Mis lobitas, ayer no puede actualizar porque mi bebe que ya no es tan bebe se gradúa para bachillerato. Y ya saben, fotos, actos, gastos, jajajajaja. Espero que les gusten estos capítulos y en los próximos ya casi se nos declara el niño, jajaja no creo que resista lo que le viene. Mas celos. XOXO
CAPÍTULO 42: UN CONSEJO INSATISFECHO.―¡NO!Arzen se encontraba frente al consejo de ancianos de la manada, sus manos se abría y cerraban, sus sienes latían y su respiración era agitada. Estaba enojado, ya que ellos le habían pedido que tuviera un heredero cuanto antes. La solicitud lo tomó por sorpresa y se negó rotundamente.Uriel, el anciano mayor, intervino.—Arzen, deja de ser tan testarudo. Todos en la manada murmuran que no te llevas bien con tu luna. Tener un hijo juntos no solo consolidará tu posición, sino que también dará tranquilidad a la manada.Un torbellino de emociones se agitó dentro de Arzen ante la posibilidad de que Scarlett se convirtiera en la madre de sus cachorros. Por un momento, se la imaginó embarazada de su bebé, pero rápidamente desechó esos pensamientos. En tono bajo, le dijo a Uriel:—Recuerda que mi unión con Scarlett es temporal.El viejo lobo asintió comprensivo.—Lo sé, pero ahora debes pensar en lo mejor para ti y la manada.Arzen lo miró impotente y
CAPÍTULO 43: UN VESTIDO.—O sea, ¿estás aceptando que tienes sentimientos por ella? —Dan preguntó, atento a las reacciones de su amigo.—No. Lo estoy haciendo por la manada, nada más —respondió Arzen, tajante.El beta alzó una ceja y contuvo una sonrisa.—Sí, claro.—¿Qué? Eso es parte de sus obligaciones como Luna.—Ay, por la Diosa, Arzen, ¿no te das cuenta de que el único que se cree su mentira eres tú? Se te nota, que esto es más que una obligación. ―Dan suspiró y miró serio a su amigo. —Sinceramente, ya estoy cansado.—¿Cansado? ¿De qué? ―el alfa estaba comenzando a arrepentirse de haberle contado.—De tu estupidez. ―respondió Dan ―Eres un alfa, por la Diosa. Toma a la chica, márcala y sé feliz, ¿qué tan complicado puede ser? Arzen apretó la pluma de fénix en su mano.—No es tan simple, Dan. Y tú lo sabes.—Sí, sí, la tonta profecía de tu madre —el beta hizo una mueca de disgusto y tomó asiento delante de Arzen—. Oye, nada garantiza que sea verdad. Vamos, ¿cuántos años han pasado
CAPÍTULO 44: UNA PROMESA.Scarlett les dio una sonrisa a todos y terminó de bajar las escaleras con suma elegancia. Los ojos de todos los invitados estaban sobre ella, no obstante, ella podía sentir el calor de solo unos.Los de Arzen.El Alfa no apartó la mirada de la belleza que descendía las escaleras y en su mente se hicieron un sinfín de preguntas.El vestido era hermoso, no había duda. De un color lila brillan, los encajes hechos de hilos de plata brillaban bajo la luz de las velas, la falda amplia y larga se arrastraba detrás de Scarlett. Sin embargo, en opinión de Arzen, dejaba muy poco a la imaginación. El escote en forma de corazón resaltaba el par de pechos con los que había estado soñando las últimas noches. La fina y delicada tela color morado, se pegaba a cada pulgada del cuerpo de Scarlett y cuando caminó, una torneada pierna quedó a la vista de todos.Fue imposible que Arzen no tuviera una reacción visceral. Cada músculo de su cuerpo se tensó, mientras luchaba por con
CAPÍTULO 45: ROBARSE UNA PAREJA DE BAILE.Arzen simplemente se quedó mirándola, recitando una plegaria en su interior.«No aceptes… no aceptes… no aceptes…»Como si pudiera escucharlo, Scarlett miró en su dirección. Sus miradas se encontraron y ella dudó. En el fondo esperaba que él se levantara y reclamara el primer baile. Esperó un tiempo prudente, pero nada pasó, Arzen simplemente se quedó en su silla, observándola.Ella apartó la mirada y le sonrió a Kael.—Por supuesto, una promesa es una promesa —dijo con una sonrisa, aunque sus ojos reflejaban un poco de tristeza y resignación.Arzen observaba cada movimiento de Scarlett mientras ella bailaba con Kael. Su corazón latió con fuerza, mientras un sentimiento de celos y dolor lo consumía por dentro.Dan, a su lado, no dejaba de burlarse.—Eres un tonto por dejar que otro ocupe tu lugar —dijo, sacudiendo la cabeza.Arzen apenas le prestó atención. Sus ojos estaban fijos en Scarlett, quien reía y giraba en los brazos de Kael. Sintió qu
CAPÍTULO 46: ERES MIA.Scarlett intentó apartarse, pero la fuerza de Arzen la mantenía firmemente pegada a él. Su mano en su cintura era como un ancla, y la otra, que le acunaba la cara, la hacía sentir una mezcla de nerviosismo y un despertar interno que no podía ignorar. Su loba interior, hasta entonces adormecida, comenzaba a agitarse, despertando con una intensidad que le resultaba desconocida.El alfa comenzó a moverse lentamente, guiándola en un suave baile mientras aspiraba el aroma a lavanda que emanaba de ella. Ónix, aulló satisfecho de estar tan cerca de su hembra.—¿Te divierte todo esto? —preguntó Scarlett, intentando sonar sarcástica, aunque su voz traicionaba su nerviosismo. ―¿Crees que es gracioso?Arzen sonrió, una sonrisa que era a la vez posesiva y divertida.—¿Jugar? —dijo él, devolviéndole el sarcasmo—. Eso es bastante irónico viniendo de alguien que decidió ponerse ese vestido y bailar con Kael.Scarlett levantó una ceja, aceptando el desafío en sus palabras.—¿Qué
CAPITULO 47: SOLO YO PUEDO MIRARTE.Arzen se detuvo en el jardín del castillo y presionó a Scarlett contra un gran seto de rosas.—¿Qué… qué vas a hacer? —preguntó ella, tragando y luchando por estabilizar su corazón.Pero el alfa no le dio respuesta. En cambio, se acercó aún más, haciendo que ella aspirara su aroma a bosque húmedo, canela y sándalo.—Lo que debería —dijo él, su mirada, recorriéndole el cuerpo de arriba a abajo. —Este vestido —murmuró, llevando una mano al borde de su escote y rozando con lentitud su piel tierna y suave—, me ha dado muchos dolores de cabeza esta noche.Scarlett abrió y cerró los labios, estremeciéndose ante su cercanía.—Es un poco revelador, tal vez…—¿Un poco? —bufó él—. Todos pueden ver el maldito borde de tus pezones, Scarlett.A ella se le incendiaron las mejillas de rubor.—Arzen, yo…—Shh —la silenció, acunando su cara con una mano—. No me contradigas.Incluso Arzen se estaba obligando a calmarse, a mantener sus instintos contenidos.—No estoy
CAPÍTULO 48: TRES VESTIDOS, TRES DÍAS DE CASTIGO.―¡Es un mandón! —gritó Scarlett lanzando por los aires un cepillo de su tocador. Lavinia, que apretaba la falda de su vestido, la miraba con nerviosismo.—Mi niña, todo es mi culpa, no debí...—No —la cortó de inmediato—, no es tu culpa. Él es únicamente un tirano, un déspota que se cree dueño de todo, y peor aún, mi dueño.Las aletas de la nariz de Scarlett se abrían y cerraban con rapidez, mientras su mente comenzaba a trabajar en una retribución. Lejos de estar enojada por su actitud mandona y dictatorial, estaba más enojada con ella misma por haber caído en sus juegos y aceptar esa gota de placer que él sabía podía proporcionarle.—Quizás el Alfa está celoso, desde la distancia pude ver que no te quito los ojos de encima, mi niña. Pero además de él, los demás...Scarlett negaba con la cabeza mientras Lavinia trataba de hacerla entrar en razón.—No, nana, él solamente no quería que lo avergonzara. Pero si el señor cree que puede cont
CAPÍTULO 49: ELLA SERÁ MI MUERTE. La música comenzó de nuevo, esta vez con un ritmo más profundo y envolvente. Scarlett se movió con una gracia innata, sus caderas balanceándose al compás de la música, cada paso una mezcla de sensualidad y elegancia. Sus brazos se alzaron con suavidad, dibujando formas en el aire mientras giraba con una fluidez que hipnotizaba a todos los presentes. Arzen no podía apartar los ojos de ella. Tragó saliva, sintiendo cómo su garganta se secaba ante la visión, se movió en su trono, incómodo, pero no por desagrado, sino por la intensidad del deseo que comenzaba a arder en su interior. Sus ojos verdes siguieron cada movimiento, cada giro y contoneo, de la mujer. Por otro lado, Scarlett, sin dejar de mirarlo, se acercó, creando una conexión palpable entre ellos. Su cuerpo se movía con una confianza arrolladora, sus pies deslizándose con precisión sobre el suelo, sus manos acariciando el aire como si fuera una extensión de su propio ser. Cada movimiento era