirmado que no había nadie más, salía presurosa hacia los pasillos mas concurridos del hospital, se había excusado por el día argumentando un malestar, debía salir de allí cuanto antes para lograr indagar más sobre lo recién descubierto en la privacidad de su hogar.Apresur
La luz de la luna bañaba con su luz cada árbol y pino en el bosque, el silencio vagamente interrumpido por el sonido de la fauna y el silbar del viento entre las hojas, reinaba en los bosques de aquel misterioso y hermoso condenado, Isobel admiraba la belleza de aquel claro que se hallaba junto a un precioso lago de agua cristalina, que reflejaba a la luna en todo su esplendor, sin embargo, un escalofrió la recorría de manera repentina al admirar la belleza plateada reflejada en las aguas de aquel lago…Dragos Albescu, no había pedido a Vasile llevarla a dar un placentero paseo nocturno…tenia que decirle, decirle que aquel ser que la llamaba por otro nombre la había visitado, contarle el gran temor que tenia de algo terrible terminara ocurriendo.– Te ves hermosa, allí, admirando la belleza de la luna – dijo repentinamente Vasile.Isobel observo a aquel hermoso conde, aquel al que amaba a un a pe