Ya cuando terminaron se levantaron y se fueron al lugar de los juegos, para Adrién era algo nuevo, cuando empezó a bailar el juego de las flechas se equivocaba, pero las gemelas le enseñaron y apareció una chica hermosa que le dijo si podía jugar bailando con Él, Adrién le dijo que si entonces bailaron y ella le llevaba el son a Adrién y se reía, las gemelas veían a su abuelito reírse con esa chica. Llegaron al score perfecto y la chica de la euforia le agarro la cara a Adrién y lo beso, largo y profundo, cuando termino lo miro se sonrojó y se fue, Adrién se quedó todo colorado que sus nietas se reían de verlo boquiabierta. —¡Abuelito!, te beso, ¡esa chica te beso!, jajajá —Sí… eh… ¡Me… beso!—dijo Adrién —¡Adrién! Te conseguiste una fan, jajaja—dijo Dominik Siguieron en los otros juegos, en el ping-pong Dominik iba a la par con Adrién, cuando este se dio cuenta de que lo estaba mirando la chica que lo beso, se quedó parado y la bola paso de largo y Dominik grito. —¡Ganéeee!, jaja
—Oh, perdone su majestad—dijo levantándose y tropezándose con la manta y Adrién la abrazo para que no caiga, se miraron y se sonrojaron —¡Buenas tardes!—volvió a decir ya parándose bien —¡Buenas tardes!, parece que se divirtieron —dijo Dominik pícaramente Adrién estaba colorado y Mircela igual, las gemelas no se aguantaron la risa —Mi mamá debe estar preocupada, jamás he faltado en llegar a casa—dijo Mircela —Dame tu número, hablaré con ella—dijo Dominik Mircela le dio el número Dominik hizo videollamada, cuando contestaron la mamá de Mircela reconoció al rey en el acto —¡Buenas tardes!… oh majestad, ¡disculpe es usted! —¡Buenas tardes!, la llamaba para decirle que no se preocupe Mircela está en la casa de un amigo mío, llegamos todos aquí, del cansancio nos dormimos todos y olvido llamarla, aquí estamos, mis novias, su abuelo, Mircela y yo, la voy a poner para que hable con ella —¡Gracias, majestad!—dijo la mamá de Mircela Mircela se había acomodado el pelo alborotado y cogi
Adrién había ido a dejar a su casa a Mircela, al llegar estaban sus padres afuera esperando, vieron llegar un auto negro lujoso, salió un hombre elegante y le dio la mano a su hija para que salga, la llevo de brazo hasta donde estaban sus padres. —Buenas noches, soy Adrién Wallacer —Buenas noches, papás. —Buenas noches, señor, Wallacer, pase, pase Entraron hasta la sala, se sentaron y los padres de Mircela notaron que estaban agarrados de las manos. —Señor… —Me llamo Louis y mi esposa Mery —Bueno Señor Louis, quería pedirles su permiso para cortejar a Mircela Mircela estaba boquiabierta escuchando eso y sus padres, ellos sabían que Él pertenecía a la más alta familia de alcurnia, uno de los aristócratas de la más clase alta del País. —Está bien, señor Wallacer Adrién se levantó, le dio la mano a Mircela, saco algo del bolsillo del pantalón, era una cajita y saco un anillo de diamantes y dijo. —¿Mircela aceptas ser mi novia? —Si Adrien acepto—dijo Mircela Y se besaron y oh
Llego el día de la boda todo era algarabía en el reino, en el castillo era el corre, corre, pero en fin todo estaba listo. Dominik estaba ya parado en el altar esperando a sus novias, sonriente ataviado con su vestidura de Rey, su corona su cadena de oro y el dije con el símbolo Dracul, empezó la melodía matrimonial y asomaron en la puerta de la catedral las gemelas con su hermoso vestido largo y negro fulgurante y sus velos transparentes venían del brazo de Adrien una a cada lado, los presentes las veían embelesados eran hermosísimas, cada paso que daban era visto por Dominik tan enamorado deseoso que ya fueran sus esposas, cuando llegaron su abuelo se las entrego al Rey que se puso en medio de las dos y comenzó el rito de matrimonio entre el Rey sus dos novias, el obispo hizo su letanía y llego a la parte de los votos que los presentes estaban tan ansiosos de escuchar, porque todo estaban en silencio y Dominik empezó. Yo, las tomo como mis esposas y las elijo como mis compañeras de
Mientras Laila llevo a “Louis” a una discoteca exclusiva, sabían quién era ella, le dieron una mesa privada, lo mejor de bebidas y para picar, Laila pidió carne termino cuarto(casi cruda)para su invitado. —Laila, ¿por qué pediste esa ración de carne cruda?, ¿tú comes eso? —¡No tontito!, es para ti, ¡sé que te gusta comer eso!—dijo Laila —¡¿Cómo lo sabes?!, yo no te he dicho nada—dijo “Louis”. —Cariño, sé quién eres, no me importa, me gustas y eso es todo, además podemos tenerlo como un secreto—dijo Laila ante un sorprendido Lucius —¡¡¿Sabes quién soy?!, ¡¿cómo lo sabes? —Mira Lucius, te conozco, jugamos de niños y conozco tu olor, siempre me has gustado, te seguí la corriente por mi padre y hermano en decir otro nombre Lucius se quedó atónito, Él pensó que la había engañado —Entonces, ¿no piensas decirle a tu padre ni a tu hermano que estoy aquí en el Reino?—dijo Lucius —¡No!, con la única condición que salgas conmigo, así como hoy, a divertirnos nada más—dijo Laila —¡Está bi
El aire frío de la noche los hizo sentir bien —¡Vamos a volar!—dijo Dominik Desplegó sus alas, las abrazo y volaron hacia el cielo, los que estaban afuera vieron ese espectáculo y miraban con la boca abierta, jamás en su vida habían visto nada de eso. Volaban encima de las nubes con sus manos, tocaban las nubes, se acordaron de que ellas también tienen alas y las desplegaron, Dominik estaba feliz, ahora volaban juntos haciendo piruetas, subían y bajaban en picada, se escuchaban sus risas. Bajaron en un claro, se acostaron un rato mirando las estrellas, besándose a cada momento, se escucharon unos gruñidos, Dominik vio que eran lobos y no le dio importancia, se acercaron algunos, pero se levantó y los correteo a vista de sus esposas, que se reían como corrían los lobos, se fueron y Dominik venía saltando y aullando riéndose, se volvió a acostar y ellas lo acariciaban contentas. Se levantaron y empezaron a caminar, jugueteando entre los árboles, pero otra vez los gruñidos, y Dominik
Lucius, el rey licano indago con cautela —¿Puedo acercarme a ti Dianne? —¡No quiero!, no me toques—dijo Dianne —Pero Dianne, quisiera que, sintieras mi aroma de alma gemela Dianne lo miro y frunció el ceño enojada —¡No quiero oler nada de ti!, no quiero, ¡me encanta el aroma de Dominik!, es mi esposo y lo amo, ¡aléjate de mí! Lucius escucho eso y se sintió triste del rechazo, se hizo para atrás y se sentó en la cama agachada la cabeza, mientras Dianne se recostó encima de la mesa y sentada en la silla, mirándolo enojada y llorosa. —Dominik, ¡sálvame!—dijo bajito Dianne y sollozo. En Transilvania, Dominik estaba intranquilo, caminaba de aquí hacia allá —No quiero que la toque, es mía, mi esposa, mi mundo, ¡maldito Lucius! Tocaron en la puerta, la abrió, era su hermana Laila, lo abrazo diciendo —Me enteré de lo que paso, y estoy segura de que Lucius no tocara a Dianne, mientras ella no quiera —¿Por qué estás segura, Laila? —Los Lycans jamás fuerzan a su pareja de vida, esper
Mientras en el reino, Alexander hacía planes con Adrién, para ir al aquelarre, pero decidieron no llevar a Dominik, iban a aprovechar del don que tenía Adrién que podía entrar en cualquier parte siendo invisible y hacía invisible quien este junto a Él, nada ni nadie podía sentir su energía ni presencia. Llevaría a Sacristo un guerrero que era el más veloz del reino, solo Dominik lo superaba, era el encargado de ir matando a las brujas, también se llevaba a varios Nigromantes, esperaron que Dominik se duerma, y emprendieron su camino. Se teletransportaron hasta los linderos del campamento de las Brujas y se camuflaron bajo el manto de Adrién. Entraron sigilosamente y de tienda en tienda fueron masacrando a las brujas, prácticamente más de la mitad estaban ya muertas, no se escuchaba ruido alguno, cuando de repente empezaron a escucharse gritos de alarma, todos se miraron extrañados, todo lo estaban haciendo sigilosamente. La Reina del Aquelarre salió de su tienda gritando —¡Ya viene