Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianConocí a Cass en la facultad, ella en gastronomía y yo en arquitectura.El café unió nuestros destinos, ¿Cómo fue? simple.Me encontraba más que frustrada por los exámenes, trasnochadas y pésima alimentación, ese día estaba al borde del colapso, ya se, nada vale la pena si te estás matando de esa manera, pero, era mi carrera, para ser la mejor debo dar todo, mi madre no había criado a una perdedora llorona.Aunque mis pensamientos me daban ánimo, definitivamente mi cuerpo me pedía a gritos un descanso.Ese día, me había dejado caer en las sillas de aluminio del despachador de sodas de la facultad, había un grupo de chicos con contenedores y cosas empapeladas.La Cass de ese entonces, traía un corte asimétrico hasta el mentón, cabello castaño con rulos y en puntas decoloradas y todo un estilo darks. Se acercó a mí. —¿Día de mierda?Me estiré sobre la otra silla, haciéndome un ovillo.—Más bien, semestre de mierda—farfullé.—Hug, entiendo—me te
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianEl ambiente estaba algo espinoso, Adrián pese a que estaba físicamente presente, parecía tan distraído como desde la mañana.Edward, con el ceño más fruncido, se va a volver arrugado si sigue así.Dave Jones y yo parecíamos los únicos emocionados por continuar la junta y contar con la presencia de Humberto Rossi, el cual estaba más que embelesado (como yo) con la tecnología de punta que contaba el Corporativo Anthonyson.Dave y yo parecíamos dos niños en juguetería. —Nunca había pensado en cambiar la fachada del hotel—me dijo Rossi—, ya que es lo que caracteriza, pero al hacer un nuevo resort en la isla, creo que algo nuevo siempre es bueno.—Sí, lo es—combino Edward. —Señorita Chadburn, tiene toda mi atención—Humberto pasó del escritorio digital para acercarse a mí, donde maniobraba para hacerle los cambios detallados.Comencé explicándole el porqué del cambio y su mejoría, ayudaba bastante la visualización digitalEdward hizo un par de pre
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.EdwardJavier Castillo, mi abogado, estaba esperándome fuera del Cristal.—Todo ha ido de maravilla—me dijo en cuanto me vio—, vio el video que envió de usted siendo agredido por la señora Lovelace, el juez hizo expedir el documento de aviso de retiro de la patria potestad de su hija—me tendió un sobre—, aquí está la documentación, su hija Aubrielle ha quedado bajo custodia suya, felicidades.Un calor inundó mi pecho.Estreché la mano de Javier.—Muchas gracias—de todo corazón—, es la mejor noticia que he tenido hasta hoy.—De lo demás no se preocupe, la señora Lovelace dejará de recibir su pensión, la orden de restricción aún sigue en pie, sin embargo, pronto habrá una audiencia, probablemente en un mes, para que la señorita Aubrielle decida si quiere seguir viendo a su madre o no.—En dos meses será la mayoría de edad de mi hija, no veo necesario tal audiencia.—Podría apelar a eso con el juez, pero todo es dependiendo de su juicio.—Está bien, habl
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.EdwardVivian deshizo su abrazo de mí.Me sentí vacío.Carraspee.—Pasa.Era Iris, su semblante preocupado me hizo pensar que algo no estaba bien.Se acercó a mi nerviosa.—Señor, en recepción acaban de decirme que la señora Josephine está pidiendo entrar.¿Qué debo hacer? ¿llamar a seguridad y echarla? ¿intentar hablar con ella sobre lo sucedido?Vamos, Ed, eres un hombre educado.O estúpido.—Llama a seguridad y deja que ellos la escolten hasta aquí.—Está bien, ¿quiere que me quede?—No, Iris, será breve.—Sí, señor.Salió de mi oficina.Me levanté.—Vivian, lamento mucho esta interrupción, continuaremos nuestra reunión oficialmente cuando tenga un contrato preparado para ti, por favor, hazme saber tu opinión sobre Macovei—Ella me miró de mala gana, se cruzó de brazos—¿sucede algo?—Nada…—bufó—, pero estábamos en medio de algo, esa “señora” ¿no podía haber esperado?Sonreí levemente.—Me gustaría estar contigo más tiempo—sin pensarlo dos veces esti
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.CassiopeaLa rutina de todos mis días era pelearme con el despertado, zarandear las sabanas, maldecir la ducha. Saludar a Tiramisú, mi gato persa que no es blanco, pero tampoco es amarillo, creo que es beige.Desde hace dos días me ha estado matando con su mirada, sus verdes ojos me miran con odio desde que le corté el pelo.—Yo no tengo la culpa de que se te haya enredado—le dije cuando fui a acariciarle la cabeza.Siempre he creído que los gatos son flojos, pero este solo se queda desparramado en su pedestal de la ventana, como odiando a todo el mundo.Saqué su alimento, solo así obtuve su atención, maulló y bajó restregándose en mis piernas.—¡Ah! Ya me amas.Dejé su comida en el suelo, tomé mi vaso de agua, ya almorzaría en la cafetería.Tomé mi mochila salí del departamento, bajé hasta la bodega de bicicletas.Saludé a P.J, mi casero.—Excelente día.—Buen día para ti también, Cass—me saludó sin despegar los ojos de su periódico.—¿Qué dicen los
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianEnfrentar al terco Pierce fue una batalla titánica, le dije que sabía la verdad, de que su corporativo se estaba yendo a la mierda.No me libré de una sarta de palabrotas, pero, al final lo admitió, además no quería ser parte de todo el papeleo que se venía encima y estar desempleada por tanto tiempo.Ya tenía una oferta de trabajo que no quería rechazar.Pierce reconoció que había perdido.Aunque si sentí un poco de nostalgia, ¿Qué pasaría con los Macovei de ahora en adelante?—Fue la mejor decisión que tomaste—me dijo Adrián, cuando lo invité a comer.Piqué mi ensalada, sintiendo compasión por el pobre de Adrián, todo el asunto que estaba intentando arreglar, intentaba rescatar el corporativo del mar con una sola mano y luchando con la corriente.Y encima de todo, haciendo lo más vergonzoso de su vida, ponerse nervioso frente a una chica.Mi amigo Adrián se mantenía con los hombros cabizbajos, ni siquiera la chuleta que tenía frente a él lo
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianA regañadientes nos separamos cuando llegamos al destino.Un restaurante de que ni siquiera podía pronunciar su nombre, quizá era francés, todo gritaba “lujoso”El chocante color salmón y naranja, dorados y tono cálidos, al entrar una enorme fuente de con la escultura de Artemisa, arriba en el techo un candelabro con cientos de lluvias de cristales, un sillón en forma de S en color beige, todo era lindo, podía comer aquí y no me quejaría.El Maître estaba tras una barra de mármol rosado con detalles en dorado, un enorme espejo tras él en el cual se dibujaban pequeñas enredaderas.—Bienvenidos—el hombre tenía un pulcro traje negro, contrastando con todo, además era agradable—Señor Decksheimer su mesa está lista.Otro chico, este más joven, de pantalones negros, camisa blanca y un chaleco fucsia a rayas negras dijo que nos guiaría hasta nuestra mesa.El lugar era algo abierto, de grandes columnas corintias, sin ventanas, desde lo alto pendían de
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianQuería suponer que cada reacción es diferente, había imaginado un par de veces este encuentro, sin duda cada una de las escenas había sido diferente, pero la realidad siempre era diferente.Edward no me había soltado las manos, pero tampoco había pronunciado ni una palabra, sus ojos estaban puestos en mí, pero parecía que no me miraba exactamente, sino que se había perdido en sus pensamientos, esperé un par de minutos, los cuales me parecieron eternos.—¿Edward? —le pregunté ya preocupada por su estado, pero no contestó—¿Eddy? —tiré de sus manos. Parpadeó varias veces—, escucha, no quiero ser… no quiero aprovecharme de nada, no quiero que pienses que soy como Josephine, solo… es solo que, estaba tan dolida y enojada contigo, que no pensé en las consecuencias de mis actos y cuando Jack nació, me enfoqué tanto en él que no pensé en nada más… y ahora… él quiere… quiere conocer a su padre…Se levantó de súbito, enmudecí un poco asustada, ¿no le gu