Elizabeth MorganDespués que regreso de Paris, donde no Salí del hotel ni una vez, no logro comunicarme con José Luis, me siento angustiada y después burlada…Tal vez perdió el interés en mi.—Sin embargo hago de tripas corazón y sigo adelante, no soy ni seré la única mujer viuda y sola que está en estado Unidos, una cama la puede calentar cualquiera, pienso para darme ánimos.En este siglo si alguien quiere hablarte te llama, se comunica con trigo hay muchas formas, si se le daño el teléfono esa no es ninguna escusa.Me olvido de José Luis cuando aparece a la noticia del asesinato de Christian en todas las noticias, inmediatamente mi corazón se contrae de tristeza, no por él, que últimamente fue un desgraciado conmigo, por sus padres que acabando e perder el único hijo que les quedaba.Voy al velorio con mis hijos, que asistieron por mi insistencia, Elena me ve y me abraza olvidando todos los rencores que sintió hacia mí durante mucho tiempo.—No puedo creer lo que le hicieron a mi hi
Elizabeth Morgan —Claro que se como es, pero acuérdate que perro que ladra no muerde. — me dice el—No lo sé, prefiero no arriesgarme. — Le respondo y el rueda los ojos.—Este bien iré solo como tu amigo, pero una vez que ellos se vayan me quedo en casa contigo. — Me dice él me muerdo los labios pensando en eso, me da pena hacerlo así bajo el mismo techo que mis hijos pero suelto un incomodo –Okey. — siento que me está llevando hasta lugares donde yo no quiero estar, no aun.Se comporta como siempre, pero veo tristeza en sus ojos, sé que está pasando por momentos difíciles y el luto por un ser querido es algo difícil de llevar.Toda la decoración del lugar lleva un tono rosa tan suave que es casi blanco y muy romántica, tal como lo es mi hija. —Su novio lleva un costoso traje a la media y esta peinado de forma elegante, debo confesar que nunca lo había visto así y se ve muy guapo, entiendo que mi hija se haya enamorado de él.La cena trascurre con normalidad, están los mejores amigo
Aron MorganNo quiero el nombre de mi esposa implicado a ninguna investigación policial, la dejo marcharse afuera esta Albert, él la llevara a casa, también se molestara con él, es una mujer inteligente sabrá apenas lo vea que está relacionado conmigo…Busco combustible del auto del chico que por mucho tiempo fue el guardaespaldas de Ángelo Coleman, admiro su fidelidad, pero sabía que en algún momento el vendría por mí, y debía decidir, era él o yo.Los malos también tenemos valores roció gasolina en los cuerpos y lanzo un cerillo, tal vez nadie se dé cuenta de los que en esta casa aislada de todos se quemaran dos cuerpos.Salgo y tomo el auto del chico que vendió a mi mujer como una mercancía, casi me infarto al imaginar a mi mujer ultrajada, para una mujer a veces es mejor la muerte que ser humillada de esa forma, por suerte se que no le hizo nada grave.Lo único grave aquí es que se enterara precisamente de esa forma en que sigo vivo y no solo eso que volví con ella e incluso le
— ¿A dónde vas?— Escucho que me pregunta el sujeto, en el momento que se me dobla un tobillo—AL suelo. — Le digo a carcajadas.—Eres una borracha divertida. — Se burla de mí.—Nunca antes me había emborrachado. — Le respondo.— ¿Te regaña tu esposo?— Me pregunta.—No me nombres a ese hijo de jipa.— Hipeo sin terminar la ofensa.—No seas tan dura con el todos nos equivocamos.— Me dice él.—El no se equivoco, en la cago.— Le respondo, el me carga entre sus brazos como un costal de papas, casi hace que se me vea todo, por lo que le golpeo las nalgas.—Elizabeth.— Me regaña.—Ese es mi nombre no los desgastes.—Le respondo con una ataque de risas, mientras me sacan de allí a quien sabe dónde, me sube a auto y yo ni tengo miedo estoy casi inconsciente a causa del alcohol.—¿Por qué bebiste de esa forma?.— Me pregunta .—Para olvidar.— Respondo con ganas de llorar, necesito olvidar a Aron, el no tiene idea del daño que me hizo, estoy tan molesta con el que me canse de ser la dama perfecta, e
Aron MorganLos sigo hasta el restaurante favorito de Elizabeth, sé que hace esto solo por molestarme, incluso se sienta en nuestra mesa, se está pasando.Ella es todo sonrisas con él, mientras la observo actuar desde una mesa que queda a sus espaldas, me rio cuando ella disimuladamente me busca con la mirada, claro que sabía que vendría siguiéndola.Ordenan y yo hago lo propio desde mi lugar, ella nunca se había comportado de forma tan inmadura, tengo el estomago revuelto y por primera vez en mi vida siento lo que es un despecho por su rechazo…Hubieron discusiones durante nuestro matrimonio pero nunca hablamos de separarnos, en este momento ella no me quiere en su vida, se destaparon todas mis mentiras.Ella brinda no sé porque, y ríen a carcajadas, las de ella falsas lo sé, se levanta de su puesto y camina hacia el baño, me apresuro a seguirla con disimulo, los guarda espaldas de ella me ven y se hacen los locos, después de todo soy su jefe y saben que no le hare daño a Elizabeth.—H
—Te juro que no fue mi intensión lastimarte..— Me dice y yo asiento—Pero lo hiciste.— Le respondo, no tengo fuerza para empujarlo en este momento, me siento muy mal.Los chicos entran con las pizzas en una bandeja, huelen a quemado…Aron las recibe—Están deliciosas.— Le miente lo sé.—Qué bueno que te gusten papa, me encargare de la cena a partir de ahora, por estas tres semanas- que me quedan en casa.— Dice Ariadna y a pesar del dolor de cabeza y los mareos abro los ojos para encontrarme con la mirada consternada de mi esposo, no aguanto y suelto una carcajada.—¡Mamá qué bueno que te sientes mejor, para que te comas tu pizza la hicimos con mucho amor.— Me dice ella—Y masa, peperoni, salsa, queso…—Dice Luis y ella lo interrumpe—Tonto, mejor vamos a sacar las nuestras antes que se quemen.—Dice ella y ambos se van, Aron escupe lo que tenía en la boca y yo me sigo riendo.—Creo que estas semanas llegare tarde del trabajo.— Le digo olvidándome de que estoy molesta con él.—Podríamos c
Aron MorganPienso que Elizabeth se volvió completamente loca al momento que me dirijo a ver como esta Camila y su hijo a la clínica.—Buenas tardes ¿me podría indicar la habitación de la señora Camila Alves?.— Cuestiono en recepción, la chica me mira como si fuese un pedazo de carne, se el efecto que sigo causando en las mujeres, puedo tener a la que quiera a mis pies pero solo quiero una a mi lado a mi esposa a si este ella un poco loca.—Habitación doscientos tres papacito.— Me dice ella mordiéndose los labios.—Gracias.— Respondo dando media vuelta.—Espera, toma.— Me dice dándome una tarjeta con su número de teléfono, pro educación lo recibo pero apenas entro a la habitación lo coloco en la papelera——¿Cómo estás?.— Le pregunto apenas entro, viéndola con su bebe en los brazos—He estado mejor, siento que me paso una aplanadora por encima, me dijeron que la señora Morgan me rescato¿ Podría agradecerle de mi parte?.— Pregunta ella con normalidad.—Claro, pero ahora mismo ella esta f
—La ceremonia es emotiva, todo es perfecto, hacen el primer baile y Aron tiene el descaro de venir y ofrecerme su mano.La acepto, porque hay muchas personas viendo y no quiero hacer un espectáculo y menos en la fiesta de bodas de mi hija— Estas hermosa—. Me dice el pegándome a su duro torso, mi cuerpo de inmediato lo reconoce y me estremezco como siempre.—Gracias. —Musito—Te extraño. — Me dice—Que descarado eres. — Susurro molesta, viendo en todas direcciones por si hay alguna persona captado el momento incomodo.— ¿Por decirte que te extraño y que quiero arrancarte ese vestido del cuerpo desde que te vi?—— Sabes que no puedo hacer eso, suéltame. — Le digo entre dientes, pero él no me suelta me sujeta contra su cuerpo de tal manera que ni empujando lograría soltarme.— ¿Quiere volverme loco?, ¿Cómo se te ocurre ponerte ese vestido?— Me reclama…El vestido tiene cuello alto, pero la espalda y una pierna al descubierto.— ¿Qué haces?— Pregunto alarmada, cuando me sdaca por una puert