Bianca estaba parada a un costado de la puerta de la oficina de Lorenzo, no queria sentarse, se veia ansiosa, aquel era un momento muy tenso, despues de tantos años, saber que volveria a tener contacto con la unica persona tan cercana, que sostuvo durante cinco meses, a su pequeña BianquiAl abrirse la puerta, Bianca observó con atención a la mujer que acababa de ingresar a aquel cuarto, aunque habían pasado unos años de su último encuentro, cuando ella abandonó la casa de los panizzolis, con un embarazo acuesta, pero la marca en la frente de aquella mujer, la hizo reconocerla enseguida, ambas se miraron de lejos, los ojos marrones de su antigua ama de casa, la observaron con ternura, las manos arrugadas de esa mujer se extendieron hasta Bianca, y ella corrió hacia ella, y se abrazaron. La madre de Estefy amaba a Bianca como una hija mas, ella fue testigo de lo bien que su hija y Bianca se llevaban, de la gran amistad que fueron construyendo con los años, pero que el destino y todas
Ricardo hizo sonar insistenmenete el teléfono de Bianca, él ya estaba listo para encontrarse con su ex suegra, y necesita asegurarse del retorno de Bianca al hotel, la llamada no tuvo respuesta, y decidió dejarle un mensaje“Es el perfecto día para estar contigo en la cama” – escribió y guardó su movil en su bolsillo. El sol estaba instalado afuera, las aguas de Venecia estaban quietas, lo que más disfrutaba Ricardo de esa ciudad era eso, nunca se emtaponaban sus calles como en Florencia, pero eso de andar en botes casi para todos lados, lo desesperaba.Su chofer, tenía el barco listo, el joven empresario salió de su hotel, la chaqueta beige que llevaba puesta, hacía un perfecto juego con la camisa azul y el pantalón blanco que lucía esa mañana. Se acomodó sus anteojos de sol Dolce, con pastillas de oro y polarizados, para evitar que el candente sol que hacía ese día, dañase sus hermosos ojos azules.La señora Lorena aguardaba por el, desde el cumpleaños de su nieta, no había tenido
Lorenzo alcanzó a ver la primera mitad del mensaje que le había enviado Ricardo a Bianca “ es el perfecto día” alzó la mirada y divisó a Bianca que se acercaba por la puerta–mi celular, lo he perdido–dijo ella mientras lo buscaba en su bolso–está sobre mi escritorio, ha sonado sin parar–contestó Lorenzo, pegando una media sonrisaBianca lo agarró enseguida, desbloqueó la pantalla y vio las llamadas perdiadas de Ricardo y el mensaje titilante en el reflector–podemos continuar la charla–sugirió Lorenzo del otro lado, quien se habia sentado al lado de Eduina, esperando la reacción de Bianca, ella guardó de inmediato el movil, y se dirigió hacia ellos y se sentó. Lorenzo la observaba mientras ella estaba desprevenida, Bianca sujetaba su cartera fuertemente con sus manos, se veía inquieta, con sus dedos toqueteaba el doblez de su cartera, como si estuviera ansiosa por algo–esta todo bien Bianca, ¿proseguimos? –anunció Lorenzo al verla tan distraida.–AdelanteBianca estaba ansiosa
Bianca llego tan pronto como pudo a la habitacion del hotel, antes habia llamado a Ricardo para que le confirmara en donde estaba, pero no recibio ninguna respuesta.La puerta de la suitte estaba abierta, ella corrió hacia adentro y cerró enseguida, inspeccionó alrededor, todo aparentaba estar en ordén, las luces estaban prendidas, las cortinas de la terraza cerradas, impidiendo el paso de la luz del sol que quemaba a fuera–Ricardo –llamó ella, pero la habitacion estaba vacía, hasta que al abrir la puerta del baño, lo vió, tras la transparente puerta de cristal que cubría la ducha, su sombra detrás de aquella puerta, a Bianca le generó tranquilidadBianca se apresuró a desvestirse para acompañarlo en la ducha, se metio lentamente bajo las calidas gotas de agua, y lo abrazó por detrás–oh, llegaste –dijo Ricardo dandose la vuelta para verla–si, te estuve llamando, me dejaste preocupada al teléfono, no se te escuchaba muy bien, que te pasa–me preocupe un poco al no verte llegar, es
Bianca se movió a apagar la música que habían dejado de fondo, mientras Ricardo intentaba calmar a su hija en el teléfono que lloraba de manera incontrolable–por favor pequeña, no le digas nada a la abuela de lo que encontraste, te prometo que te lo explicaré todo–dijo Ricardo, Bianca se había vestido, caminaba de un lado a otro nerviosa, Ricardo, aun no le había dicho nada de lo que estaba pasando con su hija pero ella ya se lo imaginaba.El millonario empresario no logró calmar la angustia de su hija por el teléfono–debemos viajar hoy mismo, debo ir a ver a mi hija, ella me necesita–dijo Ricardo a Bianca, con el teléfono aun sin colgar, Bianca movió la cabeza afirmativamente, aunque no conocía lo sucedido, pero para ella, Carmina era lo mas importanteRicardo terminó la llamada, aunque Carmina seguía de la misma manera, pero con la seguridad de que su padre regresaría con ella esa misma tarde–debemos recoger toda nuestras pertenencias, hay que volver a la mansión–avisó Ricardo s
Bianca mostraba una postura firme ante Esthela, era la primera charla que tenian a solas, desde que ella llegó a la mansión. Antes no hizo falta una charla similar, porque Bianca, era solo una empleada de Ricardo, y la chica que habia hecho maravillas con la fiesta de su nieta, pero esa vez, ya Esthela estaba enterada de la relación de Bianca con su hijo, “ como se habia enterado” fue lo primero que le llegó a la mente a Bianca en ese momento, porque Ricardo no le había dicho nada a su madre, tampoco dudó de Carmina, porque ella ya había demostrado en ocasiones anteriores, que podía mantener un secreto. Pero para Esthela, una mujer de cincuenta y ocho años que en su vida habia visto muchas cosas, supo distinguir por algunas miradas, y toqueteos entre su hijo y Bianca, que algo pasaba, que aquello no era una simpre relacion de jefe y empleada.Bianca seguía mirando y escuchando a Esthela, sin decir una sola palabra, con la rosa negra en la mano.–prometí que no permitiría que me daña
Bianca apretó los labios, y tragó su dolor, volteó la cara para secarse las lágrimas, se despidió de Esthela, dejándola en su abismal plantío de flores, y se fue hacia adentro de la casa.La respiración apurada de aquella mujer, era la muestra del dolor que cargaba con ella, llevaba demasiado peso por dentro. A mitad de camino, estalló en llantos, su cabeza le explotaba del dolor, mientras seguía escuchando las palabras de Esthela en su cabeza “ no voy a permitir que le hagan daño, cuídalo por favor” sostuvo su delgada barriga, y se agarró de una de las estatuas de cristal que Ricardo tenía afuera de la casa–señorita esta usted bien–preguntó el mayordomo que la alcanzó a ver en aquella actitud, y se acercó a ella para ayudarla–gracias Alfred, me duele mucho la cabeza, tendras algo para aliviar mi dolor–enseguida, pero venga, le pido que se relaje aca, rescuéstese, necesita que le llame al señor Ricardo–no, no por favor, yo lo esperaré aquí abajo–esta bien, ya le traigo algo para
Bianca soltó lentamente el picaporte de la puerta de su oficina, que sostenía con fuerza, se subió el bolso hasta su hombro derecho, volteó hasta Ricardo–ah, con que de eso se trataba–añadió enojada–se trataba de qué–de ir a recolectar información sobre mi, de eso se trataba esa farsa del viaje a Venecia–por favor Bianca, ya sabes que no fue una farsa, solo trato de abrite mi corazón y decirte la verdad–agregò Ricardo intentando abrazarla, pero ella se notó muy reticente–no me toques, me has engañado–no Bianca como crees, no fui a Lorena a buscar información tuya, ella me la dio sin pedirselo–ah piensas que voy a creerte, si necesitabas saber algo de mi, debiste pedirlo–ah, ja, es una broma por Dios santo–anunciò Ricardo saliendo de la mesa–es enserio, me vas a contar lo que necesito saber, se te olvidó que me dijiste que hay cosas que me contarás a su tiempo, ¡esa era una de ellas!–pues, al menos debiste preguntar–es que acaso no lo entiendes, fui a esa casa por otra co