EL PASADO SIEMPRE TE ENCUENTRA.―No me interesa.Drakos estaba sentado en su trono en el gran salón real del Clan Dragón, su mirada fija en una invitación al Reino del Norte que sostenía en la mano. Sin embargo, no mostraba interés en las palabras escritas; su mente vagaba lejos de allí, atrapada en un torbellino de pensamientos oscuros. Desde que había dejado la manada de los Lobos Oscuros, su humor había empeorado drásticamente. La amargura y la frustración se habían apoderado de él, tanto que nadie en el castillo se atrevía a mencionar el nombre de la persona que le causaba tal aflicción. No si querían evitar un destino fatal.Desde su regreso, el rey no había mostrado interés en ninguna de las mujeres de su harén, lo que había preocupado a los ancianos del clan. Incluso llegaron a especular que tal vez el rey había cambiado sus preferencias, pero esa teoría se desmoronó cuando Drakos, furioso al encontrar a un eunuco en su habitación, casi incendió el castillo. Fue entonces cuando
UNA JAULA LLAMADA UNION.Alyssa miraba a la mujer delante de ella sintiendo cómo el peso del mundo caía sobre sus hombros. Sus ojos, llenos de lágrimas, se clavaron en la sanadora de la manada Crepúsculo.—¿Qué pasa? —su voz salió temblorosa.Nora negó suavemente con la cabeza, y su mirada se llenó de un profundo pesar.—Lo lamento, Luna Alyssa, pero... son malas noticias.El corazón de Alyssa pareció detenerse por un instante. Sabía que lo que estaba a punto de escuchar no sería bueno, pero se obligó a mantener la compostura. Respiró hondo antes de hablar de nuevo.—Dime, Nora, ¿qué está pasando? ¿Por qué de repente me siento tan mal?La sanadora buscó las palabras, su boca se abría y cerraba sin que el sonido saliera de inmediato, pero sabía que tenía que decírselo.—Mi señora, usted... usted... está enferma.El pecho de Alyssa se contrajo, y su estómago se hizo un nudo doloroso.—¿Enferma? —repitió, casi sin poder creerlo.Nora asintió con tristeza.—Sí. Tiene la Enfermedad de la L
REPARANDO UN DESTINO. En el Vahalla, donde los dioses ocupaban sus tronos y lo observaban todo, la diosa Selene y su eterno compañero Fenrir reían, aunque con cierta tensión en el aire. Ambos, como cualquier pareja enamorada, tenían sus diferencias, pero en su caso, las pequeñas travesuras de la diosa habían tenido serias consecuencias. El dios, con su cabello fulgurante y sus ojos dorados llenos de amor, miró a su amada y, con una sonrisa que pretendía suavizar el ambiente, preguntó: —¿Aún estás enojada, cariño? Ya te dije que no tengo nada con ella. Selene, con el ceño fruncido, apenas levantó la mirada hacia él. Estaba celosa de Deméter, la diosa de la naturaleza. Fenrir continuó: —Solo hablábamos, pero tú siempre actúas antes de hablar y mira lo que ocasionaste. La diosa, de espléndida belleza, hizo un puchero, reconociendo para sí misma que sus celos habían sido infundados, pues descubrió que Deméter ya tenía a alguien que ocupaba su corazón. —Lo sé —admitió suavemen
Mis queridas lobitas, ¡hermosas!Por fin hemos llegado al final de la historia de Arzen y Scarlett. Espero de corazón que haya cumplido con sus expectativas. Sé que muchas de ustedes me odiaron por la muerte de Rowena y Kael, pero no podía adelantarles nada; esto estaba planeado así desde el principio y sus muertes eran necesarias para la trama. Debo confesar que todas y cada una de las historias que quedaron pendientes me emocionan mucho. Hablaré con mi jefa y, si me autoriza, las compartiremos aquí. De lo contrario, cada una se convertirá en un libro independiente.Una vez más, gracias por todo su apoyo. Saben que las quiero muchísimo y les agradezco de corazón por amar a mis queridos lobitos.Nos vemos en la historia de Artem.Besos,Paulina W.
—¡No. No tienes derecho a exigirme nada! —exclamó Scarlett, con voz firme pese al nerviosismo que intentaba ocultar.Arzen dio un paso adelante, cerrando la distancia entre ellos con una determinación feroz. Pero ella se mantuvo firme, aunque cada fibra de su ser le gritaba que retrocediera.—Tengo todo el derecho, Scarlett. Porque sigo siendo tu Alfa, y tú... —se detuvo frente a ella, tan cerca que podía sentir el calor de su aliento—. Tú todavía eres mi Luna, lo quieras o no.El desafío en sus palabras era claro, pero lo que Scarlett leía en su mirada contaba otra historia. No era solo ira lo que veía en esos ojos verdes, sino también una chispa de algo más, algo que no debería estar ahí, dadas las circunstancias.—Solo fui tu Luna por conveniencia —replicó ella, inclinando la cabeza con desafío y negándose a dejarlo tener el control—. Así que no esperes que me someta a ti y menos que acepte tus tontas condiciones.Arzen gruñó, un sonido bajo y peligroso que reverberó en el silencio
CAPÍTULO 1: REVELACIONES. Scarlett corría sin descanso, su aliento entrecortado resonaba en el silencio opresivo del bosque. Su ropa estaba rasgada, sus pies descalzos y su cabello empapado de sudor se pegaba a su frente. Miró hacia delante y lo vio. El lobo avanzaba hacia ella, su pelaje blanco brillando bajo la tenue luz de la luna y sus ojos rojos fijos en ella.El pánico nubló su mente mientras su corazón latió asustado en su pecho. ―¡Por favor, no me hagas daño! ¡Te lo suplico! ―gritó, sus palabras estaban llenas de desesperación ―Por favor, te lo ruego…Cuando la bestia se acercó mucho más, el aire alrededor de Scarlett se volvió denso y brillante, como si la luna misma descendiera del cielo. La figura se transformó, era radiante y majestuosa. Y ante ella apareció una mujer de belleza celestial, con un resplandor que iluminaba la oscuridad del bosque.Scarlett la miró, atónita, y sintió una conexión que no logró comprender. ―Hija ―dijo la figura con una voz que resonaba como
CAPÍTULO 2: SOLO TENGO UNA HIJA.Desde su infancia, Arzen y Ashly estaban destinados a unirse. La madre de Arzen, dotada con el don de la profecía, predijo su conexión con una loba de cabello blanco y ojos azules. Esta unión estaba destinada a fortalecer la manada y traer una ansiada paz entre los siete reinos. Ashly encajaba a la perfección en esta descripción, por lo que Sears trabajó arduamente para convencer al líder de la manada “Luna Oscura” de la importancia de la unión entre Ashly y Arzen. Sin embargo, la repentina desaparición de Ashly amenazaba con desbaratar todos esos planes y anhelos.―Es que no lo entiendo, nana. Ashly siempre ha querido esto. —dijo Scarlett asustada y confundida.―No lo sé, mi niña ―Lavinia la abrazó más fuerte ―pero debemos encontrarla antes de que alguien más se dé cuenta. Vamos, revisemos el jardín y el invernadero.Las dos Omegas apenas habían dado un paso cuando Sears apareció delante de ellas. El Alfa entrecerró los ojos y se acercó lentamente, su
CAPÍTULO 3: UNA SIMPLE OMEGA.Scarlett tembló de miedo y su corazón se apretó al escuchar las palabras crueles de su padre. En ese instante, un sirviente de la casa irrumpió jadeando, con el rostro pálido. ―Amo, el Beta del Alfa Arzen está aquí, ― dijo el hombre agitado. ―Viene por la señorita Ashly.Sears apretó los labios y miró con más furia a Scarlett antes de girarse hacia el sirviente. ―Dile que iré en un momento. Ofrécele un poco de hidromiel.El hombre asintió y se fue con prisa. Sears dio un paso adelante y entrecerró los ojos, antes de ordenar amenazante. ―Ve a prepararte, Omega. Y será mejor que lo hagas rápido. Scarlett tragó saliva, preguntó confundida y aterrorizada. ―¿Prepararme? ¿Pa… para… para qué? ―Para ser una sustituta, ―dijo Sears con desdén. ―Tú ocuparás el lugar de Ashly. Serás tú quien se una con el Alfa Arzen.El corazón de Scarlett pareció detenerse en ese instante, mientras recordaba las historias aterradoras sobre la crueldad de Arzen. Las leyendas h