LA VENGANZA DE COLLINS
LA VENGANZA DE COLLINS
Por: naye's
Capítulo 1

—No es ninguna locura —dijo Jacob —ellos planearon enviarme 5 años a prisión, si salí antes fue por mi buen comportamiento y tu ayuda.

—Será mi venganza, —dijo con soberbia con ambas manos en sus bolsillos.

—Me casaré con ella, su padre querrán salvar sus empresas a todo costo, le pediré que a cambio me da su hija en matrimonio. —entonces haré su vida tan miserable como puedas imaginarlo. —deseara nunca haberme conocido. —arremetió Jacob Collins, molesto.

—Fui a prisión por algo que no hice, solo recordar lo que me hizo me hace querer destrozar su vida, la haré tan infeliz como no tienes idea, no puedo hacerle daño de otra manera más que casándome con ella, haciéndola la esposa del hombre al que le arruinó la vida. —disputo Jacob Collins mientras caminaba de un lado a otro imponente.

—Ella decidió que era mejor enviarme a prisión, acusándome de algo que no cometí, ahora es mi turno, me vengaré de ella y de su familia. —te lo juro, así sea lo último que haga. —Sentencio Jacob Collins, con imponente y soberbio.

—Tú tienes que estar loco, amigo mío, cómo es posible que quieras casarte con la mujer que te destrozó la vida. —si tanto la odias por qué solo no los dejas en la calle—, quítales su fortuna. —quítales todas sus empresas, están en tus manos, será muy fácil hacerlo, tienes el poder, puedes vengarte de ella de esta manera —sugirió Martín su amigo y abogado, ante el plan de su amigo.

—¿Pero por qué casarte? —pregunto Martín con duda sobre los verdaderos sentimientos de su amigo. —es que acaso en vez de odiarla te has enamorado, no lo entiendo. —cuestiono Martín.

—Te juro amigo que yo Jacob Collins Richter, —me casaré con esa mujer. —le haré la vida tan infeliz como puedas imaginarte. —sentencio con autoridad Jacob Collins.

—No puedo amarla, —no puedo sentir más que odio y repugnancia por ella y su familia, me enviaron a la cárcel y no solo eso, hicieron que la persona que más amaba y con la única con la que contaba, perdiera la vida. —recordó con un sin sabor Jacob Collins.

Su abuela murió de un infarto a causa de saberlo preso, por un delito que no cometió, siendo el único heredero de la mujer, era el dueño de más de una docena de empresas, un hombre multimillonario y eso lo hacía estar por encima de ellos, tener el poder que algún día tuvieron los Garcías.

Sabía que estaban en la quiebra, se aprovecharía de eso, eran el tipo de personas que preferirían vender el alma antes de perder todo. Antes de ser unas personas pobres, él sabía que su padre la convencería, en caso de que ella se negara, a casarse con él. Entonces empezaría su venganza.

—Desearan nunca haberme hecho lo que me hicieron. —sentencio Jacob Collins.

—Lo lamento amigo, no conocía esta historia, nunca te atreviste hablarme de ella. —dijo sumiso Martín.

—Ahora que sé, puedo entender tu furia —pero como es que estás tan seguro de que va a funcionar, que va a aceptar darte su hija en matrimonio y aun cuando él aceptase como estás tan seguro de que ella va a estar de acuerdo —cuestiono Martín, con dudas a cerca de los planes de su amigo.

—¿Que pasa si no sale como lo tienes planeado? _pregunto Martín dudoso.

—Estoy muy seguro de que funcionará, —los conozco, sé que ellos prefieren hacer cualquier cosa antes de ser una persona humilde económicamente. —ya verás, van a aceptar. —además, amenazaré con exponerles públicamente, harán lo que sea para evitar una humillación. —respondió Jacob Collins, para calmar las dudas de su amigo.

Como él nunca me preparo, nunca fue a la universidad, no por falta de oportunidades, fue más un capricho, pero al estar preso decidió hacerlo, decidió prepararse y adquirir el conocimiento necesario para poder hacerse un espacio entre el mundo de los negocios, había logrado hacer que las empresas fueran realmente muy productivas.

No contaba con nadie, sus padres fallecieron un accidente cuando tenía quince años, le quedaron solo los abuelos, su abuelo falleció dos años después, le quedó su abuela. Ellos hicieron que falleciera, eso le partió el corazón, aún no comprendía que les había hecho, porque se ensañaron con él, fue un simple chico, fingió ser chofer, enamorado de ella.

Esos dos años que estuvo preso se encargó de prepararse, no solo académicamente, sino que también prepare todo en cuanto a su venganza. Se había jurado que ellos se las iban a pagar, que los haría sufrir cada instante de su vida, haría su vida tan miserable como lo había sido la de él, al estar preso, ella será prisionera de mi venganza, no descansaré hasta verla suplicarme perdón.

Para llevar ese plan acabó, necesitaba que su amigo le hiciera algunos favores, que moviera algunas de sus influencias, necesitaba que la empresa de los garcías, se fueran a la quiebra lo más pronto posible, necesitaba que su amigo lo ayudara a terminar de hundirlos, dejarlos sin opciones, allí es donde entraría él con su propuesta.

—He investigado sobre ellos, yo sé que ella está saliendo con un exfutbolista, que está muy enamorada, de hecho la engaña, —ella prefiere hacerse la ciega, ese será mi segundo golpe para ella, restregarle las evidencias de las infidelidades de su novio en la cara. —vocifero Jacob Collins con felicidad.

—Martín, te agradezco que hayas venido. —le dijo Jacob a su amigo y abogado Martín.

Jacob le agradeció a su amigo que lo apoyara, le dijo que tenía asuntos que resolver y que por eso era mejor que por ese día su reunión se diera por terminada, le pidio darse prisa con todo, le urgía acabar con la tranquilidad de los garcías.

—Te espero aquí mañana, para que podamos darle comienzo a esto. —dijo Jacob Collins, al tiempo que se levantaba de la silla para despedirse de su amigo.

—Por supuesto mi hermano, mañana estaré aquí, pero intenta no pensar demasiado. —creo que solo te haces más daño, bastante ya has sufrido, espero que las cosas salgan como las has planeado. —deberías contarme bien la historia, cuando te sientas listo, así sabré en qué puedo ser útil y que aconsejarte. —respondió Martín estrechando la mano de su amigo.

—Por supuesto, todo saldrá como lo he planeado, tengo todo de mi parte, es algo que me juré y qué pienso cumplir, no dejaré que sea feliz mientras yo exista. —Disputo Jacob Collins, como respuesta a las dudas de su amigo.

Juro que iba a vengarse, que se encargaría de hacer sus vidas lo más miserable posible, especialmente, la de ella, porque ella había sido quien lo envió a prisión, para ella él siempre fue muy poca cosa, sin saber lo inmensamente rico que él era. Él hubiera entendido y hubiera dejado de insistir si ella se hubiera dignado a decirle que no le interesaba, que la dejara en paz, pero, sin embargo, ella decidió enviarlo a prisión, Había llegado su momento de vengarse.

—Se van a arrepentir de haberse metido conmigo, —se van a arrepentir de todo el daño qué me hicieron, he estado al tanto de todos sus movimientos, —sé lo que necesito saber. —Sentencio Jacob Collins.

Sabía todo de cada uno de ellos, no le importaba quiénes tuvieran qué caer, se arrastraría consigo a toda su familia si era necesario, lo que importaba era que su plan funcionara a la perfección, él no media las consecuencias.

—Te espero aquí sin falta. —le dijo Collins a su amigo.

—Verónica, —por favor me trae a mi oficina la información que le había pedido. —pidió Jacob a su secretaria.

—Por supuesto señor Collins, en un momento le llevo esa información. —respondió obediente Verónica, su secretaria.

—¿Se aseguró de que todo fuera verás, de que no hubiese ningún error? —pregunto Jacob a su secretaria.

—Sí, señor, revise la información una y otra vez, además me cerciore personalmente de que todo fuese conciso. —espondió su secretaria con seguridad.

—Muy bien Verónica, se lo agradezco, puede hacer el favor de retirarse. —pidió Jacob a su secretaria.

Le pidio a su secretaria salir para el poder leer la información, le exigió que nadie lo molestara, al ella salir él le pidio cerrar la puerta y continuar con su trabajo, la información que él leería sería la información de sus futuras víctimas. —los Garcías, —información que le ayudaría a facilitar su venganza.

—Como usted ordene, señor Collins. —estaré pendiente por si necesita algo. —¿desea que le traiga algo de beber o está bien así? —pregunto Verónica la secretaria con la intención de ser servicial.

—No necesito nada Verónica, por favor retírese y recuerde que nadie me interrumpa, es indispensable que no me pase ni siquiera llamadas. —exigió Jacob a su secretaria.

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