¿Cómo te sientes hoy?

Los días pasaron lentamente, y Phoenix aún intentaba recuperarse. Cada mañana, despertaba sintiéndose relativamente bien, pero a medida que avanzaba el día, una fiebre persistente la afectaba, agotando sus fuerzas e impidiéndole salir de la cama. Sin entender la causa exacta de su malestar, Lucian le sugirió que evitara ver a Alaric hasta recuperarse por completo y, a regañadientes, Phoenix aceptó. Lucian, por su parte, permaneció a su lado, negándose a dejarla sola, ayudándola en todo lo posible para que se recuperara.

Entonces, llegó otra mañana. Phoenix abrió los ojos y encontró a Lucian dormido en una de las sillas de la habitación. Su cuerpo estaba ligeramente inclinado hacia un lado, el rostro sereno en un raro momento de descanso. Lo observó con atención, preguntándose por qué hacía tanto por ella, la mujer de su mayor enemigo. Era difícil creer que alguien que debería verla como un obstáculo estuviera allí, cuidándola con tanta dedicación.

Intentó levantarse lentamente, si
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