Enamorada sin saber de su propio esposo...Y claro que es mas apasionado, en todo este tiempo la ha extrañado como un loco. Si querían una historia donde la mujer fuese fuerte y tuviese toneladas de amor propio, esta acá la Señora Morgan...Yo escribo de todo asi que no esperen que me encasille en algún estilo...Los que me conocen de antes mi trabajo saben que hasta he hecho comedias...
Elizabeth Morgan —Buenos días. — Me saluda sin abrir los ojos.—Buenos días.— Le digo estirándome de forma perezosa, el día de hoy no voy a la oficina porque tengo planificado el viaje a las diez de la mañana, tengo sueño aun, José Luis no me dejo dormir en toda la noche.—Debo irme. — Le digo pegada a él como una garrapata.—No quiero que te vayas, no quiero que me dejes. — me dice el abriendo sus ojos, la luz del sol comienza a entrar por la ventana, quisiera quedarme…Pero el deber me llama, tengo la responsabilidad de sacar a delante el patrimonio de mis hijos.—Yo tampoco quiero irme, pero debo cumplir con mis responsabilidades, no debo dejar perder el patrimonio de mis hijos.— Le digo sentándome y envolviéndome en la sabana, el solo se cubre lo necesario con una almohada, sabes que tiene el cuerpo envidiable, se me seca la boca solo de verlo.— ¿Podemos bañarnos juntos y desayunar antes que te vayas?— Me dice y yo se lo que me espera, ese hombre es insaciable, aunque siento mi c
Aron MorganMis investigadores me informan de que toda la investigación apunta a que mis hermanos están implicados en mi asesinato, y que incluso intento manipular a mí esposa para que ella le cediera el control del grupo Morgan en varias oportunidades.—Esto, no puede ser. — Le digo estupefacto a mis informantes.—Sé que es difícil de creer, pero el enemigo siempre estuvo más cerca de lo que esperábamos. — Me responde——Es mi hermano.— Respondo casi sin voz, no soy de los que pierden los estribos rápidamente, pero esto es un golpe que nunca espere, no de él, jure que al encontrar al culpable lo mataría con mis propias manos, pero no sé si logre hacerlo, es mi hermano menor.—Redoblen la seguridad de Elizabeth, ella no está segura allá, el también esta allá. — Les ordeno con voz sombría, cuando regresen decidiré que es lo que voy a hacer.Es la semana más larga de mi vida, actuó con normalidad con mis hijos, también hago lo propio con Elizabeth, como siempre, me acostumbre a mentirle
Elizabeth MorganDespués que regreso de Paris, donde no Salí del hotel ni una vez, no logro comunicarme con José Luis, me siento angustiada y después burlada…Tal vez perdió el interés en mi.—Sin embargo hago de tripas corazón y sigo adelante, no soy ni seré la única mujer viuda y sola que está en estado Unidos, una cama la puede calentar cualquiera, pienso para darme ánimos.En este siglo si alguien quiere hablarte te llama, se comunica con trigo hay muchas formas, si se le daño el teléfono esa no es ninguna escusa.Me olvido de José Luis cuando aparece a la noticia del asesinato de Christian en todas las noticias, inmediatamente mi corazón se contrae de tristeza, no por él, que últimamente fue un desgraciado conmigo, por sus padres que acabando e perder el único hijo que les quedaba.Voy al velorio con mis hijos, que asistieron por mi insistencia, Elena me ve y me abraza olvidando todos los rencores que sintió hacia mí durante mucho tiempo.—No puedo creer lo que le hicieron a mi hi
Elizabeth Morgan —Claro que se como es, pero acuérdate que perro que ladra no muerde. — me dice el—No lo sé, prefiero no arriesgarme. — Le respondo y el rueda los ojos.—Este bien iré solo como tu amigo, pero una vez que ellos se vayan me quedo en casa contigo. — Me dice él me muerdo los labios pensando en eso, me da pena hacerlo así bajo el mismo techo que mis hijos pero suelto un incomodo –Okey. — siento que me está llevando hasta lugares donde yo no quiero estar, no aun.Se comporta como siempre, pero veo tristeza en sus ojos, sé que está pasando por momentos difíciles y el luto por un ser querido es algo difícil de llevar.Toda la decoración del lugar lleva un tono rosa tan suave que es casi blanco y muy romántica, tal como lo es mi hija. —Su novio lleva un costoso traje a la media y esta peinado de forma elegante, debo confesar que nunca lo había visto así y se ve muy guapo, entiendo que mi hija se haya enamorado de él.La cena trascurre con normalidad, están los mejores amigo
Aron MorganNo quiero el nombre de mi esposa implicado a ninguna investigación policial, la dejo marcharse afuera esta Albert, él la llevara a casa, también se molestara con él, es una mujer inteligente sabrá apenas lo vea que está relacionado conmigo…Busco combustible del auto del chico que por mucho tiempo fue el guardaespaldas de Ángelo Coleman, admiro su fidelidad, pero sabía que en algún momento el vendría por mí, y debía decidir, era él o yo.Los malos también tenemos valores roció gasolina en los cuerpos y lanzo un cerillo, tal vez nadie se dé cuenta de los que en esta casa aislada de todos se quemaran dos cuerpos.Salgo y tomo el auto del chico que vendió a mi mujer como una mercancía, casi me infarto al imaginar a mi mujer ultrajada, para una mujer a veces es mejor la muerte que ser humillada de esa forma, por suerte se que no le hizo nada grave.Lo único grave aquí es que se enterara precisamente de esa forma en que sigo vivo y no solo eso que volví con ella e incluso le
— ¿A dónde vas?— Escucho que me pregunta el sujeto, en el momento que se me dobla un tobillo—AL suelo. — Le digo a carcajadas.—Eres una borracha divertida. — Se burla de mí.—Nunca antes me había emborrachado. — Le respondo.— ¿Te regaña tu esposo?— Me pregunta.—No me nombres a ese hijo de jipa.— Hipeo sin terminar la ofensa.—No seas tan dura con el todos nos equivocamos.— Me dice él.—El no se equivoco, en la cago.— Le respondo, el me carga entre sus brazos como un costal de papas, casi hace que se me vea todo, por lo que le golpeo las nalgas.—Elizabeth.— Me regaña.—Ese es mi nombre no los desgastes.—Le respondo con una ataque de risas, mientras me sacan de allí a quien sabe dónde, me sube a auto y yo ni tengo miedo estoy casi inconsciente a causa del alcohol.—¿Por qué bebiste de esa forma?.— Me pregunta .—Para olvidar.— Respondo con ganas de llorar, necesito olvidar a Aron, el no tiene idea del daño que me hizo, estoy tan molesta con el que me canse de ser la dama perfecta, e
Aron MorganLos sigo hasta el restaurante favorito de Elizabeth, sé que hace esto solo por molestarme, incluso se sienta en nuestra mesa, se está pasando.Ella es todo sonrisas con él, mientras la observo actuar desde una mesa que queda a sus espaldas, me rio cuando ella disimuladamente me busca con la mirada, claro que sabía que vendría siguiéndola.Ordenan y yo hago lo propio desde mi lugar, ella nunca se había comportado de forma tan inmadura, tengo el estomago revuelto y por primera vez en mi vida siento lo que es un despecho por su rechazo…Hubieron discusiones durante nuestro matrimonio pero nunca hablamos de separarnos, en este momento ella no me quiere en su vida, se destaparon todas mis mentiras.Ella brinda no sé porque, y ríen a carcajadas, las de ella falsas lo sé, se levanta de su puesto y camina hacia el baño, me apresuro a seguirla con disimulo, los guarda espaldas de ella me ven y se hacen los locos, después de todo soy su jefe y saben que no le hare daño a Elizabeth.—H
—Te juro que no fue mi intensión lastimarte..— Me dice y yo asiento—Pero lo hiciste.— Le respondo, no tengo fuerza para empujarlo en este momento, me siento muy mal.Los chicos entran con las pizzas en una bandeja, huelen a quemado…Aron las recibe—Están deliciosas.— Le miente lo sé.—Qué bueno que te gusten papa, me encargare de la cena a partir de ahora, por estas tres semanas- que me quedan en casa.— Dice Ariadna y a pesar del dolor de cabeza y los mareos abro los ojos para encontrarme con la mirada consternada de mi esposo, no aguanto y suelto una carcajada.—¡Mamá qué bueno que te sientes mejor, para que te comas tu pizza la hicimos con mucho amor.— Me dice ella—Y masa, peperoni, salsa, queso…—Dice Luis y ella lo interrumpe—Tonto, mejor vamos a sacar las nuestras antes que se quemen.—Dice ella y ambos se van, Aron escupe lo que tenía en la boca y yo me sigo riendo.—Creo que estas semanas llegare tarde del trabajo.— Le digo olvidándome de que estoy molesta con él.—Podríamos c