CAPÍTULO 104: EL RETO DEL BETA.De repente, la puerta de la habitación se abrió de golpe, interrumpiendo el tenso silencio. Tanto Arzen como Scarlett giraron sus rostros para ver a Elías de pie, sus ojos taladrando a Arzen con una intensidad que parecía capaz de atravesarlo. Detrás de él, Lavinia apareció muerta de nervios.―Mi niña, le dije que no viniera, pero no escuchó…El beta dio un paso hacia Arzen.―Quiero que te largues de mi manada ―exigió, con cada palabra llena de desprecio―. Y quiero que lo hagas ya, Arzen.Arzen, lejos de intimidarse, mostró una sonrisa arrogante y desafiante.―Lo haré con gusto, Elías. La única razón por la que estoy aquí es por mi mujer y mi hijo.El comentario encendió la ira de Elías, quien no dudó en reprocharle.―¿Tu mujer? ―se burló―. Buena forma de amar, prefiriendo a otra loba y relegando a Scarlett como una amante.Arzen dio un paso hacia él y su mirada era amenazante, al igual que su voz baja y peligrosa.―No me provoques, Elías.Pero el beta n
CAPITULO 105: ATADA A MI.Después de que el cachorro se durmiera, Scarlett decidió bajar y hablar de una vez por todas con Arzen. Las palabras de Lavinia habían tocado un nervio sensible; no podía dejar a su hijo alejado de su padre. Por eso, decidió que permitiría que Arzen se quedara cerca del cachorro, pero debía irse de la manada. Por una parte, entendía a Elías y estaba casi segura de que los demás miembros tampoco se sentían contentos de que Arzen estuviera allí, no después de lo que le había hecho a Kael.En cuanto a su relación, no tenía una decisión todavía; sin embargo, dejaría pasar un poco de tiempo antes de decidir si volver con él o no. Por eso iba a hablar con él, para establecer un régimen de visitas y así pudiera compartir con el pequeño y, además, elegir un nombre. Ella iba a concederle eso, lo elegirían juntos. Secretamente, esto la emocionaba, pero esa emoción duró poco cuando llegó al salón y escuchó el bullicio afuera en el patio principal.Al salir, se encontró
CAPÍTULO 106: ES MEJOR QUE TE VAYAS.El beso entre Scarlett y Arzen se intensificó rápidamente, sus lenguas jugueteando con una pasión que había estado contenida durante demasiado tiempo. Sin darse cuenta, ella rodeó el cuello de Arzen con sus brazos, sus dedos acariciando el cabello en la nuca del alfa. Por su parte, Arzen estaba consumido por un hambre voraz, dejó que sus manos descendieran lentamente hasta las nalgas de Scarlett, apretándolas con firmeza y arrancándole un gemido de placer.Deseando tenerla más cerca, la atrajo hacia él, permitiéndole sentir su deseo palpable, su erección presionando contra ella. El beso continuó, cada uno perdiéndose en sus propios anhelos, entregándose a esa pasión que había estado latente.De repente, Scarlett volvió en sí, recordando el motivo por el que había ido a verlo, y con esfuerzo, rompió el beso y salió de su abrazo. Arzen, sorprendido, intentó atraerla nuevamente, pero ella se negó.―No, basta ―dijo, retrocediendo y marcando distancia―.
CAPITULO 107: CAMINOS SEPARADOS. Al día siguiente, Scarlett bajó las escaleras con el corazón aún pesado por la conversación que había tenido con Arzen el día anterior. Se sentía nerviosa, pero decidida a hablar con él y compartir la decisión que había tomado. Al llegar a la sala común, se encontró con Lavinia, quien la saludó con una sonrisa cálida. ―¡Buenos días, mi niña! ―dijo la mujer, tratando de ocultar su semblante. Sin embargo, Scarlett pudo darse cuenta. ―Nana, ¿qué pasa? ¿Todo está bien? Lavinia dudó un momento antes de responder. ―Supongo que no lo sabes ―dijo finalmente. Scarlett la miró con sorpresa. ―¿Saber qué, nana? ―Bueno, es que… ―Lavinia no sabía cómo decírselo, incluso para ella fue algo sorpresivo, dada la actitud con la que había llegado―. Arzen se fue esta mañana, muy temprano. El anuncio tomó por sorpresa a Scarlett, quien de inmediato sintió un nudo formarse en su estómago. ―¿Se… se fue? ―Me temo que sí. ―¿Estás segura? ―preguntó nuevamente Scarlett
CAPÍTULO 108: TIENE UN PADRE.―Las cincuenta casas ya han sido entregadas, mi señora, y todos están muy agradecidos con usted. Dicen que es maravillosa en lo que hace.Scarlett apenas sonrió ante las palabras del anciano. Desde que Lavinia le dijera que Arzen se había marchado, no había podido dejar de pensar en ello.“Eres una idiota”, dijo con enojo Ivy. “No puedo creer que seas tan egoísta, Scarlett. Lavinia tiene razón, nada más piensas en ti.”Pero ella ignoró el reproche de su loba y siguió prestando atención a las palabras del anciano lobo.“Sí, sí, ignórame todo lo que quieras, pero sabes que tengo razón. No solo estás siendo egoísta conmigo, sino con tu hijo y hasta contigo misma.”Scarlett apretó las manos, conteniendo las emociones que fluctuaban dentro de ella. Ivy podía ser molesta cuando se lo proponía.“Ni siquiera puedo aparearme con mi compañero o quizás correr en el bosque. ¿Tienes idea de cómo me siento? Ah no, por supuesto que no, porque mi mejor amiga solo piensa e
CAPÍTULO 108: REGRESANDO A CASA.El carruaje había avanzado lentamente por el camino empedrado que conducía al territorio de Arzen. Scarlett, con su hijo en brazos, había observado el paisaje que la rodeaba. El aire estaba impregnado del aroma fresco de la naturaleza, y los colores vibrantes del entorno le habían traído recuerdos de los momentos que había pasado allí, momentos llenos de risas y complicidad con Arzen.Mientras el carruaje avanzaba, esos recuerdos le provocaron una mezcla de emociones: una dulce nostalgia por lo que habían compartido y un temor creciente sobre cómo él reaccionaría al verla de nuevo.Lavinia, sentada frente a ella, había observado a Scarlett con una sonrisa comprensiva. Podía ver en su rostro el torbellino de emociones dentro de ella. Y con el corazón lleno de esperanza, había cerrado los ojos y murmuró una oración silenciosa a la Madre Diosa.«Diosa, te pido que la guíes en este camino que ha decidido tomar. Y que el amor que aún existe entre ella y Arz
CAPÍTULO 109: LUNA AUSENTE. ―Parece que no me escuchaste. Te pregunté quién eres y qué haces en este lugar. ―Scarlett se acercó brotando frialdad. Rowena, sin prisa, levantó la vista de los documentos. Su expresión era de superioridad, y sus ojos brillaban con un toque de ironía. ―Mira quién decidió volver, la Luna ausente en persona ―respondió, dejando entrever una sonrisa burlona―. No sabía que las compañeras fugitivas se atrevieran a cuestionar a quienes realmente llegan para ayudar. Scarlett sintió el calor subir por su cuello, pero su voz salió tan fría como el hielo. Había aprendido a ocultar sus emociones tras una máscara de calma. ―No recuerdo haberte visto antes ―dijo, cruzando los brazos mientras su mirada se clavaba en Rowena, como si intentara atravesar su fachada con pura fuerza de voluntad―. Supongo que Arzen contrató a alguien para mantener en orden las cosas menores mientras él se ocupaba de asuntos más importantes. Rowena, que hasta entonces no había mostrado muc
CAPÍTULO 110: UN ACUERDO.―¿Sorprendido de verme?Scarlett mantuvo su mirada fija en Arzen, sus ojos reflejando una desaprobación que era imposible de ignorar. Arzen tragó saliva, sintiendo el peso de esa mirada, y dio un paso más hacia ella, intentando encontrar las palabras adecuadas.—De hecho, si —admitió Arzen, su voz un poco más baja—. No esperaba encontrarte aquí, no después de la última vez que hablamos.Scarlett bufó, cruzando los brazos mientras lo miraba con determinación.—Tal vez no esperabas verme, pero estoy aquí para quedarme —dijo con firmeza. Al oír esto, las cejas de Rowena se fruncieron y sus labios se apretaron en una fina línea.Arzen la miró sorprendido, procesando sus palabras. Pero antes de que pudiera responder, Scarlett continuó, su tono serio y decidido.—Necesitamos hablar —dijo, y luego dirigió su mirada hacia Rowena—. A solas.Rowena estaba a punto de replicar, pero Arzen la interrumpió con una mirada firme.—Rowena, por favor, déjanos solos —pidió, su to