CAPITULO 19- NO ME REBAJO CON EMPLEADAS.De repente, la puerta del estudio se abrió y Alessia apareció en el umbral, elegante, tranquila, pero con un destello peligroso en sus ojos. —Lucien, cariño, ¿interrumpo algo? —dijo, su tono suave, sus ojos pasaron de él a Grace, observándola con desdén—. Porque parece que estás entretenido con... la empleada.Lucien, sin inmutarse, se apartó de Grace con la misma calma que siempre lo caracterizaba, como si no hubiese pasado nada. Se acomodó la camisa con un gesto lento.—No seas ridícula, Alessia. —dijo con tono seco, casi burlón, como si su interacción con Grace no tuviera la menor importancia—. Solo estaba aclarándole ciertas cosas. Sabes que no me rebajo a perder mi tiempo con... "empleadas".Sus palabras fueron una humillación directa, un recordatorio de la posición que Grace ocupaba en esa mansión, como si su presencia no tuviera más valor que el de una sirvienta.Alessia con una sonrisa venenosa, avanzó hacia Grace con paso firme.—Ya v
CAPÍTULO 20 - DOS SEGUNDOS.Grace sostenía con amor a James en sus brazos, mientras jugaba con él y lo calmaba en el consultorio. A su lado, en silencio, Lucien observaba cada movimiento de Grace. Aunque no le había dicho nada más desde que llegaron, la tensión entre ellos era palpable, como una cuerda a punto de romperse. De repente, la puerta se abrió y entró un médico. Era amigable, guapo y con una sonrisa encantadora que iluminaba la habitación.—Disculpen por llegar tarde —dijo el médico con tono ameno mientras tomaba asiento delante del escritorio y los miraba a ambos, manteniendo la sonrisa.Lucien, con un tono hostil y frío, no tardó en intervenir:—¿Dónde está el doctor Whitaker?El médico mantuvo su sonrisa profesional, pero su expresión mostró un ligero matiz de comprensión ante la actitud de Lucien.—Tuvo que tomar unos meses por un asunto personal —explicó antes de girarse hacia Grace—. Soy el doctor Samuel Harper —dijo con un tono amable y risueño, extendiendo su mano ha
CAPITULO 21- ¿A QUIÉN MAS LE HAS SONREIDO?Grace lo miró, atónita, mientras su corazón latía con fuerza. Sin embargo levanto la barbilla, desafiando su mirada.―¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones? Que carajos te importa a quien le sonrió ―respondió, con un desafío que no pasó desapercibido para Lucien.Él se acercó aún más, su aliento rozando su mejilla. —Parecías una maldita colegiala con el médico de pacotilla —siseó, su voz ronca y cargada de una posesividad que le erizó la piel. No olvides porque estás aquí, ¿está claro?Deslizó su mano de la pared hasta su cuello, ejerciendo una leve presión que le cortó la respiración, pero que también encendió una chispa de rebeldía en ella. ―Dime, Grace, ¿a quién más le has sonreído así? ―preguntó, su voz era suave, pero la amenaza subyacente era inconfundible.Ella sintió como la rabia comenzaba a hervir en su interior. ¿Quién se creía que era para hablarle así? ¿Para controlarla? ―No te importa ― respondió, intentando apartarse d
CAPÍTULO 22 - SOY UNA TUMBA.Habían pasado dos días desde que Grace y James regresaron del hospital. Durante ese tiempo, ella había hecho todo lo posible por mantenerse alejada de Lucien, enfocándose únicamente en los niños. James, por su parte, había mejorado notablemente; ahora era menos taciturno y hasta sonreía con frecuencia. Esa era precisamente la razón por la que todos estaban en el jardín, disfrutando del aire fresco y de las risas que llenaban el lugar.—¡James, eso es trampa! —gritó Emma, mientras miraba a su hermano con reproche.—¡Ni lo sueñes, no tengo la culpa de que no sepas contar! —respondió James, sacándole la lengua.—¡Juguemos de nuevo y esta vez no te dejaré ganar! —exclamó Emma, acomodando las cartas.En medio del alboroto, la señora Hargrove apareció con una bandeja en las manos, cargada con vasos de jugo y un plato de galletas.—¡Vaya, vaya! Parece que la mansión se ha llenado de risas otra vez —comentó mientras se acercaba.—¡Es que estamos muy felices! —dijo
CAPITULO 23- ¿ENAMORADO?Lucien miró a su primo con una expresión fría y distante. Su mirada era un muro infranqueable mientras sostenía el vaso de whisky.—¿Qué haces aquí, Aaron? —preguntó, tajante y carente de cualquier calidez.Aaron, lejos de inmutarse, sonrió con su habitual aire coqueto y despreocupado, cerró la puerta y tomo asiento mientras jugaba con su encendedor antes de responder.—El cumpleaños del viejo es pronto. ¿Lo olvidaste?Lucien cerró los ojos al escuchar esas palabras. La razón estaba del lado de Aaron: el cumpleaños del abuelo estaba más cerca de lo que le gustaba admitir y por supuesto no lo había olvidado, pero prefería no pensar en ello. Con un ademán brusco, dejó el vaso con fuerza sobre la licorera, provocando un leve tintineo en el cristal. Y luego se sentó detrás del escritorio.—Eso no responde mi pregunta. ¿Qué haces aquí?Aaron soltó una risa ligera y siguó jugando con el encendedor, encendiéndolo y apagándolo sin prisa.—Voy a quedarme unos días.―¿Q
CAPÍTULO 24 - ¿INTERRUMPO?A la mañana siguiente, Grace se levantó temprano, motivada por su rutina de trotar antes de que el día se volviera demasiado caluroso. El aire fresco le llenaba los pulmones mientras recorría el parque, pero tras un par de vueltas, su ritmo se desaceleró. Con el corazón latiendo rápido y la respiración agitada, se detuvo, inclinándose con las manos sobre las rodillas mientras intentaba recuperar el aliento.De repente, una botella de agua se materializó frente a ella. Parpadeó, confundida, y alzó la mirada demasiado rápido, solo para encontrarse con un par de ojos color avellana que la observaban con una mezcla de interés y arrogancia.—Vaya, no todos los días se tiene el placer de ayudar a una dama en apuros —dijo el hombre, con una sonrisa que irradiaba una confianza casi irritante. Se inclinó un poco hacia ella, invadiendo su espacio personal con descaro—. Aunque debo decir que el esfuerzo te sienta bien.Ella frunció el ceño y tomó la botella con firmeza
CAPÍTULO 25: MALDITA TENTACIÓN.Esa mañana, Lucien estaba terminando de vestirse frente al espejo. De hecho, su rutina había cambiado últimamente; solía levantarse un poco después de las seis, pero desde que descubrió que Grace trotaba todas las mañanas, ajustó el despertador para no perderse aquel espectáculo. Y esa mañana no fue la excepción.Mientras se abotonaba la camisa, se le ocurrió mirar por la ventana. Lo que vio le revolvió el estómago. Aaron rondaba a Grace como un moscardón molesto en pleno verano. Y el golpe final llegó cuando ella tropezó y terminó cayendo directamente en los brazos de su primo. Lucien salió de la habitación de inmediato, dejando los botones de su camisa a medio cerrar y sin siquiera peinarse, con la irritación ardiendo en su interior.De repente, la risa burlona de Aaron lo sacó de sus pensamientos.—Vaya, ¿qué te pasó? —se burló—. ¿El hombre perfecto tuvo una mala noche o simplemente decidiste dejar de lado la perfección por un día?Lucien le lanzó un
CAPÍTULO 26 - ¿QUIÉN ES MAS BONITA?—¿Qué estás haciendo, papi? —preguntó Emma de nuevo, con curiosidad genuina y una ceja levantada.—Eh... yo... —balbuceó, sin saber cómo justificar que hacía allí.Emma ladeó la cabeza, esperando pacientemente.—¿Estás buscando a Grace, papi? —insistió la chiquilla con inocencia infantil.Lucien tragó saliva y asintió rápidamente, intentando recuperar algo de dignidad.—¡Sí! Sí, sí, eso, cielo. Es que... debemos ir al hospital y... y se tardaba mucho. Solo quería asegurarme de que estuviera lista —dijo, aunque su voz sonaba más a una excusa improvisada que a una explicación convincente.Mientras hablaba, deseaba con todas sus fuerzas que el suelo se abriera y lo tragara.«¿Qué demonios pasa contigo, Lucien?» se reprochó mentalmente.Emma, sin embargo, no parecía dispuesta a dejarlo escapar tan fácilmente. Lo miró con una mezcla de picardía y curiosidad, y luego soltó una bomba que lo dejó completamente desarmado.—Grace es muy bonita, ¿verdad, papi?