CAPITULO 13- HIRIENDO PEQUEÑOS CORAZONES.Emma y Olivia bajaron las escaleras tomadas de la mano. Cuando llegaron al salón principal, se detuvieron al escuchar la voz de Alessia. Estaba de espaldas, hablando por teléfono, y su tono despreocupado y burlón llenaba el aire.—Sí, estoy aquí, en la mansión de Lucien —dijo, con una risa fría—. ¿Te imaginas? Rodeada de estos huérfanos molestos.Emma apretó la mano de Olivia con fuerza, sintiendo la indignación subirle como fuego por el pecho. Alessia continuaba, ajena a su presencia.—La molestia enferma sigue igual —añadió con desdén—. La verdad, no sé cómo Lucien lo soporta. Es una carga inútil... pobre de mí si tuviera que cuidar algo así. Por suerte, cuando me case con él, ese asunto seguirá siendo solo problema suyo.Olivia ahogó un pequeño sollozo, llevándose una mano a los labios. Pero los ojos de Emma se llenaron de lágrimas y su expresión era de puro enojo. Las palabras de Alessia eran como cuchillos, hiriendo profundamente sus pequ
CAPITULO1- UN HOMBRE SIN CORAZON.Las manos de Grace temblaban incontrolablemente mientras sostenía la pequeña prueba de embarazo. Era increíble cómo algo tan diminuto podía contener una verdad tan inmensa. Su corazón latía con fuerza, casi al ritmo del tictac del reloj en la habitación. La imagen de su padre, siempre tan severo y orgulloso, flotaba en su mente, y el eco de sus palabras sobre la respetabilidad y la honra familiar la atormentaban. La familia “Bradford” no solo valoraba la perfección; la exigía. Ahora, todo podía venirse abajo por culpa de aquel pequeño objeto.El miedo la consumía, pero no solo por su familia. Lucien… Su sola imagen le hacía un nudo en el estómago. ¿Cómo reaccionaría él? ¿Sería tan cruel como ella temía? Cerró los ojos, buscando una fuerza que parecía eludirla, y respiró profundamente. «Tienes que hacerlo» se dijo. «No hay vuelta atrás.»Con una determinación palpable, se levantó del sillón, se alisó la falda con manos temblorosas y salió de su consul
CAPÍTULO 2 - UNA VERGÜENZA FAMILIAR.Grace estacionó el auto frente a la imponente casa. La familia Bradford no era cualquier familia. Durante generaciones, habían sido figuras prominentes en el mundo de la medicina: cirujanos, especialistas y directores de hospitales. Era casi un mandato no escrito que sus hijos siguieran el mismo camino. Grace no fue la excepción. Aunque su verdadero sueño era ser arquitecta y diseñar, su padre había dejado claro que "los Bradford no dibujan planos; los Bradford salvan vidas".Apagó el motor y permaneció un momento en el auto, sus manos aún temblando al recordar el día que había cambiado su vida. Todo había comenzado meses atrás, con un descubrimiento que destrozó su mundo.Ella había planeado una sorpresa para su aniversario con Ethan, su novio. Había cocinado su platillo favorito y comprado velas aromáticas para llenar su departamento de un ambiente romántico. Quería que la noche fuera perfecta. Sin embargo, al abrir la puerta, no encontró la sonr
CAPITULO 3-ELLOS NACIERON MUERTOS.8 MESES DESPUES…Las paredes parecían absorber los gritos de Grace, quien yacía en la cama de su dormitorio, retorciéndose de dolor. Su rostro estaba empapado en sudor, y sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas mientras otra contracción la atravesaba como un rayo.—¡Aaah! ¡No puedo más! —gritó.A su lado, la comadrona, trabajaba con calma pero con urgencia. —¡Vamos, Grace! ¡Tienes que seguir pujando! —le dijo mientras le limpiaba la frente con un paño húmedo—. ¡El bebé está cerca, pero necesito que sigas empujando con todas tus fuerzas!Grace negó con la cabeza, lágrimas ya rodando por sus mejillas. El dolor era insoportable, como si su cuerpo estuviera siendo partido en dos.—¡No puedo! ¡No puedo hacerlo! —sollozó.La comadrona no se detuvo. Se inclinó hacia ella y le tomó la mano con fuerza.—¡Sí puedes! ¡Eres fuerte! ¡Vamos, Grace! ¡Por tu bebé! ¡Empuja ahora!Ella cerró los ojos y reunió toda la energía que le quedaba. Gritó mientras emp
CAPITULO 4- UNA NUEVA VIDA.Grace se miraba en el espejo, el vestido blanco cayendo sobre su cuerpo como una prisión de seda. Las lágrimas corrían silenciosas por sus mejillas.—No puedo hacerlo, señora Dubois —dijo, con la voz rota, sin apartar la mirada de su reflejo—. No puedo casarme con él.El ama de llaves, que había estado ajustando el velo, se detuvo y la miró con preocupación. Grace apretó los labios, tratando de contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarla. El hombre con el que su padre la había comprometido era casi tres décadas mayor que ella, un comerciante rico que había prometido invertir una fortuna en los negocios de William a cambio de la unión. Para su padre, era un trato perfecto, una transacción fría y calculada. Para Grace, era una sentencia.—Es un monstruo... —murmuró, bajando la mirada al suelo—. Pero no le importa. Nada le importa... ni siquiera mis bebés.Sus manos se deslizaron hacia su vientre, ahora plano, y lo acarició con una ternura
CAPITULO 5- EL NIÑO NECESITA UNA MADRE.SIETE AÑOS DESPUES…El ambiente en la mesa era tenso y la conversación era unilateral. La mujer hablaba con entusiasmo, pero Lucien apenas la escuchaba, la voz de la mujer, le resultaba molesta, como el zumbido de una mosca que no podía ahuyentar.—Y estaba pensando, que los anillos podrían tener un diseño más clásico, algo que simbolice la unión perfecta. ¿Qué opinas? —preguntó ella, inclinándose ligeramente hacia él, con una sonrisa que buscaba su aprobación—. Y, oh, la luna de miel... Estaba pensando en Italia. Roma sería tan romántico, ¿no crees bebe?Pero Lucien no respondió. Su mente estaba en otro lugar, rebobinando las últimas horas. Había pasado la tarde interrogando a uno de los hombres de los O'Connell, una familia mafiosa irlandesa que llevaba meses causando problemas en sus negocios. Lo que había descubierto no le gustaba: los envíos de whisky estaban en riesgo de no llegar a tiempo, y eso podría desatar una cadena de problemas que
CAPITULO 6- ENCONTRANDOSE CON EL AMOR PERDIDO.El estruendo de la música dentro del club era ensordecedor, cada bajo retumbaba como un martillo en los tímpanos de Grace. O, mejor dicho, de Lola. Así se hacía llamar ahora, un nombre que había adoptado para esconderse del pasado que la perseguía. Este trabajo no era precisamente su sueño, pero no tenía otra opción si quería pagar el alquiler y sobrevivir un mes más. Las luces parpadeaban en tonos neón, iluminando fugazmente el lugar, mientras las risas y los gritos de los clientes se mezclaban con el ritmo de la música. Todo era un caos, un ruido constante que parecía ahogar cualquier pensamiento.Grace, con su cabello rubio recogido en una coleta alta y sus ojos avellana brillando bajo las luces artificiales, se ajustó la pajarita negra de su uniforme. El atuendo no era más que una camisa blanca ajustada, un chaleco negro y una falda corta que apenas le llegaba al muslo. No era cómodo, pero funcionaba para mantener las propinas altas,
CAPITULO 7- NUESTROS HIJOS.La imponente figura de Lucien destacaba incluso en la penumbra del club. Vestido con un traje oscuro impecable, parecía fuera de lugar entre el caos y el ruido del ambiente. Pero lo que más llamaba la atención era su mirada: fría, calculadora, como si estuviera evaluando cuánto tardaría en acabar con el hombre si se atrevía a desobedecer.El dio un paso hacia ellos, sus ojos azules clavados en el hombre como si fueran cuchillas de hielo. —Te lo diré una sola vez —gruño, inclinando ligeramente la cabeza—. Suéltala. O te aseguro que esta noche será la última vez que salgas caminando por esa puerta.El hombre tragó saliva, su ira rápidamente transformándose en miedo. Podía sentir que Lucien no estaba bromeando. Había algo en su presencia, en la forma en que lo miraba, que le decía que este no era un hombre con el que querría meterse. Lentamente, bajó su mano y retrocedió un paso, soltando a Grace de inmediato.—No quería problemas... —balbuceó, tratando de ju