Destellos, de luces de cámaras, murmullos, y un sinfín de cuestionamientos cayeron sobre Lorenzo y su equipo al término de aquella audiencia, Lorenzo intento escaparse de tener que dar explicaciones, no habia sido ningun héroe, solo actuó como debia hacerlo para defender a su clienta.Bianca iba de le la mano de Lorenzo y Estefy, cuidada para que no tuviese que decir nada, aun bajo la insistencia de los representantes de la prensa que no se daban por vencidos, y esperaban en la salida del tribunal, para lograr alguna palabra de la señorita.Lorenzo volteo a ver a su derecha, y observo a Lorena y sus abogados, discutiendo, ella se notaba furiosa, aquella jugada no se la esperaba, dentro de Lorenzo sonaba la musica de la victoria, aunque no le gustaban los alardes, pudo haber ido hacia ellos y estrujarles en la cara lo mal que habian quedado ese dia, tal como ellos lo hicieron en la primera audiencia, pero sin embargo, se guardo la emoción, cruzó una desafiante mirada con Lorena, quien
Aunque Lorena y su equipo ya habian despejado el lugar, algunos miembros de la prensa seguían aguardando afuera para tratar de obtener algunas palabras del notable abogado, quien había dado de que hablar aquella mañana con el gran desempeño en la audiencia. Gracias a sus revelaciones, ahora la noticia que circulaba en todos los diarios,y noticieros locales, era la vida secreta de la dama de las leyes,nadie supo hasta ese momento, que Luciano, el abogado ejemplar quien había fundado el estudio jurista mas reconocido en todo el norte de Italia, hubiera sido capaz de tener un romance fuera del matrimonio y con la propia hermana de Lorena, y como consecuencia, habia dejado una hija a la que trataron de ocultar por mucho tiempo. El escándalo ya estaba regado por todos lados,la notable abogada estaba sufriendo, tanto que habia escondido lo sucedido, pero no le sirvió de nada, la gente que seguia ese juicio de cerca, permanecían espectante para conocer los detalles de aquella historia, pe
Hubo silencio por un momento, mientras el ambiente se había puesto bastante tirante, La madre de Ricardo no decía nada, sabía que había cometido un grabe error al permitirle la entrada a Lorena, su hijo había sido claro, pero su consuegra, la había convencido con mentiras sobre una supuesta enfermedad, y Esthela se dejó atrapar teniendolo lástima.–Papá, la abuela vino a verme, me dijo que estaba enferma–alegó Carmina, al sentir la sensación de frialdad que reinaba entre ellos, mientras Ricardo miraba a Lorena sin pestañar, y con cara de perro burdó–Hija vamos, tu padre debe hablar con tu abuela–dijo Esthela, sacando a Carmina de allí, aunque la pequeña se resistía, la inocente chiquilla no deseaba separarse mas del único recuerdo que le quedaba de su madre, pero se retiró–No te vallas sin antes volver a hablar conmigo abuela–le dijo Carmina–No te preocupes pequeña, sabrás cuando me valla–sostuvo, mientras Ricardo seguía de pie con la sangre caliente, observando a su única pequeña,
El afamado magnate de la industria hotelera, estaba decidido a terminar con la incertidumbre que lo estaba matando, el secreto con el que su malavada suegra jugaba y le restregaba en la cara, que lo sacaría al aire si el no hacia lo que ella quería. Al dejarla partir, fue animado a solucionarlo ese mismo día, pero al ver a su hija, sentada en la sala, hojeando las páginas de una revista de diseño de interiores, que repentinamente le había llamado la atención, pudo darse cuenta que aun no estaba preparado, un susto le sobrevino, al recrear en su mente, como seria el panorama, cuando su pequeña se enterase de aquella verdad, entonces una vez mas, se retracto de hacerlo, con mas dudas que antes, pues si no lo hacia en ese momento, ¿ Cuando sería? Se cuestionó, pero las cosas estaban tan mal para el , que no sabia si era lo mejor en ese momento, aunque Lorena lo amenazaba, no se animo a hacerlo por miedo a perderla.Por muchos años, Carmina era lo unico a lo que se habia aferrado aquel
Ricardo estaba un tanto alterado, no sabia que hacer con su madre, Esthela seguía sentada frente a el lloriqueando, decida a dejarle el camino libre, el pobre hombre, le costaba entender lo que su madre quería, pero necesitaba tomar una dicisión, o la convencia de que no se fuera o le seguía la corriente, pero lo que Ricardo no sabia era que detrás de esos reclamoss, Esthela estaba sacando sus frustraciones pasadas–Que es lo que deseas de mi, a ver dime–por fin le dijo Ricardo después de estar minutos en silencio –Nada, no quiero nada–dijo ella secando sus lagrimas con un pequeño pañuelo que tenia en manos–Entonces me puedes decir que es lo que pasa contigo, me estas tratando peor que un enemigo, dejaste entrar a Lorena a nuestra casa, eso es algo que no puedo permitir mas–sostuvo, mostrando todavia una gran incomodidad por lo sucedidoEsthela se había calmado como para que su voz se escuchara un poco mas clara, suspiró ante su hijo, lo miro con seriedad y le dijo–Hijo, desde
–Verdaderamente, no eres el Ricardo que yo parí–dijo ella, y salió corriendo hasta la casa, en eso, ambos vieron como Carmina se acercaba hasta ellos, la pequeña corrió directamente hasta su abuela–Abuela, a donde vas, no te vallas, por favor–dijo Carmina apegandose a los brazos de su abuela–Mi vida, las cosas con tu padre no estan bien, por el momento, sera mejor que me tome unas vacaciones, pero te prometo que volveré–explicó Esthela, abrazó a su nieta y continuo su camino, Ricardo miraba todo parado, parecia inmune o no importarle nada, Carmina se apresuro hasta el, para la pequeña, el unico responsable de que su abuela los abandonara, era su padre–Que hiciste, porqué echas a la abuela, por qué, si ella es la que siempre ha estado para mi–grito Carmina colgada de los brazos de su papá, el intento tranquilizarla, y explicarle razones, pero ella no quiso escuchar, aparentemente, la chiquilla habia llegado, en el momneto en que su padre, le dijo a su abuela que se marchara, Carmin
El hombre despedazado, dio la espalda y se quedó agarrado de las barandas del segundo piso, mirando hacia abajo, observo a su alrededor, habia hecho una enorme fortuna, afirmó en su cabeza, pero en ese momento de que le servia todo eso, si estaba peleado con su familia, su madre se habia ido dejando la relación de ellos dos bastante quebrada, una hija que no deseaba verle hasta que su abuela no estuviera de regreso, y con la mujer a quien amaba lejos, a quien intentaba ayudar, pero las cosas ya estaban bastante complicadas, ahí recordó que debia decidir rápidamente qué hacer. La noche habia caido en aquella mansión, habian pasado algunas horas desde la partida de Esthela, el silencio seguia reinando, aunque la residencia solía ser silente, pero ese día resaltaba por demás por causa de la ausencia de Esthela, quien sabia hacerse sentir, dando órdenes, yendo de un lado a otro, movilizando a todos, para mantener aquella casona reluciente como a ella le gustaba. Ricardo habia ocupado t
Ricardo desesperado, asustado, pero con la esperanza de que encontraría a su hija, mientras iba en el auto, alerta a la llamada de su mayordomo o su chofer por alguna novedad de su pequeña, se cuestionaba, como habia echo su hija para salir de allí y no ser vista por nadie, en que momento lo hizo, pues habian transcurrido mas de dos horas desde la ultima vez que hablaron en la puerta de la habitación de Carmina, ¿cómo pudo haber violado la seguridad? Aunque la niña conocia cada rincón de la enorme residencia, no pudo haber ideado aquello ella sola, necesitaba un complice para hacerlo, pensó Ricardo, e imaginó muchas cosas o posibilidades de lo que pudo haber pasado, pero ninguna le daban una respuesta, ¿quien la habia dejado escapar a espaldas de él? ¿Habrá tenido algo que ver Lorena, o su madre sabia todo y no se lo dijo? una interrogante tras otra saltaban a la cabeza del agobiado empresario, quien seguia recorriendo las afuera de la exclusiva vivienda, sin ningún resultado, su men