Ricardo estaba un tanto alterado, no sabia que hacer con su madre, Esthela seguía sentada frente a el lloriqueando, decida a dejarle el camino libre, el pobre hombre, le costaba entender lo que su madre quería, pero necesitaba tomar una dicisión, o la convencia de que no se fuera o le seguía la corriente, pero lo que Ricardo no sabia era que detrás de esos reclamoss, Esthela estaba sacando sus frustraciones pasadas–Que es lo que deseas de mi, a ver dime–por fin le dijo Ricardo después de estar minutos en silencio –Nada, no quiero nada–dijo ella secando sus lagrimas con un pequeño pañuelo que tenia en manos–Entonces me puedes decir que es lo que pasa contigo, me estas tratando peor que un enemigo, dejaste entrar a Lorena a nuestra casa, eso es algo que no puedo permitir mas–sostuvo, mostrando todavia una gran incomodidad por lo sucedidoEsthela se había calmado como para que su voz se escuchara un poco mas clara, suspiró ante su hijo, lo miro con seriedad y le dijo–Hijo, desde
–Verdaderamente, no eres el Ricardo que yo parí–dijo ella, y salió corriendo hasta la casa, en eso, ambos vieron como Carmina se acercaba hasta ellos, la pequeña corrió directamente hasta su abuela–Abuela, a donde vas, no te vallas, por favor–dijo Carmina apegandose a los brazos de su abuela–Mi vida, las cosas con tu padre no estan bien, por el momento, sera mejor que me tome unas vacaciones, pero te prometo que volveré–explicó Esthela, abrazó a su nieta y continuo su camino, Ricardo miraba todo parado, parecia inmune o no importarle nada, Carmina se apresuro hasta el, para la pequeña, el unico responsable de que su abuela los abandonara, era su padre–Que hiciste, porqué echas a la abuela, por qué, si ella es la que siempre ha estado para mi–grito Carmina colgada de los brazos de su papá, el intento tranquilizarla, y explicarle razones, pero ella no quiso escuchar, aparentemente, la chiquilla habia llegado, en el momneto en que su padre, le dijo a su abuela que se marchara, Carmin
El hombre despedazado, dio la espalda y se quedó agarrado de las barandas del segundo piso, mirando hacia abajo, observo a su alrededor, habia hecho una enorme fortuna, afirmó en su cabeza, pero en ese momento de que le servia todo eso, si estaba peleado con su familia, su madre se habia ido dejando la relación de ellos dos bastante quebrada, una hija que no deseaba verle hasta que su abuela no estuviera de regreso, y con la mujer a quien amaba lejos, a quien intentaba ayudar, pero las cosas ya estaban bastante complicadas, ahí recordó que debia decidir rápidamente qué hacer. La noche habia caido en aquella mansión, habian pasado algunas horas desde la partida de Esthela, el silencio seguia reinando, aunque la residencia solía ser silente, pero ese día resaltaba por demás por causa de la ausencia de Esthela, quien sabia hacerse sentir, dando órdenes, yendo de un lado a otro, movilizando a todos, para mantener aquella casona reluciente como a ella le gustaba. Ricardo habia ocupado t
Ricardo desesperado, asustado, pero con la esperanza de que encontraría a su hija, mientras iba en el auto, alerta a la llamada de su mayordomo o su chofer por alguna novedad de su pequeña, se cuestionaba, como habia echo su hija para salir de allí y no ser vista por nadie, en que momento lo hizo, pues habian transcurrido mas de dos horas desde la ultima vez que hablaron en la puerta de la habitación de Carmina, ¿cómo pudo haber violado la seguridad? Aunque la niña conocia cada rincón de la enorme residencia, no pudo haber ideado aquello ella sola, necesitaba un complice para hacerlo, pensó Ricardo, e imaginó muchas cosas o posibilidades de lo que pudo haber pasado, pero ninguna le daban una respuesta, ¿quien la habia dejado escapar a espaldas de él? ¿Habrá tenido algo que ver Lorena, o su madre sabia todo y no se lo dijo? una interrogante tras otra saltaban a la cabeza del agobiado empresario, quien seguia recorriendo las afuera de la exclusiva vivienda, sin ningún resultado, su men
Ricardo se dio la vuelta, la pequeña esperanza que habia en su rostro, al parecer se estaba esfumando, se volvio a sentar, estaba totalmente destruido por dentro, pero no queria demostrar debilidad ante sus empleados, aunque su rostro decía mucho del estado de ánimo en el que se encontraba.–señor podemos dar aviso a la policía–sugirió Esteban–no hay caso hombre, nos diran que debemos esperar veinticuatro horas para reportarla como desaparecida–asimilio Ricardo tirando sobre la mesa su celular. tanto Esteban como Alfred, querian hacer mas para ayudarlo, pero estaban limitados, miraron la cara de sufrimiento del hombre, y se sintieron impotente, esperaban recibir una respuesta positiva del personal que s ehabia encargado de revisar el vivero, justo en ese momento, fueron avisados que el lugar estaba vacio, sin rastros de Carmina, Ricardo estaba a punto de sacar afuera delante de todos su dolor a puros gritos, cuando sintieron los ruidos de un auto que se estacionaba fuera de la casa.
Ricardo agradeció a su madre por estar ahí, sus palabras fueron bastante buenas, pero no sirvieron para sacarlo del estado de ansiedad en el que se encontraba–Te agredezco mamá, pero entiende que no puedo estar sin hacer nada, no puedo aquietar mi cabeza, lo unico que pienso es en mi hija y lo mal que esta ahí afuera–añadio el un tanto intranquilo–lo se, yo igual pienso en ella, no digo que nos quedemos de brazos cruzados, voy a llamar a la estacion de policias, todavia tengo contactos allí, estoy segura de que Franchesco podra ayudarnos–aseguro ella. el hombre al que Esthela habia mencionadao, era un viejo amigo de la familia, un veterano oficial y detective, experto en desaparicion de personas, y ademas, un señor aprueba a todo terreno, quien por mucho tiempo, estuvo detrás de aquella mujer madura, pero ella habia jurado que su corazon perteneceria a su marido aun despues de muerto, y asi era, pero el oficial, disfrutaba escucharla, o verla, cada que ella lo necesitaba.– Estoy s
Esa noche al telefono con su novio, despues de escuchar las dificil situacion por la que estaba atravesando su hombre, no habia otra cosa mas para hacer, Bianca tendría que testificar esa mañana en el juzgado.–seguro que estarás bien–pregunto Ricardo a su novia–Ricardo, ahora lo que importa es encontrar a Carmina, yo me las arreglare con Lorenzo–le dijo ella para alentarlo, pero los nervios se habian comenzado a apoderar de la mente de Bianca, al reflejarse una vez mas frente a Lorena, aun nno estaba preparada para ello, pero no se lo queria hacer saber a Ricardo, menos en la situacion delicada en la que estaba.–Pero, seguro que no te vas a congelar frente a Lorena, ella tiene la peculiaridad dde hacerte sentir eso, pero recuerda, ella tiene miedo tambien, usa eso a tu favor–dijo Ricardo, y se despidieronAquellos dos, no sabian cuando volverian a verse, nada estaba escrito, y no tenian previsto como iban a salir las cosas, la huida de Carmina, tenia a esa familia en una sola direc
Lo primero que hizo Bianca cuando su reloj sonó a las seis de la mañana, fue tirarse de la cama, habia dormido sola en aquella espaciosa cama, con una habitacion tan comoda y lujosa, pero no era lo mismo sin Ricardo a su lado, se apresuro a llamarle, la ultima vez que hablo con el, fue al termino de la charla con Lorenzo y Estefy, eran las dos de la mañana, para cuando ellos concluyeron con todo el repertorio de posibles preguntas que podrian surgir en la audiencia de esa mañana, a esa hora, Ricardo estaba todavia despierto, con Carmina afiuera perdida, quien podia dormir, fue lo que dijo cuando Bianca lo llamó, habia logrado darle una pastilla a su madre, para que se relajara,solo asi pudo pegar un ojo.Bianca habia dormido solo cuatro horas, pero no se sentia cansada, la adrenalina por lo que estaba por vivir en solo tres horas, la ayudó a cobrar fuerzas, ademas de la alegria que recibio al escuchar a Ricardo esa mañana decir–Hermos encontrado a Carmina, el se escuchaba contento, l