James camina de un lado a otro en el apartamento, su rostro desencajado por la desesperación y la angustia. Mariana sale de la habitación y lo ve, sorprendida por su estado.— ¿Qué pasa, James? —pregunta Mariana, acercándose a él.— Lo jodí —dice James, su voz baja y temblorosa—. Lo jodí todo.— ¿De qué estás hablando? —pregunta Mariana, intentando entender.James se detiene en su camino, mirándola con ojos desesperados.— Estoy pensando que Angela me vio la cara —dice finalmente.— ¿Qué pasó exactamente? —pregunta Mariana, intentando obtener todos los detalles.— Estaba golpeándola —dice James, su voz llena de vergüenza—. Y en un momento, ella me quitó la capucha y nos vimos cara a cara.— ¿Cómo pudiste ser tan estúpido? —grita Mariana, su rostro rojo de ira—. ¿Cómo pudiste dejar que eso pasara?James se encoge de hombros, sin hablar.— Tú has arruinado todo —dice Mariana—. Todo. ¿Sabes lo que esto significa? Significa que ella puede identificarte. Significa que podemos perderlo todo
Ángela está atrapada en un lugar desconocido, rodeada de oscuridad y desesperación. Han pasado 24 horas desde que James, su ex novio y amante de su mejor amiga, la secuestró para evitar que se casara con Nikolai, el hombre que ama.La habitación es fría y húmeda, con paredes de piedra y un suelo de cemento. No hay ventanas, solo una pequeña puerta de metal que se abre ocasionalmente para que James le traiga comida. Pero hoy no ha vuelto.Ángela aprovecha el silencio para trabajar en su plan de escape. Ha tomado la cuchara que le trajeron con la comida y, con paciencia y determinación, ha estado raspando contra la pared para crear un filo. Es un trabajo lento y doloroso, pero sabe que es su única esperanza.Mientras raspa, piensa en Nikolai, su prometido, y en el dolor que debe estar sintiendo. Se pregunta si él la estará buscando, si sabrá que está viva. También piensa en su abuelo, en cómo reaccionará cuando sepa que fue James quien la secuestró. La idea la llena de tristeza y rabia.
El abuelo se acerca a James, su rostro lleno de preocupación.— James, ¿qué pasa? — pregunta. — Pareces nervioso.James se encoge de hombros.— Nada, abuelo. No pasa nada.El abuelo lo mira con escepticismo.— ¿Sabes dónde está Nikolai? — pregunta.James sacude la cabeza.— No, no sé. No me ha dicho nada.El abuelo asiente y se vuelve hacia la sala.James se dirige hacia la salida trasera, su corazón latiendo con ansiedad. Busca un lugar sin muros donde pueda hablar libremente y saca su teléfono.— Mariana, necesito hablar contigo — dice, cuando ella responde.Dejandola muy preocupada por el tono que usa en ese momento, cargado de preocupacion.— ¿Qué pasa, James? — pregunta Mariana.— Creo que sospechan de mí — dice James. — Estaban hablando secretamente en la oficina y no quisieron responder mis preguntas.Mariana se queda en silencio por un momento.— ¿Estás seguro? — pregunta.— Sí — responde James. — Los vi. El investigador y Nikolai. Estaban planeando algo.Mariana suspira.— Cá
Ángela camina por el desierto, su cuerpo exhausto y sediento. Ha escapado de sus secuestradores después de días de cautiverio, pero ahora se enfrenta a un nuevo desafío: sobrevivir en el desierto.El sol ardiente brilla sobre ella, haciendo que su piel sude y su garganta se reseque. No hay árboles ni sombra alguna para refugiarse. Solo el desierto infinito, con sus dunas de arena y rocas escarpadas.Ángela mira a su alrededor, buscando cualquier señal de vida o civilización. Pero no hay nada. Solo el silencio y la soledad.Comienza a caminar, sin saber hacia dónde va. Solo sabe que debe seguir adelante, alejarse de sus secuestradores y encontrar ayuda.El desierto parece interminable. Ángela camina durante horas, su cuerpo dolorido y su sed aumentando. No hay agua ni comida, solo la arena y el sol.De repente, escucha un ruido detrás de ella. Se detiene y se gira, su corazón latiendo con miedo. ¿Son sus secuestradores? ¿La han encontrado?Pero no hay nadie. Solo una serpiente que se d
Nikolai conduce con urgencia, su corazón latiendo con desesperación mientras se dirige hacia la gasolinera "Desierto Verde". Ha estado buscando a Ángela durante lo que parece ser una eternidad, y finalmente tiene una pista sobre su paradero.—Vamos, vamos —le dice al investigador, apurándolo a ir más rápido—. No podemos perder un minuto más.El investigador asiente y acelera el vehículo. Nikolai puede sentir su ansiedad creciendo con cada kilómetro que recorren.Finalmente, ven la gasolinera en el horizonte. Nikolai se siente aliviado y emocionado al mismo tiempo. Se baja del vehículo antes de que se detenga completamente y comienza a gritar el nombre de Ángela.—¡Ángela! ¡Ángela!En ese momento, Ángela sale de la tienda, su rostro iluminado por la luz del sol. Ve a Nikolai y su corazón se detiene. Corre hacia él con lágrimas en los ojos.Nikolai la ve y se siente abrumado por la emoción. Corre hacia ella, la toma en sus brazos y la estrecha con fuerza.—¡Ángela, mi amor! —exclama, li
La mañana siguiente, Nikolai y Ángela se despiertan envueltos en una atmósfera de tranquilidad y amor. Después de una noche de sueño reparador, Ángela se siente renovada y lista para enfrentar el día.Nikolai, siempre atento a sus necesidades, sugiere un baño relajante para ayudarla a olvidar los traumas del pasado. Ángela acepta con gratitud y se dirige al baño, donde Nikolai ya ha preparado la tina con agua caliente y sales relajantes.Nikolai la ayuda a entrar en la tina y se sienta detrás de ella, rodeándola con sus brazos. Comienza a lavarle el cabello con suavidad, masajeando su cuero cabelludo con dedos expertos.Ángela se relaja completamente, dejando que el calor del agua y el tacto de Nikolai la envuelvan en una sensación de bienestar. Nikolai continúa lavándole el cuerpo, suaves caricias que la hacen sentir amada y protegida.Mientras el agua caliente se desliza sobre su piel, Ángela se siente transportada a un mundo de paz y tranquilidad. Nikolai la lava con cuidado, como
Ángela se encuentra en la cama de Nikolai, después de días de secuestro y tensión. Aunque inicialmente se sintió incómoda, la seguridad y la protección que Nikolai le ofrece la han hecho sentirse más tranquila.Ella está acostada boca abajo, su rostro hundido en la almohada. Nikolai se acerca a la cama, su mirada fija en la espalda de Ángela.—Estás segura —dice Nikolai, su voz baja y suave—. Estás a salvo conmigo.Ángela asiente, su respiración agitada. Siente cómo Nikolai se acerca a ella, su cuerpo cercano al suyo.Nikolai toma un cubo de hielo de la copa de wiski que dejó en la mesita de noche. Lo sostiene en su mano, sintiendo el frío que emana de él.—Quiero que te sientas viva —dice Nikolai, su sonrisa seductora—. Quiero que te sientas mía.Ángela siente un estremecimiento cuando el hielo toca su espalda. Nikolai la acaricia con suavidad, trazando líneas que recorren su columna vertebral. Luego, desliza el hielo por sus nalgas, y Ángela siente un escalofrío de placer.Nikolai c
Nikolai se sienta en su oficina, detrás de su escritorio de madera oscura.—Señor Nikolai, tengo información actualizada sobre la búsqueda de James y Mariana —dice el investigador, su voz seria.Nikolai se inclina hacia adelante, su mirada fija en el investigador.—¿Qué han encontrado? —pregunta Nikolai, su voz llena de anticipación.—Desafortunadamente, ambos escapan —informa el investigador—. Nuestros hombres buscan en todos los lugares posibles, pero no los han encontrado.Nikolai frunce el ceño, su mente trabajando a toda velocidad.—¿Cómo es posible? —pregunta Nikolai—. ¿No tenemos vigilancia en los aeropuertos y estaciones de tren?—Sí, señor —responde el investigador—. Pero parece que encuentran una forma de evadir la vigilancia. Estamos revisando las grabaciones de seguridad y no hay rastro de ellos en ningún lugar.Nikolai se levanta de su silla y comienza a caminar alrededor de la habitación, su mente en ebullición.—¿Y qué hay de los informantes? —pregunta Nikolai—. ¿Alguie