Damara recibió la noticia de la llegada de tres niños a la mansión. No perdió tiempo y se dirigió con rapidez hacia ella, al llegar subió las escaleras, sentía una presión en el corazón. En el pasillo divisó a Lucía en la entrada de la habitación y no pudo contener su ansia y le preguntó.—¿Dónde están? Quiero verlos.—Están descansando, señora.Con cautela, Damara abrió la puerta de la habitación, camino hacia la cama, y su mirada se posó en los rostros de los niños. Una sonrisa emocionada iluminó su rostro al instante, pues no había duda alguna: eran sus nietos.El varón, con sus rasgos, le recordó la imagen viva de su propio hijo cuando este era apenas un niño que dormía en sus brazos. Conmovida, Damara caminó y se acomodó en un sillón frente a la ventana, esperando pacientemente a que los niños despertarán.Metis fue la primera en abrir los ojos, y como un resorte, se incorporó recordando a Boox y Nerón. Estaba a punto de levantarse cuando una voz suave la detuvo en seco:—Hola, m
Después de reflexionar, Crono camino lentamente hacia la habitación de sus hijos. Lucía le informaba que Metis había salido con Damara. Entro en la habitación y se detuvo dejándose llevar por la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Una sonrisa jugueteó en sus labios al contemplar a Psique, con los pies apoyados cómodamente sobre su hermano, enredada en la cama, con los brazos abiertos. Dio unos pasos hacia el mueble frente a la ventana y se sentó contemplando a sus hijos.Psique, abrió los ojos con lentitud, se inclinó y se sentó en la cama mientras se frotaba los ojos con delicadeza. Al percatarse de la ausencia de su hermana, su mirada se dirigió hacia la ventana, su rostro se iluminó con una sonrisa que revelaba su inocencia. Descendió con gracia de la cama, se acercó a su padre con curiosidad e inquirió—Hola, papi, ¿dónde está Metis?—Está con la abuelita y los orcos. —Crono respondió con ternura.La revelación tomó a Psique por sorpresa, pero su rostro se irradió con asombr
Los Kelpies se abalanzaron sobre los guerreros con ferocidad, desatando la caótica batalla. El estruendo de sus pezuñas resonaba en la tierra, y la gente presa del miedo, huía despavorida. En medio del caos, Crono, llegó al lugar con su espada desenvainada, listo para enfrentar la amenaza que caminaba hacia él. Pirro avanzó con rapidez hacia Crono, sus ojos chispeaban con malicia mientras alzaba su espada. Frente a Crono, comenzaron a luchar en un duelo lleno de furia. Cada golpe de espada resonaba con brutalidad. No obstante, Pirro se dio cuenta de que Crono era más fuerte y hábil con la espada. Los movimientos de Crono eran una danza letal de poder y destreza que dejaba a Pirro en una posición casi derrotada. Pero, Pirro demostró ser más astuto y con una sonrisa perversa en los labios, expresó. —Prepárate para morir y seré yo el gobernante de todas las tierras de lobos, junto a tu mate, mi amada Freya. Aunque tu destreza en la espada sea mejor que la mía, yo tengo más lobos. —Levan
Minutos antes, Freya llegó y se topó con el caos en pleno centro de la manada. Al detenerse el carro, salió con rapidez y reconoció a uno de los guardias de la mansión, estaba malherido, Corrió hacia él y le preguntó con urgencia.— ¿Dónde están los niños y Crono?El guardia, entre jadeos, respondió.—Los niños fueron llevados a un refugio, y el alfa está allá —levantó la mano y señaló—. Está luchando con Pirro.Freya elevó sus ojos hacia donde señalaba el guerrero y vio a Boox; supo que su hija estaría allí y corrió hacia ellos. Sus ojos ardía de miedo y rabia.—Vaya, vaya, a quién tenemos aquí, a mi querida sobrina y al insecto de mi hermano —expresó Pirro al ver a Agamenón llegar en ese momento. Algunos Kelpies fueron acercándose, creando un aura de miedo.—Freya, toma a Metis y aléjate de aquí. Yo me encargo de Pirro —rugió Crono con una voz profunda y amenazadora.Pirro soltó una carcajada siniestra y desenvainó su espada mientras clavaba sus agudos ojos en Crono.—Mírate, eres u
Fénix rugiendo observaba cómo su familia se alejaba, la rabia la quemaba en su interior como lava incandescente. Ella y Boox estaban decididos a resistir. Luchaban con fuerza, enfrentándose a los lobos que saltaban sobre ellos.Dionisio y Apolo, en el otro extremo, anhelaban ayudar a Fénix, pero estaban ocupados respaldando a los guerreros que aún se mantenían de pie. La distancia les impedía llegar a tiempo.Pirro, al presenciar cómo se llevaban a Crono, sintió una furia desatada en su interior. Se transformó en un lobo marrón y se abalanzó hacia su hermano. Sin embargo, Fénix lo interceptó, golpeándolo de costado y entregándole el control a Freya, quien gruñó.—¿A dónde crees que vas, desgraciado? ¿Piensas que puedes causar estragos y salir impune?En la mirada de Freya, se notaba una profunda repulsión por el hombre que había traído desdicha a su vida, entrecerró los ojos mientras lo veía transformarse de nuevo en su forma humana. Ella tomó una espada que estaba en el suelo mientra
Mientras Agamenón avanzaba hacia su hermano con una mirada carente de expresión, como si careciera de alma, sus palabras fluían con resentimiento acumulado a lo largo de los años.—Ahora no eres más que una piltrafa sin poder, Pirro. A partir de este momento, pondré fin a la maldición que ha asolado nuestra familia desde tu llegada a este mundo.Pirro suspiró con exasperación. Durante años, había albergado odio hacia Agamenón, considerándolo el hijo perfecto de su padre. En cambio, él sentía que solo recibía desprecio de su familia, lo que lo llevó a tomar por la fuerza lo que le pertenecía por derecho.—Yo debí haber sido el legítimo alfa de Sith. Ese título me pertenecía, al igual que Flavia. Yo debí haber sido tu líder, y tú debiste haber sido mi servidor. —Con una mirada sádica, prosiguió—. Yo, llevé a la muerte a tu amada Flavia y no me arrepiento, verte sufrir fue mi recompensa, por robarme lo que me pertenecía por derecho.—Un lobo despiadado y cruel como tú sería la ruina de l
Isis, después de entregar a las lobas curanderas los brebajes para los heridos, se dirigió hacia los orcos, ordenándoles que regresaran al refugio una vez que la situación estuviera bajo control, luego con pasos acelerados camino hacia la salida de la manada, sentía su corazón desbocado y estaba temerosa de que Bastian la hubiera reconocido. Buscaba calmar su mente con la rapidez de sus pasos, pero una voz tenue la detuvo.—¿Por qué sales huyendo de la manada? ¿Le tienes miedo a tu mate? —preguntó Apolo, que la había seguido al percibir su inquietud en la mirada.Ella se volteó para mirarlo con angustia.—Podré parecer cobarde por irme de esa manera, pero no puedo permitir que Bastian me haya reconocido y me rechace por mi origen de bruja oscura.—Amiga, no deberías torturarte. Si sientes algo por él, háblale de quién eres realmente, —Apolo consoló a Isis y con un gesto de cariño en la mirada continuó—. Un ser extraordinario que emana luz y brinda ayuda a quienes la necesitan. Esa es
Freya, con su corazón agitado, atravesó la mansión sosteniendo a Ajax, mientras Lucia y Damara llevaban a los pequeños, Psique y Metis. La noche intensa había dejado a los niños en un sueño profundo.Siguiendo la dirección de Damara, Freya ascendió por las escaleras. Al entrar en una habitación, la sorpresa de la decoración la envolvió. Tres camas, cada una con su toque infantil, la hacían sentir atrapada por el estilo unisex impregnado de amor y calidez. Con suavidad, depositaron a Psique, Metis y Ajax en sus respectivas camas.—¿En qué momento tuvieron la oportunidad de crear esta habitación para los niños? —Murmuró Freya, dejando escapar un suspiro de asombro—. Apenas aparecieron en sus vidas ayer, y ya tienen un refugio tan bonito.—Entre Lucia y yo fuimos a las tiendas de la manada y decoramos la habitación de mis nietos. Espero que no te moleste que los niños tengan una habitación en esta casa.—No. Esta es la casa de su padre; ya no lo puedo negar. Si ellos mismos lo buscaron.