CAPÍTULO 120: UNA COMPAÑERA ENOJADA.En la penumbra de la sala de guerra del castillo, Arzen, Rowena, Dan y Darius se reunieron para discutir los detalles de la emboscada a Grayson. Las antorchas parpadeaban en las paredes de piedra, proyectando sombras danzantes mientras el grupo se concentraba en la mesa central cubierta de mapas y pergaminos.Arzen abrió la reunión, señalando un mapa detallado.―Tenemos que identificar el mejor lugar para tender la emboscada ―comenzó, su voz resonando en la sala―. Grayson es astuto, pero si aprovechamos el terreno a nuestro favor, podemos sorprenderlo.Darius asintió, señalando una colina cercana al bosque.―Aquí podríamos tener ventaja. Si posicionamos a algunos de mis hombres en la cima, podríamos atacar desde arriba y cerrar su retirada.Dan, con el ceño fruncido, agregó:―Necesitamos asegurarnos de que sus refuerzos de lobos rebeldes no puedan llegar. Si bloqueamos este paso ―indicó en el mapa― podremos aislar a Grayson y sus hombres.Mientras
CAPÍTULO 121: EMBOSCADA.—Creo que te equivocaste, Arzen. Debiste dejar que viniera.Rowena caminaba con paso firme delante de Arzen, quien frunció el ceño y negó rápidamente con la cabeza.—No voy a ponerla en riesgo, Rowena. Si algo le llegara a pasar a Scarlett, yo... —su voz se quebró ligeramente.La loba pelirroja se detuvo abruptamente y se giró para mirarlo con desaprobación.—¿Por qué ustedes siempre tienen que subestimar el poder de una mujer? No somos tan frágiles como parece. Además, la idea de Scarlett era buena e inteligente —replicó con firmeza.Darius, que caminaba a su lado, esbozó una sonrisa pero no intervino; en el fondo, pensaba igual que Rowena. Arzen, sin embargo, no se dejó convencer. Pasó junto a Rowena, tratando de mantener la calma.—No estoy diciendo que Scarlett sea débil, solo estoy cuidando a mi familia. Tenemos un hijo, un hijo al que quiero ver crecer con ella.Rowena lo miró fijamente y respondió con un tono desafiante:—¿Y no crees que Scarlett tambié
CAPÍTULO 122: LA LOBA BLANCA.La loba se alzó en medio del caos como una deidad encarnada, su figura irradiando un aura de poder que parecía desafiar las leyes de la naturaleza. Su pelaje blanco, tan puro como la nieve recién caída, brillaba con un resplandor sobrenatural bajo la luz del sol que se filtraba entre las copas de los árboles. Era como si cada hebra de su pelaje estuviera tejida con hilos de luz lunar, otorgándole un aspecto casi celestial.Sus ojos dorados destellaban con una inteligencia aguda y una determinación indomable. En su mirada había una mezcla de sabiduría ancestral y una ferocidad que podía helar la sangre de quien se atreviera a desafiarla. Al cruzar los ojos con ella, los licántropos sintieron un escalofrío recorrer sus espinas, conscientes de que estaban ante una fuerza de la naturaleza.Con un gruñido poderoso que resonó como un trueno en el bosque, la loba se lanzó hacia adelante. Y los licántropos, atónitos, intentaron reaccionar, pero ella era un torbel
CAPÍTULO 123: UN ACTO DE COMPASIÓN.En la cueva, Scarlett atendía a Arzen. El alfa, recostado sobre una manta, se quejaba con cada toque.—¡Auch! —exclamó cuando ella tocó su herida.—Eso te pasa por dejarme fuera —lo regañó, aunque su tono era más de preocupación que de enojo.Arzen le devolvió una sonrisa leve, sus ojos brillando con una mezcla de admiración y cariño.—No me culpes por querer mantenerte a salvo —respondió, su voz suave—. Sé lo difícil que es vivir sin ti, amor. Y no quiero volver a eso.Scarlett le dio una mirada comprensiva, sus ojos ahora dorados reflejando el fuego.—A tu lado soy de más ayuda que en el castillo —le dijo mientras movía sus manos con diligencia—. Pero si no me hubieras dejado atrás, no te habría salvado el trasero —ahora había una sonrisa traviesa en sus labios.El alfa se rió, su risa resonando en la cueva, y la miró con orgullo.—No tenía idea de que tuvieras tal poder —admitió, impresionado.—Hay muchas cosas que han cambiado conmigo.Scarlett
CAPÍTULO 124: DULCE RECOMPENSA.En lo alto de la montaña, el viento soplaba suavemente, trayendo consigo el aroma fresco de los árboles. Scarlett y Arzen estaban sentados juntos, disfrutando de la vista y de la compañía del otro. El Weaver descansaba cerca, vigilante pero relajado.El alfa miró a Scarlett con una sonrisa coqueta, sus ojos brillando con curiosidad.—Entonces, ¿no me dirás de qué hablaban tú y Rowena? —preguntó, inclinándose para besarla suavemente.Ella le correspondió el beso, disfrutando del calor de sus labios.—No puedo decírtelo. Es un código entre mujeres —respondió con una sonrisa traviesa—. Además, no sabía que eras tan chismoso.Arzen hizo una mueca divertida, fingiendo estar ofendido.—Solo me sorprendió verlas tan juntas. Hasta donde yo sabía, tenías ganas de arrancarle la cabeza —dijo, arqueando una ceja.Scarlett se rio, recordando cómo habían sido las cosas antes.—Eso era antes de que me dijeras que le habías dejado las cosas claras. Ahora no somos amigas
CAPÍTULO 125: SUEÑO PROFUNDO.Después de su momento de amor, Arzen y Scarlett volvieron a la cueva con la ayuda de Fyrus. Tanto Darius como Rowena dejaron salir el aire contenido cuando los vieron aparecer.—Joder, estábamos preocupados —se quejó Darius mientras se acercaba.Arzen sonrió pícaramente y rodeó la cintura de Scarlett.—Mi mujer me estaba consintiendo —respondió con una sonrisa juguetona.Scarlett rodó los ojos con un gesto de diversión y se apartó suavemente, caminando hacia los demás. Sin embargo, su expresión pronto se tornó seria al recordar el ataque de los licántropos.—Escuchen —dijo Scarlett, captando la atención de todos—. El plan para ir tras Grayson no será tan sencillo como pensábamos. —Hizo una pausa, apretando los dientes mientras la frustración se reflejaba en su rostro—. Se ha cubierto las espaldas muy bien. Y nos queda claro que atravesar este bosque es como ponerse un cuchillo de plata en la garganta.Ella se giró y miró a los alfas.―Así que propongo que
CAPÍTULO 126: ¿DÓNDE ESTÁ ELLA?De repente, el cielo se oscureció y los árboles se agitaron violentamente por la fuerza del viento. El ruido de la puerta abriéndose bruscamente alertó a Arzen de que algo iba mal.—¡Arzen! —gritó Lavinia, con el pequeño Valerian en brazos; su rostro reflejaba terror—. Algo se acerca.Arzen dejó a Scarlett y corrió hacia la ventana. Lo supo al instante. Ese olor a azufre, tan familiar y perturbador, le confirmó que los dragones habían cruzado su territorio. Se giró hacia Lavinia, consciente del peligro que se avecinaba.—Lleva a mi hijo y a Scarlett a la mazmorra de seguridad debajo del castillo —ordenó, su voz era firme y urgente—. Pediré a unos hombres que te ayuden.Lavinia tragó saliva y asintió, mientras Arzen se inclinaba para acariciar la cabeza de su hijo.—No salgas bajo ninguna circunstancia, ¿de acuerdo? —le dijo, mirándola con seriedad—. No lo hagas, Lavinia.Con eso, salió rápidamente. Sabía que el enfrentamiento con Drakos era inevitable y
CAPÍTULO 127: DOS CONDICIONES.Era Ashly. Su rostro mostraba miedo y valentía, y sus ojos reflejaban la determinación de alguien que había soportado demasiado. A pesar de que su corazón latía agitado y su cuerpo temblaba sin control, avanzó hacia ellos, su voz resonando con una autoridad inesperada.—No más sangre —dijo, su mirada fija en Drakos—. Esto tiene que parar.El impacto de su presencia fue inmediato. Los guerreros, que hasta ese momento habían estado enfrascados en la lucha, se detuvieron, sorprendidos por la aparición de Ashly. Incluso Drakos, que había estado a punto de acabar con Arzen, bajó su brazo lentamente, su expresión pasando de la sorpresa a la furia contenida.—Con que no estaba aquí, ¿eh?Arzen tragó y miró atónito a la mujer; no tenía idea de por qué estaba allí.—Yo… —su ceño se frunció mientras seguía mirándola.—Nunca me fui —Ashly lo sacó de su duda—. Cuando me pediste que me fuera… me escondí. Soy mujer, ¿recuerdas? Y ser una loba solitaria es peligroso. As