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CAPÍTULO 46: ERES MIA.Scarlett intentó apartarse, pero la fuerza de Arzen la mantenía firmemente pegada a él. Su mano en su cintura era como un ancla, y la otra, que le acunaba la cara, la hacía sentir una mezcla de nerviosismo y un despertar interno que no podía ignorar. Su loba interior, hasta entonces adormecida, comenzaba a agitarse, despertando con una intensidad que le resultaba desconocida.El alfa comenzó a moverse lentamente, guiándola en un suave baile mientras aspiraba el aroma a lavanda que emanaba de ella. Ónix, aulló satisfecho de estar tan cerca de su hembra.—¿Te divierte todo esto? —preguntó Scarlett, intentando sonar sarcástica, aunque su voz traicionaba su nerviosismo. ―¿Crees que es gracioso?Arzen sonrió, una sonrisa que era a la vez posesiva y divertida.—¿Jugar? —dijo él, devolviéndole el sarcasmo—. Eso es bastante irónico viniendo de alguien que decidió ponerse ese vestido y bailar con Kael.Scarlett levantó una ceja, aceptando el desafío en sus palabras.—¿Qué
CAPITULO 47: SOLO YO PUEDO MIRARTE.Arzen se detuvo en el jardín del castillo y presionó a Scarlett contra un gran seto de rosas.—¿Qué… qué vas a hacer? —preguntó ella, tragando y luchando por estabilizar su corazón.Pero el alfa no le dio respuesta. En cambio, se acercó aún más, haciendo que ella aspirara su aroma a bosque húmedo, canela y sándalo.—Lo que debería —dijo él, su mirada, recorriéndole el cuerpo de arriba a abajo. —Este vestido —murmuró, llevando una mano al borde de su escote y rozando con lentitud su piel tierna y suave—, me ha dado muchos dolores de cabeza esta noche.Scarlett abrió y cerró los labios, estremeciéndose ante su cercanía.—Es un poco revelador, tal vez…—¿Un poco? —bufó él—. Todos pueden ver el maldito borde de tus pezones, Scarlett.A ella se le incendiaron las mejillas de rubor.—Arzen, yo…—Shh —la silenció, acunando su cara con una mano—. No me contradigas.Incluso Arzen se estaba obligando a calmarse, a mantener sus instintos contenidos.—No estoy
CAPÍTULO 48: TRES VESTIDOS, TRES DÍAS DE CASTIGO.―¡Es un mandón! —gritó Scarlett lanzando por los aires un cepillo de su tocador. Lavinia, que apretaba la falda de su vestido, la miraba con nerviosismo.—Mi niña, todo es mi culpa, no debí...—No —la cortó de inmediato—, no es tu culpa. Él es únicamente un tirano, un déspota que se cree dueño de todo, y peor aún, mi dueño.Las aletas de la nariz de Scarlett se abrían y cerraban con rapidez, mientras su mente comenzaba a trabajar en una retribución. Lejos de estar enojada por su actitud mandona y dictatorial, estaba más enojada con ella misma por haber caído en sus juegos y aceptar esa gota de placer que él sabía podía proporcionarle.—Quizás el Alfa está celoso, desde la distancia pude ver que no te quito los ojos de encima, mi niña. Pero además de él, los demás...Scarlett negaba con la cabeza mientras Lavinia trataba de hacerla entrar en razón.—No, nana, él solamente no quería que lo avergonzara. Pero si el señor cree que puede cont
CAPÍTULO 49: ELLA SERÁ MI MUERTE. La música comenzó de nuevo, esta vez con un ritmo más profundo y envolvente. Scarlett se movió con una gracia innata, sus caderas balanceándose al compás de la música, cada paso una mezcla de sensualidad y elegancia. Sus brazos se alzaron con suavidad, dibujando formas en el aire mientras giraba con una fluidez que hipnotizaba a todos los presentes. Arzen no podía apartar los ojos de ella. Tragó saliva, sintiendo cómo su garganta se secaba ante la visión, se movió en su trono, incómodo, pero no por desagrado, sino por la intensidad del deseo que comenzaba a arder en su interior. Sus ojos verdes siguieron cada movimiento, cada giro y contoneo, de la mujer. Por otro lado, Scarlett, sin dejar de mirarlo, se acercó, creando una conexión palpable entre ellos. Su cuerpo se movía con una confianza arrolladora, sus pies deslizándose con precisión sobre el suelo, sus manos acariciando el aire como si fuera una extensión de su propio ser. Cada movimiento era
CAPÍTULO 50: TU SABOR.El claro estaba lleno de entusiasmo y por todas partes flameaban coloridos estandartes de los lobos que participarían en la competencia. Había cachorros corriendo y algunas vendedoras con grandes cajas colgadas en el cuello, ofreciendo sus mercancías a los asistentes. Antes de que se iniciara la justa, los guerreros desfilaban con sus armaduras, cada una variaba notablemente en su diseño, destacando la riqueza de quien la portaba.Arzen fijó sus ojos en Scarlett, quien en ese preciso instante no solo le estaba sonriendo a Kael, sino que además se quitó la cinta de su cabello y la ató en el hombro de la armadura. El alfa vio todo rojo de repente y, sin pensarlo, comenzó a caminar hacia ellos.—Ten mucha suerte, Kael —dijo Scarlett sonriendo. El alfa rubio clavó inmediatamente una rodilla en tierra, haciendo chirriar las bisagras de su armadura.—Será un honor, luna.—¿Qué demonios crees que estás haciendo, Scarlett? —gruñó Arzen, acercándose con pasos firmes.Ella
CAPÍTULO 51: ESTAMOS DESTINADOS.En el centro de la arena, Arzen y Kael se miraban con intensidad, conscientes de lo que estaba en juego. Ambos alfas se estaban tomando la lucha a nivel personal, porque ambos estaban enamorados de la misma mujer. La tensión en el aire era palpable mientras se preparaban para el enfrentamiento.El primer choque fue brutal. Arzen, con una precisión letal, derribó a Kael de su caballo. El público contuvo la respiración mientras Kael se levantaba, sacudiéndose el polvo y montando de nuevo.―¿Es todo lo que tienes, Kael? ―rugió Arzen, con la voz llena de desafío.El alfa rubio apretó los dientes, dándole a Arzen una mirada llena de furia.―Te haré pagar por esto, Arzen.El segundo choque no fue diferente. Arzen, con una fuerza imparable, volvió a derribar a Kael. Esta vez, el golpe fue más duro, y Kael tardó más en levantarse.―¿Sigues insistiendo? ―se burló Arzen desde su caballo. ―No tienes ninguna oportunidad. Y sabes a lo que me refiero.Kael resopló, e
CAPÍTULO 52: YO DECIDIRÉ CON QUIÉN COMPARTIRLA.Scarlett se quedó inmóvil, sus ojos se abrieron de par en par mientras procesaba las palabras de Kael. La sorpresa la embargó, su corazón latía con fuerza y su mente se llenaba de confusión.―¿Qué? ―murmuró, dando un paso atrás―. No, Kael, eso no puede ser. Debes estar equivocado.Él se apresuró a detenerla antes de que se apartara.Por dentro, Scarlett sentía una mezcla de emociones. Su loba interior reconocía a Arzen como su verdadero compañero. Trató de apartarse de nuevo, pero Kael insistió, sin soltar su mano.―No estoy equivocado, Scarlett ―dijo con firmeza, apretando suavemente su mano―. Tú eres mi alma gemela. La profecía lo ha dicho.Scarlett abrió los ojos de par en par y esta vez apartó su mano, sintiendo un rechazo instintivo. Negó con la cabeza, su movimiento era firme, tratando de aclarar sus pensamientos.―Estás confundido, Kael. Eso… eso no puede ser verdad.Pero el alfa negó con la cabeza y su expresión era seria y decid
CAPÍTULO 53: CAMBIAR LAS REGLAS Scarlett entró a su habitación y cerró la puerta con fuerza, dejando escapar un suspiro cargado de frustración. Las palabras de Kael seguían repitiéndose en su mente, como una melodía inquietante que no lograba apagar. Se dejó caer sobre la cama, abrazando una almohada con fuerza mientras sus pensamientos se arremolinaban caóticamente. ―¿Y si Kael tiene razón? ―se preguntó en voz baja, sintiendo un nudo formarse en su garganta. ―¿Y si Arzen no es quien creo que es? La duda la invadía, y cada vez que pensaba en Kael como su compañero, sentía un dolor sordo en su corazón, como una herida que no terminaba de sanar. Recordó la mirada intensa cuando le confesó sus sentimientos, la sinceridad en su voz. «―La profecía habla de una hija de la luna, de ojos dorados y cabello blanco. Y esa loba eres tú.» Cerró los ojos y los recuerdos de la pesadilla que había tenido el día que Ashly desapareció brillaron en su mente. ―¿Podría estar equivocada sobre Arzen? ¿