—Claro que hay mucho más... hay todo un cielo allá arriba y yo quiero que tú lo alcances conmigo, nena —lo escuchó decir Nahia mientras se derretía entre sus brazos. —Entonces voy a comprar todos los pasajes en ese avión, Robocop —contestó besándolo de nuevo. Aaron levantó a Nahia, la hizo enredar
A Aaron se le hinchó el pecho solo de escuchar aquello y la besó con desesperación, como si fuera un sueño que pudiera escapársele. Pero la felicidad, que parecía que podía durar para siempre, pronto se vio amenazada por una buena noticia. No una mala, no, una buena noticia. —Todo parece indicar q
Nahia sintió que estaba dejando ir un pedacito de su alma cuando Aaron se despidió de ella. —Pórtate todo lo bien que puedas —le sonrió él, ya en la puerta, mientras tomaba sus labios con un beso suave. —¿Estás asumiendo que me voy a portar mal? —Por supuesto, pero eres una chica grande y sé que
—Pues... en Gales, ya te lo dije ayer —murmuró Aaron sin entender el motivo de la pregunta y ella apretó los dientes—. Creo que estoy cerca de dar con la pista de Martin, quizás el próximo fin de semana ya pueda estar de regreso. A Nahia se le llenaron los ojos de lágrimas, pero la voz no le tembló
Tres semanas después. Nahia estaba regresando. Le faltaban pocos kilómetros para llegar a su departamento cuando recibió aquella llamada de su madre. Algo había pasado con Martin Prescott, había atacado a Maddi y a unos bebés y la necesitaban, así que de inmediato se desvió y tomó la carretera haci
—¿Por la pared? —preguntó James. —Hasta una de las ventanas, sí señor —contestó Aaron sin inmutarse. —¿Desarmado? —insistió James. —Incluso una bala de goma puede matar a un bebé —le explicó él—. Es un riesgo que no podemos correr. Pero no se preocupe, vamos a sacar a todos de ahí a salvo. Solo t
Los dedos de Martin se cerraron con desesperación sobre sus muñecas y Aaron gruñó. —¡No me sueltes... no...! —gritó. —Nadie va a soltarte —gruñó James—. ¡Vas a ir a la cárcel, que es lo que te mereces, y me voy a asegurar de que pases el resto de tu vida sin ver la luz del sol! —¿Y crees que eso
Aaron no entendía qué pasaba con Nahia, pero había algo entre ellos que no les permitiría separarse definitivamente jamás, y esa era una certeza que no podía evitar. Así que solo quedaba darle el pecho a la situación, tatuajes incluidos, y resolver ese asunto de una vez por todas... comenzando por l