Valeria respondió al saludo con cortesía, y luego se enfocó completamente en Alice mientras la mujer hablaba con Nick como si estuviera hablando con Zeus en el Olimpo. Le pareció gracioso que Nick no quisiera presentarla como su ex, aunque definitivamente se notaba que era el modelo de mujer que a é
Recordó sus palabras: la gente no era en blanco y negro, pero él sí. Lo había sido durante mucho tiempo, y por más que le costara reconocerlo, Valeria no era una mujer que pudiera encasillar. Valeria era coqueta y dulce, atrevida y cariñosa, desafiante y preocupada por la gente que quería. Valeria e
—No… —murmuró suavemente—. No era lo que quería oír porque pareciera que te molesta el simple hecho de decirlo… —¡Valeria! ¿Estás loca? —la regañó Nick riendo—. ¡Me diste un susto de muerte! ¡Iba a salir corriendo a buscarte aun sin saber dónde estabas! Todavía me tiemblan las piernas solo de pensa
Nick jamás había sido un hombre impulsivo cuando se trataba de mujeres, quizás porque saber que su padre se había matado por una, hacía que pensara dos veces antes de involucrar sus sentimientos en el asunto, pero con Valeria era diferente. Aquella pequeña revoltosa era su droga personal: después de
—Oye… Anna es una envidiosa y solo dijo estupideces. No le prestes atención —le dijo, pero la expresión de Valeria era fría y distante. —Sí, bueno… no es la primera que lo dice. Tú se lo enseñaste muy bien —replicó. Nick cerró los ojos y encajó el golpe. Era justo que se lo recordara. —Tienes raz
Valeria podía notar que estaba nervioso. —Te agradezco, Nick, pero yo no soy una diseñadora extranjera… —Valeria —él le dio la vuelta entre sus brazos para enfrentarla—, lo que quiero decir es que ahora mismo Bennet Designe tiene dos departamentos vacíos, y nadie se merece vivir en un lugar cómodo
Nick se subió de nuevo las mangas de la camisa mirando alrededor. Había estado intentando contratar un camión de mudanzas toda la semana, pero Valeria no se lo había permitido, argumentando que con su camioneta era más que suficiente. Y viendo que solo habían cajas para dos viajes en la camioneta,
—¿De qué hablas…? —Puedes preguntárselo tú misma, pero a ella no le gusta la forma en la que él la mira —le explicó Nick—. Parece que Alan la trata con lástima y ella se da cuenta. No supo si lo hacía porque Valeria tenía derecho a saber cómo se sentía Alice, o porque quería abrir aquella pequeña