Aquella mañana del primer día de trabajo de Bianca, las cosas se desencajaron un poco, ella no se esperaba una sorpresa como esa, sin tener que hacer algun esfuerzo, la primer prueba que la ayudaría sin duda alguna para saber qué había pasado con su hija, apareció como por cosa del destino, Bianca sentió los recuerdos de su madre mas vivos que nunca, –mi viejita me está dando las fuerzas desde allá arriba–pensóRicardo la convenció para que desayunaran juntos, ella terminó aceptando, era cierto que Bianca había llegado en ayunas a su trabajo, pero no habia sido la falta de comida que la llevó a descomponerse de tal manera, fue su reacción al descubrir que aquella prenda que ella creyó haber perdido desde hace diez años, Beatrice lo mantuvo bajo su poder, algo tan significativo para ella. Ricardo había dejado la joya sobre la mesa, Bianca lo vio y no pudo resistirse a tocarlo–wao, es hermoso este collar, se lo compraste a Beatrice–agregó–pues no, para ser sincero, nunca lo había
¿Que iba a hacer Ricardo a partir de ese momento? ni el mismo sabía, mientras compartía con Bianca esa mañana el desayuno, su mente estaba en otro lugar, quiso justificar en su cabeza,la acción que había cometido su ex mujer “ talvez se lo regaló su madre, y como sabe que no nos llevámos bien, no me lo quiso contar” basta Ricardo, se corrigió al instante, era lo que él siempre hacía, Justificarla todo el tiempo, cada vez que Beatrice cometía algún error, Ricardo siempre la salvaba y ahí erradicó su error, ella nunca pagó las consecuencias de sus actosBianca observaba el rostro de Ricardo, mientras saboreaba su café, notó que estaba distante, y no era para menos, y aunque esa mañana había sido favorable para ella, al hallar esa pista que daría un giro significativo a su caso, percibió que Ricardo estaba sufriendo por dentro, notó la simplesa que había en ese hombre, y que al igual que ella, habia sido engañado por la misma mujer–dale, si estas tan triste porque me vas a dar el collar
Ricardo estaba cansando de estar encerrado en esa oficina mirando en la pared, las fotos de Beatrice el y su hija, se levantó de la silla con prontitud, en un ataca de ira, tiró con fuerza todas las fotografia que conservaba de ella, Bianca desde un rincón, observaba en silencio, la accion de aquel hombre herido–como pudo engañarme todo este tiempo, fui un estúpido al crer en sus mentiras–decía Ricardo, mientras recogía de cada rincón de la oficina, cualquier recuerdo que quedaba de ella, llamó al personal de limpieza para que se deshicieran de la basura–que hago con esto señor, lo guardamo con los otros paquetes, o lo tiro a la basura–le preguntó la mujer que recogía las pertenecias del piso–lo puede tirar–agregó Ricardo tajantementeLa voz de ese hombre desbordaba de furia, un poco alterado, pero con su juicio bien puesto–Ricardo, necesitas calmarte, por eso no quería contarte estas cosas–agregó Bianca, que permanecía todavía con el album abierto sobre la mesa, lo cerró de inmed
Despues de un primer día intenso en el trabajo, Bianca se fue acostumbrando a la rutina, luego de tantas revelaciones juntas en un mismo dia, para Bianca como para Ricardo, sirvieron como detonantes que ayudaron a desencadenar otros sucesosRicardo, decidió pautar una cita con su suegra Lorena, quería charlar puntualmente el asunto de Paulo, a pesar de que el ya sabía por Bianca, que Paulo, no fue el prometido de Beatrice, pero Ricardo estaba interesado en algo mas, a raiz de esa confesión,su vida se volvió mas complicada, porque había una verdad que se escondía en esa historia, que solo Lorena podía aclararle, aunque el temía que ella se negase a hablar. Pues, ella y su hija se habían distanciando en los ultimos años antes de Beatrice morir, Ricardo creía que había sido por problemas familiares como Beatrice le contó, pero apartir de todo de lo que se había enterado de esa familia atraves de Bianca, puso en duda esa version.Bianca había tenido una semana de trabajo intensa, partie
Las horas se hicieron intensas en ese lujoso departamento en Florencia, mientras Lorenzo y Bianca, se ponían al día entre tazas de café, y unas copas de vino. Lorenzo había viajado largas horas desde Venecia para arreglar cuentas con su amiga y cliente. Lorenzo tenía claro que Lorena había falsificado los papeles de defunción de la hija de Bianca para ganar tiempo en lo que se inventaba alguna otra cosa, la vieja zorra sabía, que con lo listo que era Lorenzo, no se iba a tragar esa mentira por mucho tiempo La historia del collar de Bianca, era una llave que abriría una gran puerta en el caso que Lorenzo estaba llevando a cabo, porque, ¿quién iba a poner en duda el testimonio de una madre a la que le habían arrebatado a su hija el mismo día que la trajo al mundo? pero, para abrir un caso como ese, Lorenzo sabía que le haría falta más que la historia del collar que había aparecido entre las viejas pertenecías de Beatrice, Lorenzo creía fielmente en la historia de Bianca, pero, no era s
Ese fin de semana, Lorenzo regresó a Venecía con mas información de la que esperaba encontrar, gracias a los pormenores que le había ofrecido Bianca, de la historia del collar y de aquel hombre que la había ayudado a salir del psiquíatrico, le sirvieron a Lorenzo para tener un panorama mas amplio y detallado del caso en cuestión, aunque faltaban reunior otros asuntos, como; dar con la testigo clave, la ama de llaves que vivió por muchos años en la casa de los Panizolis, cuya confesión estaba en peligro, porque Lorena la había amenazado de muerte, si decía alguna palabra, pero Esthefisu hija, la antigua amiga de Bianca, se había comprometido en resolver esa parte, por otro lado, Lorenzo estaba en la búsqueda de la enfermera cómplice de Lorena, que se había encargado de hacer todo el trabajo sucio por ella.El caso tenía mucha tela por donde cortar, además, habían pasado mucho tiempo, ese caso, representaba un gran desafío para Lorenzo, pero su rival, era la abogada mas reconocida en t
Bianca se subió al auto de su jefe, luego de tanta insistencia, el terminó convenciéndola y mientras ella esperaba en el asiento delantero con el cinturon puesto, vio como se alejaba Carmina junto a Esthela en un BMW negro, uno de los vehículos de Ricardo, conducido por su chofer, la pequeña le sonrió de lejos, levantando sus delicadas manos desde adentro del auto, hasta que desapareció de su vista Ricardo entró al auto junto con su compañera que aguardaba por él –uy, está creciendo muy rápido–dijo Ricardo entre suspiros mientras veía a lo lejos como se esfumaba el auto que transportaba su familia, Bianca volteó a mirarlo –Quien, Carmina–preguntó –si, ella misma, recuerdo cuando cumplió los diez años, desde ese entonces no paró de crecer–comentó Ricardo con la mirada puesta en Bianca, quien lo escuchaba con atención –luego dijo que quería ser abogada como su madre para ayudar a otros, ella estaba orgullosa del trabajo que hacía Beatrice–recordó Ricardo desde el asiento con la
–viste, el cielo ha aclarado, eso quiere decir que Dios está contento con nuestros logros–agregó Ricardo intentando alegrar el momento–eso quiere decir, que es momento de que me valla, antes de que empiece a llover otra vez–dijo Bianca, y caminó hasta adentro de la casa con la copa de vino aun llena, apenas había tomado un sorbo de la bebida, Ricardo fue detrás de ella–Que haces, ya te vas tan pronto, si apenas probaste el vino–le dijo, mientras la veía moverse rápido, dirigirse hasta su bolso–pero Bianca, cálmate, porque siempre corres de mi, podemos tener un trato cordial–agregóElla se detuvo para darle el frente, colocó la copa sobre una pequeña mesa que había en medio de dos sofá en el salon recibidor–debo ir a buscar los papeles que vine hasta acá, no te olvidas que por eso decidí entrar –le recordó Bianca–pero solo te pido que compartamos una copa de vino, después, puedo llevarte a tu casa te lo prometo–no, te equivocas, asi como estás, no quiero que me lleves a ningún l