Aaron no entendía qué pasaba con Nahia, pero había algo entre ellos que no les permitiría separarse definitivamente jamás, y esa era una certeza que no podía evitar. Así que solo quedaba darle el pecho a la situación, tatuajes incluidos, y resolver ese asunto de una vez por todas... comenzando por l
"No voy a hacerlo, solo quiero saber que está bien", replicó James. "Cuídala, por favor... y cuida a tus sobrinos". —Claro que sí, hermanito —respondió Nahia—. Yo me encargo. Pero aunque ella no tuviera ni la más mínima idea de a dónde iban, James sí la tenía, así que apenas volvió dentro del hosp
Nahia le soltó un puñetazo en la nariz que no le hizo a Aaron ni cosquillas. —No querías pegarme de verdad —la provocó mientras la rodeaba con sus brazos para atraerla y ella forcejeó para soltarse. —¡Déjame, Aaron! —protestó—. ¡Te dije que no quiero estar ni cerca de ti! —Mentirosa... —sonrió él
Aaron se movía con la habilidad de alguien acostumbrado a satisfacer a una mujer. Sus dedos exploraban su interior, haciendo círculos sobre su clítoris, dándole placer y haciéndola gemir con cada toque. De un momento a otro la penetró con fuerza y profundidad, llenándola hasta el fondo, hasta que Na
—¡¿Pero cómo se te ocurrió, papá?! —exclamó Nahia furiosa—. ¡Si él va, yo no voy! —¡Déjame que te explique algo, señorita! —Nahia apretó los dientes cuando escuchó la voz severa y molesta de su padre—. ¡"Él" salvó a tu cuñada, a tus sobrinos, y a cuatro bebés, y le quitó para siempre una amenaza de
—¡Dios, me siento tan estúpida! —murmuró ella cubriéndose el rostro con las manos. —Créeme, yo más. Si solo te hubiera dicho... —Aaron se acercó a ella con lentitud y tiró de una de sus manos para acercarla a él—. Pero Nahia tienes que creer en mí. —Levantó su barbilla y la hizo mirarlo mientras lo
Viajar a Ucrania no era el problema, Nahia estaba divirtiéndose en grande, pero Aaron sabía que no la tendría nada fácil cuando aquellas dos leonas se juntaran. Para empezar, la tranquila y amable bienvenida que le había prometido su padre en la mansión Orlenko, ya era una fiesta en toda regla. —M
—Niña... creo que eres peor de lo que todas aquí pensamos —murmuró Nina poniéndose una bolsa de hielo sobre la cabeza—. Bienvenida a la familia... y no bebo más contigo. —Gracias mami suegri... te agradezco la cortesía... pero la idea de no beber más... está genial... Conocer realmente a los Orlen