Jacob dejó lo que estaba haciendo y decidió atender a su futura esposa, quién se veía realmente molesta, él le pidió a su secretaria retrasar sus citas para poder atender a su esposa, la cual había entrado a su oficina furiosa, el sonriente la siguió, cerró la puerta de la oficina.—Que te trae por aquí querida —pregunto Jacob a modo de burla.—Como pudiste planear la boda para mañana —protestó Sally con gran enojo —ya me has escuchado, no me casaré mañana. Si quieres esta boda vas a tener que esperar, de lo contrario olvídalo.—Lamento contradecirte, pero no estás en condiciones para decir cuando casarte —replico Jacob sonriente —aquí el que decide soy yo, si no leíste en el contrato yo puedo tomar esta decisión.Se sentó con tranquilidad, le dijo que si no quería casarse fuera y se entregará junto a su familia a las autoridades y le ahorrarán tener que enviarlos él a prisión. Que él podía cancelar todo, quedarse con sus empresas, la miró con satisfacción y le dijo que la decisión e
—Eres un infeliz, pero te vas a arrepentir — amenazó Sally.—Si tú lo dices, querida esposa, ahora déjame solo, tengo cosas que hacer —dijo Jacob sonriente.—Eres un hombre despreciable —ni el dinero puede cambiar tu naturaleza.—No eres la más indicada para hablar de personas despreciables, Sally.—Comparada contigo lo soy —sentenció Sally—. Eres un muerto de hambre, con ínfulas de millonario —pero nunca serás nada de lo que pretendes ser.—Cariño, déjame trabajar —estoy perdiendo el tiempo contigo.—Imbécil, púdrete, te odio —dijo Sally molesta.—Debes de irte —si quieres verme tendremos mucho tiempo después del matrimonio, por ahora tengo muchas cosas que hacer —espeto Jacob.Con toda la intención de enfurecerla aún más, le dijo que se fuera de sus oficinas, tenía cosas que hacer, preparar un matrimonio, para Sally no fue nada agradable escuchar eso, lo miro con desprecio, se acercó a él y lo amenazó, a pesar de la situación ella no dejaba su carácter y arrogancia de lado, era lo q
Ella se fue a la cama con el pensamiento de que no sería tan malo, el vestido era horrible y ni hablar del novio, aunque físicamente era muy atractivo, para ella era repugnante. Mientras Jacob estaba feliz, había ido a casa, se dio una ducha y con nuevas ideas, las cuales de le habían ocurrido a última hora, pero que complementaban la dicha que sentía al saber que sus planes estaban saliendo tal cual los habían ideado.En la mañana se levantó, desayuno y como de costumbre hizo un poco de ejercicios, cuando la hora de la boda estaba cerca llamó a la novia para asegurarse de que iría, ella debía llegar primero a la boda. Después de haberlo confirmado llamo a su amigo Martín le pidió que se asegurará de que la prensa estuviera allí, que tenía una gran sorpresa para su futuro esposa, antes de que él le preguntará, finalizó la llamada y apagado sus teléfonos.La boda era a las 11 de la mañana, la novia había llegado y estuvo a punto de desmayarse cuando vio no solo a sus amigos y familiare
—Cariño, no puedo irme —espeto Jacob sonriente —he venido para qué hablamos de nuestra boda y esta vez decidamos la fecha juntos.Se burló de ella diciéndole que estaba ahí para acordar una nueva fecha para la boda, le insistía en que se había quedado dormido, era su excusa para ocultar la verdad evidente tras la humillación que había hecho a su futura esposa sufrir.—Imbécil —¿estás loco, verdad? —pregunto Sally.Se acercó y mientras lo señalaba con furia le gritaba que ella no volvería a casarse con él, que no después de la humillación que le había hecho pasar, al volver a insistir ella lo abofeteó, provocando que él se le fuera encima proporcionándole un beso.—Tómalo como el beso de nuestra boda —se burló Jacob.—Eres un animal, no tienes idea de cuánto te odió —siseo Sally escupiendo y limpiándose los labios.Parecía que al recordar uno de los puntos del contrato ella creyó tener una ventaja, empezó amenazarlo con enviarlo a prisión nuevamente por violación de algunos de los punt
Eran las 10 de la mañana del día siguiente y Sally no había salido de su habitación, sus padres fueron en varias ocasiones a preguntarle que si estaba bien, a lo cual ella le respondía que sí, aunque no fuera cierto. En su habitación no había hecho otra cosa que llorar, no había tomado ni siquiera el desayuno. No se atrevía a tomar el teléfono para entrar a las redes sociales, se asomaba por la ventana y allí podía ver que habían reporteros fuera de su casa, eran los líos de ser una familia reconocida.Mientras Sally estaba entrando en una terrible depresión, Jacob disfrutaba su primer triunfo. Se regocijaba y le contaba a la fotografía de su abuela todo lo que estaba pasando con enorme felicidad. Pero su plan debía continuar, se preparó, tomo algunos documentos y decidió ir a su oficina, las oficinas estaban solas, haberles dado el día a los empleados resultó una buena idea.—Hola Martín, ¿cómo estás? —saludo Jacob —quería saber cómo ha ido todo con lo de la casa de campo. Tengo pens
Él había salido de esa casa y fue directo a la suya, feliz de haber logrado lo que se había propuesto, se daba cuenta de que todo sería más fácil para él, sentía que todo estaba a su favor, que sus planes estaban marchando a la perfección, tenía a la familia García en sus manos, los tenía en su poder. Les haría sentir todo lo que él había sentido en prisión, se daría el gusto de burlarse de ellos, de humillarlos, sobre todo a Sally García, ella era su objetivo principal. No podía negarse la felicidad que le generaba saber que todo estuviera saliendo como lo había planeado. Había llegado a casa y se dio una ducha, después de eso le echó un ojo a las redes sociales, disfrutaba viendo como habían logrado que humillar a Sally, con las preguntas que le habían hecho, había guardado aquellos videos como un recuerdo, las fotografías que le habían tomado eran demasiado ridículas, decidió que las conservaría por si llegara a necesitarlas.Era tarde y recibió una llamada del investigador privado
—No mucho, hija, solo ubíquense aquí para poder comenzar con la ceremonia, para que puedan dar sus votos matrimoniales y así se pueda llevar a cabo esta boda, que por cierto es muy raro que no hayan más invitados, sí, hace menos de 3 días toda la ciudad estuvo presente para presenciar su boda. —cuestiono el sacerdote.Todo se había tornado muy tenso cuando el sacerdote le había preguntado a Sally si aceptaba a Jacob Collins como su esposo, ella se lo pienso mucho, miraba a su familia y después de unos minutos respondió que sí que aceptaba.En ese momento la felicidad de Jacob, qué hacía unos minutos se había convertido en incertidumbre, había regresado, oficialmente eran esposos, él la miraba y sonreía, aunque había estado tratando de convencer a Martín de que su plan funcionaría, lo había dudado en muchas ocasiones, pero estaba sucediendo.—Finalmente querida, somos esposos.—dijo Jacob —Deberías de estar tan feliz como lo estoy yo.Los había invitado almorzar para celebrar, además se
El almuerzo había terminado y Sally no había consumido más que dos copas de vino, tenía tanto coraje que no sentía hambre, después de qué Jacob pagara la cuenta y se retirará a hablar con Martín, ella hizo lo mismo.Se quedó hablando con sus padres, ella les expresaba cuánto odiaba a Jacob y empezaron una discusión, su madre culpaba a su padre por la repentina ruina y desgracia en la que habían caído, su padre al contrario la culpaba a ella por ser una alcohólica sin control. Lo cierto era que los tres eran culpables.—Padres se pueden callar —exigió Sally —ya no es momento para echarnos la culpa uno al otro, aquí todos somos responsables. Culpó a su padre por ser un adicto a los juegos de casino, su madre por tus exageradas compras y adicción, se culpó ella por la vida a la que se había acostumbrado, decía no saber hacer nada más que gastar dinero.—No es un momento para lamentarse ni culparse —argumento Sally —de todos modos la que se está sacrificando soy yo —añadió Sally —la que