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CAPÍTULO 110: UN ACUERDO.―¿Sorprendido de verme?Scarlett mantuvo su mirada fija en Arzen, sus ojos reflejando una desaprobación que era imposible de ignorar. Arzen tragó saliva, sintiendo el peso de esa mirada, y dio un paso más hacia ella, intentando encontrar las palabras adecuadas.—De hecho, si —admitió Arzen, su voz un poco más baja—. No esperaba encontrarte aquí, no después de la última vez que hablamos.Scarlett bufó, cruzando los brazos mientras lo miraba con determinación.—Tal vez no esperabas verme, pero estoy aquí para quedarme —dijo con firmeza. Al oír esto, las cejas de Rowena se fruncieron y sus labios se apretaron en una fina línea.Arzen la miró sorprendido, procesando sus palabras. Pero antes de que pudiera responder, Scarlett continuó, su tono serio y decidido.—Necesitamos hablar —dijo, y luego dirigió su mirada hacia Rowena—. A solas.Rowena estaba a punto de replicar, pero Arzen la interrumpió con una mirada firme.—Rowena, por favor, déjanos solos —pidió, su to
CAPÍTULOS 111: PERDERLO PARA SIEMPRE.Scarlett cerró la puerta con fuerza y se encontró con Lavinia, quien la esperaba en su habitación. La omega se acercó, visiblemente preocupada, y le preguntó qué sucedía.—¿Qué pasa, Scarlett? —preguntó Lavinia suavemente.Scarlett dejó salir su frustración de golpe.—¡Arzen es un imbécil! —exclamó, sin poder contenerse.Lavinia se sorprendió ante la declaración y quiso saber más.—¿Por qué dices eso? —inquirió con curiosidad.Scarlett la miró fijamente, su mirada llena de indignación.—Me chantajeó para ayudarme —explicó—. La situación es más complicada de lo que parece. Las muertes de los grifos y los unicornios están ligadas a Grayson.Lavinia asintió lentamente, como si ya supiera algo al respecto. Scarlett notó su reacción y preguntó:—¿Ya lo sabías?—Sí —la vieja omega asintió de nuevo—, y además sé quién es la mujer pelirroja del castillo.Scarlett hizo una mueca de desdén y se dejó caer en una silla.—Sí. Ella y yo tuvimos unas palabras en
CAPÍTULO 112: ESTAS AQUI EN CALIDAD DE INVITADA.―¿Estás seguro de que arreglaron eso?Arzen miraba al sirviente del castillo con agudeza.―Sí, alfa. Lo arreglamos cuando usted nos dijo ―el hombre miró hacia la chimenea―. No entiendo cómo se atoró un pedazo de carbón.―Bueno, encárgate de que no vuelva a pasar, anoche fue desagradable y no voy a arriesgarme a que pase de nuevo con mi hijo o Scarlett aquí. ¿Está claro?―Sí, alfa. ―el sirviente asintió y se retiró.Arzen miró nuevamente la chimenea pensando que era extraño, pero la suave voz de Scarlett lo hizo girarse. Ella bajaba en compañía de su hijo, al instante su semblante cambió.Se acercó a su hijo recién nacido con una sonrisa cálida y divertida.―Hola, mi pequeño aventurero ―le susurró mientras le hacía cosquillas en la barriguita―. ¿Sabes que ya eres el más fuerte de todos? Apuesto a que pronto estarás liderando tus propias travesuras por aquí.El bebé soltó un suave gorjeo, y Arzen rió, encantado.Scarlett, recordando su tr
CAPÍTULO 113: BAJO LA LUNA LLENA.Después de su tensa conversación con Arzen, Scarlett decidió enfocarse en sus responsabilidades dentro del castillo. Había asuntos que necesitaban su atención, y ella estaba decidida a demostrar su valía como la Luna de la manada. Sin embargo, al recorrer los pasillos, se encontró de nuevo con Rowena, quien parecía estar resolviendo algunos asuntos administrativos.El enojo creció en su interior y se acercó a Rowena con una mirada desafiante.―Parece que aún no te ha quedado claro cuál es tu lugar aquí. ―El tono de Scarlett era cortante como el hielo. ―¿Debo repetirte de nuevo que estos asuntos son mi responsabilidad?Rowena apenas la miró y dijo:―Arzen es el alfa, Scarlett. Y mientras él no me diga lo contrario, seguiré ayudando en todo lo que pueda.Los que estaban alrededor comenzaron a prestar atención a la tensión entre ellas. Y Scarlett no dejó de dejar en claro su posición.―No soy estúpida, Rowena. Puedo oler tus intenciones, y no son precisa
CAPÍTULO 114: PASEO NOCTURNO.Arzen sonrió mientras se quitaba la camisa, dejando al descubierto su pecho. Y Scarlett no pudo evitar observar las cicatrices que cruzaban su piel, recordando las palabras de Gail sobre la tortura de Grayson.―Fui a tu habitación y no estabas. Lavinia me dijo que estabas aquí ―dijo con una sonrisa juguetona.Scarlett, aún mirando las marcas, preguntó con tristeza:―¿Esas cicatrices... fueron hechas por Grayson?El alfa sostuvo su mirada por un momento, su expresión suavizándose.―Sí, pero no quiero arruinar este momento hablando de algo tan desagradable ―respondió, guiñándole un ojo antes de comenzar a desabrocharse el pantalón.Scarlett abrió los ojos sorprendida mientras él se despojaba de su ropa y comenzaba a caminar hacia el agua.―¿Qué pretendes? ―preguntó ella, tratando de mantener la compostura.Arzen se acercó con una sonrisa traviesa.―Pretendo disfrutar de un buen baño bajo la luna, y como mi Luna, deberías acompañarme ―dijo con picardía.Scar
CAPÍTULO 115: LEJOS DE MI HIJO.Una semana después, Arzen se encontraba en el estudio con su hijo, disfrutando de un momento de tranquilidad. El alfa hacía muecas de diferentes formas para sacarle una sonrisa al pequeño lobo, que ya mostraba sus primeros caninos y emitía gruñidos juguetones. Cada vez que lo miraba, su pecho se llenaba de orgullo.―Pequeño ―dijo con voz suave―, quiero que sepas que no serás como yo si no lo deseas. Cuando llegue el momento, podrás elegir si liderar a los lobos oscuros o seguir tu propio camino.El pequeño lobo hizo un puchero, y Arzen se rió.―¿Eso significa un sí? ―preguntó divertido.El cachorro volvió a hacer un puchero, lo que provocó más risas de su padre, quien continuó haciendo muecas, disfrutando de ese momento íntimo con su hijo.En ese instante, llamaron a la puerta. Arzen ordenó que entraran.―Adelante ―dijo.Se trataba de Rowena, quien traía un pergamino en la mano y noticias sobre el próximo movimiento de Grayson. Sin embargo, al ver al pe
CAPÍTULO 116: SOLO DE ELLA.Rowena se encogió de hombros, tomando asiento frente a él sin esperar invitación.―Vine por un trago igual que tú ―dijo, su voz teñida de una melancolía que Arzen no había notado antes―. A veces necesitamos un poco de alcohol para olvidar.Arzen sintió curiosidad por sus palabras, pero en lugar de preguntar, pidió otro vaso y le sirvió un poco. Rowena bebió un trago y lo miró con seriedad.―No estás bien ―dijo ella, sin rodeos.Arzen tardó en responder, su mirada perdida en el líquido ámbar de su vaso.―A veces, las acciones que tomamos determinan nuestro futuro ―murmuró finalmente―. Por más que intentes evadir las responsabilidades de esas decisiones, ellas siempre terminan alcanzándote.Rowena asintió, perdida en sus propios demonios. Luego lo miró, sus ojos buscando algo en los de él.―¿Tu problema tiene el nombre de Scarlett? ―preguntó.Arzen suspiró, sintiendo el peso de su confesión inminente.―Sí, pero si hablamos con realidad, el verdadero nombre es
CAPÍTULO 117: MI PRINCIPIO Y MI FIN.Scarlett se apartó de la puerta, su respiración temblorosa mientras daba un paso atrás. Arzen la siguió con la mirada, sintiendo el peso del momento. La habitación estaba en silencio, el crepitar de la chimenea siendo el único sonido que acompañaba sus pensamientos. Scarlett hizo un gesto hacia un rincón junto al fuego.―Siéntate ―le dijo, mientras que ella se sentó en el borde de la cama. Pero Arzen permaneció de pie, inseguro de cómo empezar.―Scarlett… siento tanto todo lo que ha pasado ―comenzó, la voz temblándole ligeramente―. Y créeme que no hay un solo día en el que no lamente mis acciones. Lo que hice... No tengo excusas. Dejé que los celos me consumieran.La voz de Arzen sonaba quebrada por la culpa.―El asesinato de Kael... fue el peor error de mi vida. Y cada día desde entonces he vivido con ese peso, sabiendo que he destrozado no solo su vida, sino la nuestra.Scarlett lo miró, su mirada penetrante pero llena de un dolor que Arzen apena