Y así cerramos el arco de Rowena... XOXO
CAPÍTULO 138: NO TIENES LUGAR EN SU VIDA.El templo comenzó a desmoronarse, los pilares se quebraron y el techo se agrietó, enviando fragmentos de piedra al suelo. El estruendo ensordecedor de las piedras cayendo intensificó la sensación de peligro inminente, mientras el suelo temblaba bajo sus pies.—¡Tenemos que salir de aquí! —gritó Arzen, tomando a Scarlett en sus brazos.Con rapidez, él esquivó los escombros que caían a su alrededor. Avanzaron por el pasillo que conducía a la salida, pero una puerta de piedra comenzó a cerrarse lentamente delante de ellos. Con un último esfuerzo, Arzen logró deslizarse por la estrecha apertura antes de que la puerta se cerrara completamente detrás de ellos.—¡Corre! —le gritó a Scarlett, quien ya se había levantado y continuaba adelante, mientras Arzen apartaba de su camino los escombros que bloqueaban su paso.Mientras tanto, Ashly, con el corazón acelerado, buscaba desesperadamente a Drakos entre los escombros. Lo encontró encadenado, su cuerpo
CAPÍTULO 139: NUEVA VIDA.TIEMPO DESPUÉS…En el castillo, Lavinia observaba con una gran sonrisa al pequeño Valerian, quien, con apenas dos años, ya mostraba un espíritu rebelde. El joven lobo era el vivo retrato de su padre y ahora se negaba a vestirse.—Valerian, ven acá, no sigas corriendo, ya no estoy para estas cosas —le suplicó la vieja omega, pero el pequeño príncipe solo le sacó la lengua antes de seguir corriendo, alejándose de ella.—Oh, ya verás, pequeño bribón. Cuando te atrape, tendrás doble ración de cosquillas —Lavinia corrió tras él, justo cuando la puerta se abrió.Scarlett apareció en el umbral, con una expresión seria en su rostro. Observó la escena con sus ojos penetrantes.—¿De nuevo haces bromas a Lavinia, Valerian? Ya te he dicho que debes obedecerle, cariño —dijo con un tono firme.El joven príncipe hizo una mueca de disgusto, pero finalmente, resignado, caminó hacia Lavinia.—Y tú, nana, debes dejar de consentirlo. Necesita carácter. Tú y Arzen son los culpabl
CAPÍTULO 140: PASIÓN ETERNA.Scarlett salió del baño, envuelta en un vapor ligero que aún flotaba en el aire. Su cabello, ligeramente húmedo, caía en suaves ondas sobre sus hombros, y llevaba puesto un camisón de seda que se aferraba a su figura de manera provocativa, delineando cada curva con elegancia. La tela apenas ocultaba su piel, revelando más de lo que cubría, y la forma en que se movía hacía que el tejido se deslizara de manera seductora contra su cuerpo. Sus labios se curvaron en una sonrisa cuando sus ojos se encontraron con los del alfa, quien la esperaba en la cama.Arzen estaba recostado sobre la almohada, sus ojos de inmediato viajaron a lo largo del cuerpo de Scarlett, admirando la manera en que la luz de la habitación jugaba con el satén del camisón. Sus pensamientos sobre los asuntos de la manada quedaron momentáneamente en suspenso mientras la observaba caminar hacia él.—¿Has hablado con los centinelas sobre el borde sur? —preguntó con voz suave, fingiendo interés
EL PASADO SIEMPRE TE ENCUENTRA.―No me interesa.Drakos estaba sentado en su trono en el gran salón real del Clan Dragón, su mirada fija en una invitación al Reino del Norte que sostenía en la mano. Sin embargo, no mostraba interés en las palabras escritas; su mente vagaba lejos de allí, atrapada en un torbellino de pensamientos oscuros. Desde que había dejado la manada de los Lobos Oscuros, su humor había empeorado drásticamente. La amargura y la frustración se habían apoderado de él, tanto que nadie en el castillo se atrevía a mencionar el nombre de la persona que le causaba tal aflicción. No si querían evitar un destino fatal.Desde su regreso, el rey no había mostrado interés en ninguna de las mujeres de su harén, lo que había preocupado a los ancianos del clan. Incluso llegaron a especular que tal vez el rey había cambiado sus preferencias, pero esa teoría se desmoronó cuando Drakos, furioso al encontrar a un eunuco en su habitación, casi incendió el castillo. Fue entonces cuando
UNA JAULA LLAMADA UNION.Alyssa miraba a la mujer delante de ella sintiendo cómo el peso del mundo caía sobre sus hombros. Sus ojos, llenos de lágrimas, se clavaron en la sanadora de la manada Crepúsculo.—¿Qué pasa? —su voz salió temblorosa.Nora negó suavemente con la cabeza, y su mirada se llenó de un profundo pesar.—Lo lamento, Luna Alyssa, pero... son malas noticias.El corazón de Alyssa pareció detenerse por un instante. Sabía que lo que estaba a punto de escuchar no sería bueno, pero se obligó a mantener la compostura. Respiró hondo antes de hablar de nuevo.—Dime, Nora, ¿qué está pasando? ¿Por qué de repente me siento tan mal?La sanadora buscó las palabras, su boca se abría y cerraba sin que el sonido saliera de inmediato, pero sabía que tenía que decírselo.—Mi señora, usted... usted... está enferma.El pecho de Alyssa se contrajo, y su estómago se hizo un nudo doloroso.—¿Enferma? —repitió, casi sin poder creerlo.Nora asintió con tristeza.—Sí. Tiene la Enfermedad de la L
REPARANDO UN DESTINO. En el Vahalla, donde los dioses ocupaban sus tronos y lo observaban todo, la diosa Selene y su eterno compañero Fenrir reían, aunque con cierta tensión en el aire. Ambos, como cualquier pareja enamorada, tenían sus diferencias, pero en su caso, las pequeñas travesuras de la diosa habían tenido serias consecuencias. El dios, con su cabello fulgurante y sus ojos dorados llenos de amor, miró a su amada y, con una sonrisa que pretendía suavizar el ambiente, preguntó: —¿Aún estás enojada, cariño? Ya te dije que no tengo nada con ella. Selene, con el ceño fruncido, apenas levantó la mirada hacia él. Estaba celosa de Deméter, la diosa de la naturaleza. Fenrir continuó: —Solo hablábamos, pero tú siempre actúas antes de hablar y mira lo que ocasionaste. La diosa, de espléndida belleza, hizo un puchero, reconociendo para sí misma que sus celos habían sido infundados, pues descubrió que Deméter ya tenía a alguien que ocupaba su corazón. —Lo sé —admitió suavemen
Mis queridas lobitas, ¡hermosas!Por fin hemos llegado al final de la historia de Arzen y Scarlett. Espero de corazón que haya cumplido con sus expectativas. Sé que muchas de ustedes me odiaron por la muerte de Rowena y Kael, pero no podía adelantarles nada; esto estaba planeado así desde el principio y sus muertes eran necesarias para la trama. Debo confesar que todas y cada una de las historias que quedaron pendientes me emocionan mucho. Hablaré con mi jefa y, si me autoriza, las compartiremos aquí. De lo contrario, cada una se convertirá en un libro independiente.Una vez más, gracias por todo su apoyo. Saben que las quiero muchísimo y les agradezco de corazón por amar a mis queridos lobitos.Nos vemos en la historia de Artem.Besos,Paulina W.
—¡No. No tienes derecho a exigirme nada! —exclamó Scarlett, con voz firme pese al nerviosismo que intentaba ocultar.Arzen dio un paso adelante, cerrando la distancia entre ellos con una determinación feroz. Pero ella se mantuvo firme, aunque cada fibra de su ser le gritaba que retrocediera.—Tengo todo el derecho, Scarlett. Porque sigo siendo tu Alfa, y tú... —se detuvo frente a ella, tan cerca que podía sentir el calor de su aliento—. Tú todavía eres mi Luna, lo quieras o no.El desafío en sus palabras era claro, pero lo que Scarlett leía en su mirada contaba otra historia. No era solo ira lo que veía en esos ojos verdes, sino también una chispa de algo más, algo que no debería estar ahí, dadas las circunstancias.—Solo fui tu Luna por conveniencia —replicó ella, inclinando la cabeza con desafío y negándose a dejarlo tener el control—. Así que no esperes que me someta a ti y menos que acepte tus tontas condiciones.Arzen gruñó, un sonido bajo y peligroso que reverberó en el silencio