El teléfono sonaba con insistencia, pero Nick no se molestaba en levantarlo. Miranda había adquirido la incómoda manía de llamarlo apenas se levantaba en la mañana, y ya le estaba colmando la paciencia. Pero después de todo era su novia de nuevo, así que no había mucho que pudiera hacer al respecto
—¿De tu vida? ¡Ja! De tu oficina, quizás. No olvides que yo te parí, querido, y sé muy bien que no has dejado de pensar en ella ni un solo día. Layla se levantó, le dio la vuelta al escritorio y tomando la carpeta la empujó contra el pecho de su hijo. —Fírmalo. Quiero mi capital depositado en mi c
Se levantó al día siguiente con la madre de todas las resacas y se fue a la oficina con cara de muy pocos amigos, solo para darse cuenta de que el panorama allí no era mejor. Solo dos de los distribuidores que habían asistido al evento la noche anterior, habían enviado propuestas para los contratos.
Nick lanzó por lo bajo algo bastante parecido a un gruñido. No solo estaba furioso con Andrew Davies, también estaba furioso consigo mismo, porque no podía creer que se hubiera permitido caer en un error como aquel. —¿Qué puedes querer tú que no sea dinero? —preguntó con rabia. —Acciones. Ese capi
—Te agradezco, Miranda, pero no voy a aceptar préstamos, ni de tus padres ni de nadie —declaró Nick con la determinación vibrándole en la voz—. Aunque tus padres lo hicieran por ti, lo correcto sería ofrecerles una garantía, y no pondré en riesgo las acciones que me quedan. Miranda hizo ademán de p
—Señor Bennet, un placer volver a verlo —dijo mirándolo a los ojos y Nick no pudo encontrar ni una sola gota de emoción en ellos. Era como si no lo conociera, como si no hubiera pasado nada entre ellos, ni bueno ni malo. Casi podía sentir sus dientes chocando unos contra otros, pero tenía encima la
Si el fantasma de su padre se hubiera levantado en aquella mesa delante de todos, la cara de Nicholas Bennet hubiera reflejado un espanto mucho menor. —¿Co-cómo que accionista mayoritaria? —rugió sin poder contenerse—. ¿Qué estupidez es esa? Valeria ni siquiera se inmutó a pesar de las miradas rep
Era mejor de lo que se había imaginado, pero este aún no sería el colapso de Nick Bennet. —¡No voy a permitir que se lancen esas colecciones bajo la marca de Bennet Design! —declaró con fiereza poniéndose de pie—. ¡Usted puede ser la accionista mayoritaria de este estudio, pero yo sigo siendo el CE