Mis lobitas, ¿qué les parece? Nos acercamos al final de esta historia. XOXO
CAPÍTULO 108: REGRESANDO A CASA.El carruaje había avanzado lentamente por el camino empedrado que conducía al territorio de Arzen. Scarlett, con su hijo en brazos, había observado el paisaje que la rodeaba. El aire estaba impregnado del aroma fresco de la naturaleza, y los colores vibrantes del entorno le habían traído recuerdos de los momentos que había pasado allí, momentos llenos de risas y complicidad con Arzen.Mientras el carruaje avanzaba, esos recuerdos le provocaron una mezcla de emociones: una dulce nostalgia por lo que habían compartido y un temor creciente sobre cómo él reaccionaría al verla de nuevo.Lavinia, sentada frente a ella, había observado a Scarlett con una sonrisa comprensiva. Podía ver en su rostro el torbellino de emociones dentro de ella. Y con el corazón lleno de esperanza, había cerrado los ojos y murmuró una oración silenciosa a la Madre Diosa.«Diosa, te pido que la guíes en este camino que ha decidido tomar. Y que el amor que aún existe entre ella y Arz
CAPÍTULO 109: LUNA AUSENTE. ―Parece que no me escuchaste. Te pregunté quién eres y qué haces en este lugar. ―Scarlett se acercó brotando frialdad. Rowena, sin prisa, levantó la vista de los documentos. Su expresión era de superioridad, y sus ojos brillaban con un toque de ironía. ―Mira quién decidió volver, la Luna ausente en persona ―respondió, dejando entrever una sonrisa burlona―. No sabía que las compañeras fugitivas se atrevieran a cuestionar a quienes realmente llegan para ayudar. Scarlett sintió el calor subir por su cuello, pero su voz salió tan fría como el hielo. Había aprendido a ocultar sus emociones tras una máscara de calma. ―No recuerdo haberte visto antes ―dijo, cruzando los brazos mientras su mirada se clavaba en Rowena, como si intentara atravesar su fachada con pura fuerza de voluntad―. Supongo que Arzen contrató a alguien para mantener en orden las cosas menores mientras él se ocupaba de asuntos más importantes. Rowena, que hasta entonces no había mostrado muc
CAPÍTULO 110: UN ACUERDO.―¿Sorprendido de verme?Scarlett mantuvo su mirada fija en Arzen, sus ojos reflejando una desaprobación que era imposible de ignorar. Arzen tragó saliva, sintiendo el peso de esa mirada, y dio un paso más hacia ella, intentando encontrar las palabras adecuadas.—De hecho, si —admitió Arzen, su voz un poco más baja—. No esperaba encontrarte aquí, no después de la última vez que hablamos.Scarlett bufó, cruzando los brazos mientras lo miraba con determinación.—Tal vez no esperabas verme, pero estoy aquí para quedarme —dijo con firmeza. Al oír esto, las cejas de Rowena se fruncieron y sus labios se apretaron en una fina línea.Arzen la miró sorprendido, procesando sus palabras. Pero antes de que pudiera responder, Scarlett continuó, su tono serio y decidido.—Necesitamos hablar —dijo, y luego dirigió su mirada hacia Rowena—. A solas.Rowena estaba a punto de replicar, pero Arzen la interrumpió con una mirada firme.—Rowena, por favor, déjanos solos —pidió, su to
CAPÍTULOS 111: PERDERLO PARA SIEMPRE.Scarlett cerró la puerta con fuerza y se encontró con Lavinia, quien la esperaba en su habitación. La omega se acercó, visiblemente preocupada, y le preguntó qué sucedía.—¿Qué pasa, Scarlett? —preguntó Lavinia suavemente.Scarlett dejó salir su frustración de golpe.—¡Arzen es un imbécil! —exclamó, sin poder contenerse.Lavinia se sorprendió ante la declaración y quiso saber más.—¿Por qué dices eso? —inquirió con curiosidad.Scarlett la miró fijamente, su mirada llena de indignación.—Me chantajeó para ayudarme —explicó—. La situación es más complicada de lo que parece. Las muertes de los grifos y los unicornios están ligadas a Grayson.Lavinia asintió lentamente, como si ya supiera algo al respecto. Scarlett notó su reacción y preguntó:—¿Ya lo sabías?—Sí —la vieja omega asintió de nuevo—, y además sé quién es la mujer pelirroja del castillo.Scarlett hizo una mueca de desdén y se dejó caer en una silla.—Sí. Ella y yo tuvimos unas palabras en
CAPÍTULO 112: ESTAS AQUI EN CALIDAD DE INVITADA.―¿Estás seguro de que arreglaron eso?Arzen miraba al sirviente del castillo con agudeza.―Sí, alfa. Lo arreglamos cuando usted nos dijo ―el hombre miró hacia la chimenea―. No entiendo cómo se atoró un pedazo de carbón.―Bueno, encárgate de que no vuelva a pasar, anoche fue desagradable y no voy a arriesgarme a que pase de nuevo con mi hijo o Scarlett aquí. ¿Está claro?―Sí, alfa. ―el sirviente asintió y se retiró.Arzen miró nuevamente la chimenea pensando que era extraño, pero la suave voz de Scarlett lo hizo girarse. Ella bajaba en compañía de su hijo, al instante su semblante cambió.Se acercó a su hijo recién nacido con una sonrisa cálida y divertida.―Hola, mi pequeño aventurero ―le susurró mientras le hacía cosquillas en la barriguita―. ¿Sabes que ya eres el más fuerte de todos? Apuesto a que pronto estarás liderando tus propias travesuras por aquí.El bebé soltó un suave gorjeo, y Arzen rió, encantado.Scarlett, recordando su tr
CAPÍTULO 113: BAJO LA LUNA LLENA.Después de su tensa conversación con Arzen, Scarlett decidió enfocarse en sus responsabilidades dentro del castillo. Había asuntos que necesitaban su atención, y ella estaba decidida a demostrar su valía como la Luna de la manada. Sin embargo, al recorrer los pasillos, se encontró de nuevo con Rowena, quien parecía estar resolviendo algunos asuntos administrativos.El enojo creció en su interior y se acercó a Rowena con una mirada desafiante.―Parece que aún no te ha quedado claro cuál es tu lugar aquí. ―El tono de Scarlett era cortante como el hielo. ―¿Debo repetirte de nuevo que estos asuntos son mi responsabilidad?Rowena apenas la miró y dijo:―Arzen es el alfa, Scarlett. Y mientras él no me diga lo contrario, seguiré ayudando en todo lo que pueda.Los que estaban alrededor comenzaron a prestar atención a la tensión entre ellas. Y Scarlett no dejó de dejar en claro su posición.―No soy estúpida, Rowena. Puedo oler tus intenciones, y no son precisa
CAPÍTULO 114: PASEO NOCTURNO.Arzen sonrió mientras se quitaba la camisa, dejando al descubierto su pecho. Y Scarlett no pudo evitar observar las cicatrices que cruzaban su piel, recordando las palabras de Gail sobre la tortura de Grayson.―Fui a tu habitación y no estabas. Lavinia me dijo que estabas aquí ―dijo con una sonrisa juguetona.Scarlett, aún mirando las marcas, preguntó con tristeza:―¿Esas cicatrices... fueron hechas por Grayson?El alfa sostuvo su mirada por un momento, su expresión suavizándose.―Sí, pero no quiero arruinar este momento hablando de algo tan desagradable ―respondió, guiñándole un ojo antes de comenzar a desabrocharse el pantalón.Scarlett abrió los ojos sorprendida mientras él se despojaba de su ropa y comenzaba a caminar hacia el agua.―¿Qué pretendes? ―preguntó ella, tratando de mantener la compostura.Arzen se acercó con una sonrisa traviesa.―Pretendo disfrutar de un buen baño bajo la luna, y como mi Luna, deberías acompañarme ―dijo con picardía.Scar
CAPÍTULO 115: LEJOS DE MI HIJO.Una semana después, Arzen se encontraba en el estudio con su hijo, disfrutando de un momento de tranquilidad. El alfa hacía muecas de diferentes formas para sacarle una sonrisa al pequeño lobo, que ya mostraba sus primeros caninos y emitía gruñidos juguetones. Cada vez que lo miraba, su pecho se llenaba de orgullo.―Pequeño ―dijo con voz suave―, quiero que sepas que no serás como yo si no lo deseas. Cuando llegue el momento, podrás elegir si liderar a los lobos oscuros o seguir tu propio camino.El pequeño lobo hizo un puchero, y Arzen se rió.―¿Eso significa un sí? ―preguntó divertido.El cachorro volvió a hacer un puchero, lo que provocó más risas de su padre, quien continuó haciendo muecas, disfrutando de ese momento íntimo con su hijo.En ese instante, llamaron a la puerta. Arzen ordenó que entraran.―Adelante ―dijo.Se trataba de Rowena, quien traía un pergamino en la mano y noticias sobre el próximo movimiento de Grayson. Sin embargo, al ver al pe