Nos despedimos de la familia y subimos a la limusina, en este momento mis nervios están al máximo, ¿no sé qué es lo que me espera esta noche con Leandro? Lo único que tengo claro es que debo ser fuerte. Él juró que me iba a doblegar y eso nunca sucederá, no le daré ese poder, así que veremos qué pasa.

—cuando estoy sentado en la limusina, coloco mi cabeza en el asiento, trato de hacer ejercicios de respiración para calmar toda la ira que tengo, las ganas de ir a matar a Analí no se me han quitado, ¿cómo se atrevió a tanto? Nuestra relación siempre ha sido de amistad, siempre hemos follado. Pero eso nunca intervenía en nuestras vidas personales y mucho menos en público, pero debo pasar la página porque al fin llegó el momento de darle su escarmiento a Valeria. Muero por ver su cara al entrar a la habitación, vamos todo el camino en silencio, el hotel queda muy cerca, en realidad creo que serán unos 10 o 15 minutos de camino.

—cuando la limusina estaciona, mis nervios aumentan… Leandro