Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.CassiopeaLa rutina de todos mis días era pelearme con el despertado, zarandear las sabanas, maldecir la ducha. Saludar a Tiramisú, mi gato persa que no es blanco, pero tampoco es amarillo, creo que es beige.Desde hace dos días me ha estado matando con su mirada, sus verdes ojos me miran con odio desde que le corté el pelo.—Yo no tengo la culpa de que se te haya enredado—le dije cuando fui a acariciarle la cabeza.Siempre he creído que los gatos son flojos, pero este solo se queda desparramado en su pedestal de la ventana, como odiando a todo el mundo.Saqué su alimento, solo así obtuve su atención, maulló y bajó restregándose en mis piernas.—¡Ah! Ya me amas.Dejé su comida en el suelo, tomé mi vaso de agua, ya almorzaría en la cafetería.Tomé mi mochila salí del departamento, bajé hasta la bodega de bicicletas.Saludé a P.J, mi casero.—Excelente día.—Buen día para ti también, Cass—me saludó sin despegar los ojos de su periódico.—¿Qué dicen los
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianEnfrentar al terco Pierce fue una batalla titánica, le dije que sabía la verdad, de que su corporativo se estaba yendo a la mierda.No me libré de una sarta de palabrotas, pero, al final lo admitió, además no quería ser parte de todo el papeleo que se venía encima y estar desempleada por tanto tiempo.Ya tenía una oferta de trabajo que no quería rechazar.Pierce reconoció que había perdido.Aunque si sentí un poco de nostalgia, ¿Qué pasaría con los Macovei de ahora en adelante?—Fue la mejor decisión que tomaste—me dijo Adrián, cuando lo invité a comer.Piqué mi ensalada, sintiendo compasión por el pobre de Adrián, todo el asunto que estaba intentando arreglar, intentaba rescatar el corporativo del mar con una sola mano y luchando con la corriente.Y encima de todo, haciendo lo más vergonzoso de su vida, ponerse nervioso frente a una chica.Mi amigo Adrián se mantenía con los hombros cabizbajos, ni siquiera la chuleta que tenía frente a él lo
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianA regañadientes nos separamos cuando llegamos al destino.Un restaurante de que ni siquiera podía pronunciar su nombre, quizá era francés, todo gritaba “lujoso”El chocante color salmón y naranja, dorados y tono cálidos, al entrar una enorme fuente de con la escultura de Artemisa, arriba en el techo un candelabro con cientos de lluvias de cristales, un sillón en forma de S en color beige, todo era lindo, podía comer aquí y no me quejaría.El Maître estaba tras una barra de mármol rosado con detalles en dorado, un enorme espejo tras él en el cual se dibujaban pequeñas enredaderas.—Bienvenidos—el hombre tenía un pulcro traje negro, contrastando con todo, además era agradable—Señor Decksheimer su mesa está lista.Otro chico, este más joven, de pantalones negros, camisa blanca y un chaleco fucsia a rayas negras dijo que nos guiaría hasta nuestra mesa.El lugar era algo abierto, de grandes columnas corintias, sin ventanas, desde lo alto pendían de
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianQuería suponer que cada reacción es diferente, había imaginado un par de veces este encuentro, sin duda cada una de las escenas había sido diferente, pero la realidad siempre era diferente.Edward no me había soltado las manos, pero tampoco había pronunciado ni una palabra, sus ojos estaban puestos en mí, pero parecía que no me miraba exactamente, sino que se había perdido en sus pensamientos, esperé un par de minutos, los cuales me parecieron eternos.—¿Edward? —le pregunté ya preocupada por su estado, pero no contestó—¿Eddy? —tiré de sus manos. Parpadeó varias veces—, escucha, no quiero ser… no quiero aprovecharme de nada, no quiero que pienses que soy como Josephine, solo… es solo que, estaba tan dolida y enojada contigo, que no pensé en las consecuencias de mis actos y cuando Jack nació, me enfoqué tanto en él que no pensé en nada más… y ahora… él quiere… quiere conocer a su padre…Se levantó de súbito, enmudecí un poco asustada, ¿no le gu
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.EdwardHay una felicidad tan grande que me recorre cuando el pequeño que me mira fijamente con algo de duda, mira a su madre que asiente en una pregunta que no salió de sus labios pero que de alguna forma ella entiende, mis pies caminan solos hasta llegar mitad de la acera y es entonces cuando ese pequeñito emprende una carrera y yo me inclino hacia él para capturarlo entre mis brazos y apretujarlo contra mi pecho en el cual quiero que pertenezca siempre.—¿Eles papá? —me preguntó con el rostro enterrado en mi cuello.Siento que su vocecita es lo más hermoso del mundo.Tuve que aclararme la garganta para poder habar.—Sí, pequeño, yo soy papá—le acaricié el cabello, era tan pequeño.Levantó el rostro, su carita sonriente, con los ojos de su madre, era como si del cielo me hubiese llegado este regalo del cual no había pedido, pero era lo que necesitaba. Recordé cuando tuve a Aubrielle en mis brazos, tenía tanto miedo, era joven e inexperto, mientras el
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.Edward—Ya no se levantará—musitó Vivian entrando a la cocina, se llevó una mano al cabello y lo hechó hacia atrás—, creo que es hora de que también me duerma.Admito que me sentí un poco decepcionado, pero, era lo mejor, si nos dejáramos llevar, me sentiría bastante mal por dejarla tan pronto como terminásemos, ya que debía llegar a casa.Le sonreí cortez.—Creo que el café será para después, salí de la cocina y fui a encontrarme con ella, la tomé de la mano—, tengo que hablar con Aubrielle.—No tienes que hacerlo ahora—titubeó, mirando nuestras manos—, puedes hacerlo con calma.Negué con la cabeza.—Ya no quiero dejar las cosas para después, he aprendido que las consecuencias son terribles.Ella soltó una leve risita.—Entonces tendremos que solo “posponer” eso—señaló hacia donde habíamos estado no menos de diez minutos, su mirada pícara le daba un aire tan infantil.—Espero que pronto no tengamos que “posponer” nada—le besé la mano—. La veré mañana
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.EdwardAubrielle se acomodó, como cuando está interesada en algo.—Antes de que pueda continuar—tragué en seco—, déjame decirte que mi amor por ti es inmenso, así que no quiero que pienses nada extraño referente a lo que te diré.—Papá, estás asustándome un poco… espera dijiste ¿cuatro años? —asentí—, ¿fue aquella mujer?Se refería a la discusión que presenció con Josephine y Vivian.—Sí, ella—me llevé la mano a la nuca—, estaba perdidamente enamorado de ella—confesé.—Pero… estabas con mamá, bueno, sé que no, “estabas, estabas”, pero al menos casado sí.—Para seguir hablando sobre ella, debo contarte lo de tu madre y yo.Aubrielle mascó un poco más de pizza.—Sé que nunca fueron cercanos—se limpió la comisura de la boca—, y ella tenía amantes, además escuche algo de ella, que quizá tenga sentido.Bufé exasperado, ¿habría dicho algo grotesco? ¿Había dicho a viva voz lo que yo le había hecho?—¿Qué escuchaste?Se quedó un momento cavilando.—Creo que e
Estuve dando vueltas por la cama casi toda la noche.Todo había sido tan rápido, y tan bien que me sentía agradecida con todo, hasta con el despertador. Aunque estaba un poquito frustrada, eso pasaba a segundo término, amo a mi hijo, pero mira que frustrarme un polvo con su padre eso si no.Me levanté de la cama apenas escuché ruidos en la salita.Al abrir la puerta vi papeles, bolsas y cajas desperdigadas por toda la sala, a mi hijo descubriendo todos los juguetes que Edward le había comprado, como si fuera navidad.—Mira mamá esto es lo que trajo papá—saltaba de gusto como si fuese un caballo.—Sí, son todos tuyos.Luego se detuvo un momento.—¿Dónde está papá?—Tuvo que irse a su casa—me agache para con él—, pero recuerda que te prometió pasar por ti al colegio.—¡Si! —saltó gustoso.—Escucha, ¿Qué dices si nos arreglamos para ir al colegio y por la tarde jugamos con todos estos juguetes?—¿Puedo jugar con Elle también?—Sí, claro, ahora ve a vestirte.Salió disparado a su habitaci