El lobo mostró sus intenciones de acabar con ella; pero en esa oportunidad, no retrocedió. Lejos de sentir que estaba atrapada, la idea de que era ella quien había acorralado al lobo y le llevó hasta su terreno cruzó su mente y se instaló con fuerza en ella. Nuevamente fue rondada por el animal; sus pesados pasos se hundían entre el follaje caído del bosque, aplastando las ramas y hojas secas bajo sus patas. Anne interpretó aquello justo como lo que es: la amenaza del lobo de que la aplastaría de esa misma forma.
— Si fueras inteligente, te marcharías mientras aún puedes hacerlo — suelta en un tono frío mientras se mantiene firme ante la ronda del lobo.
El lobo escucha las palabras de la mujer, y con sus ojos penetrantes fijos sobre Anne, gruñe con desdén antes de responder.
“Estúpida humana ¿Por qué debería obedecer las órdenes de alguien como tú? ¿Qué te hace pensar que tienes algún tipo de poder sobre mí?”
Anne se queda en un breve silencio, pero no duda en hablar con la misma firmeza con la que lo hizo antes.
— No se trata de poder, se trata de elección. Te estoy permitiendo elegir que sigas viviendo.
Las palabras desafiantes de Anne hacen que el lobo ruja con furia, mostrando su claro repudio ante las palabras dichas por ella.
“¿De verdad crees que tus palabras pueden amenazarme? Nada de lo que digas puede cambiar tu final. Mis órdenes son acabar contigo.”
— Entonces, haz lo que debas. Pero recuerda, que al final fue tu decisión.
Antes de que pueda existir alguna otra palabra entre ellos, el lobo se abalanza sobre Anne con una velocidad sorprendente, decidido a cumplir su amenaza. Cuando el lobo se lanza contra ella, Anne se sorprende al sentir cómo el tiempo se ralentiza a su alrededor, casi como si estuviera deteniéndose para que ella pueda presenciar a detalle cada una de las cosas que pasaran.
Mientras el inmenso lobo negro se abalanza hacia ella, en su mente se registra cada detalle de los movimientos del lobo con una claridad sorprendente. Pero lo que más la asombra es la figura del imponente lobo blanco que se materializa detrás del primero.
Antes de que el lobo negro pueda darle alcance, Anne se siente impulsada por un instinto primitivo. Y sin siquiera detenerse un segundo para poder comprender completamente lo que está sucediendo a su alrededor, sus pies se dejan llevar por su instinto y corre hacia el lobo blanco con una determinación y confianza que no reconoce como propia. En el momento en que sus manos alcanzan a tocar el pelaje blanco y sedoso del lobo, una extraña sensación de fusión la envuelve. Un destello de luz blanca y cegadora envuelve ambos cuerpos, y en un instante, Anne y el lobo blanco se convierten en un solo ser.
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Cada fibra de su ser se encuentra luchando contra la debilidad que amenazaba con derrumbarlo. Lían sabe que no puede permitirlo y por ello se aferra con todas las fuerzas que le quedan a su consciencia. Su lobo y él mismo saben que no permitirse caer en ese momento es su sentencia de muerte.
— ¡Mueran! — escucha rugir a Hansen.
Pero, justo cuando sintió que sus fuerzas habían llegado a su límite y lo habían abandonado definitivamente, siente el veloz celaje que pasa a su lado. A través de la niebla de dolor y fatiga, alcanza a divisar la figura de un imponente lobo de pelaje marrón que embiste con fuerza. El lobo desconocido no pierde ni un segundo y con ferocidad se enfrenta contra Hansen. Sus movimientos ágiles logran desafiar incluso al oscuro poder que brota de Hansen. Allan aprovecha ese segundo de haberse librado del peligro inminente que representa Hansen para ponerse de pie e ir rápidamente hacia su hermano. En el camino, sus ojos se encuentran brevemente con los de Lían, notando el estado límite en el que se encuentra su hermano.
Mientras el lobo recién llegado y Hansen se enfrascan en una pelea sin tregua, Allan y Zven toman rápidamente el cuerpo de Lían; su preocupación se torna palpable al ver el estado en el que se encuentra el mayor, nunca habían visto a Lían en esas condiciones.
— Hermano — llama Allan, su voz llena de urgencia. — Hay que sacarlo de aquí. — afirma mientras se fija en Zven quien de inmediato asiente a sus palabras.
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Ya no existe una diferencia entre Anne y el lobo; sus mentes y almas están entrelazadas en un vínculo que la humana no puede explicar, mientras el lobo solo palpa y saborea el poderoso nexo que comparten. Anne puede sentir como la fuerza y la ferocidad del lobo ahora también recorren su cuerpo. El lobo negro observa lo ocurrido sin entender qué es lo que está pasando; se supone que aquella mujer no es más que el cuerpo sin alma de una humana.
Ahora que su señora está de regreso, ella debería haber dejado de existir, pero cuando eso no ocurrió, él fue enviado para darle caza y acabar definitivamente con ella. Entonces, ¿por qué un cuerpo sin alma logró fusionarse con un lobo? O incluso, ¿por qué puede sentir un poder antinatural para un ser como ella provenir de su sola presencia?
Los ojos azules del lobo blanco arden con una fuerza feroz, mientras, desde lo más profundo, emite un fuerte gruñido, mismo que resuena en todo el bosque, desafiando al depredador que antes la acechaba. Pero, en su interior, el lobo negro sabe que ahora él es la presa.
Cuando el lobo blanco da unos pasos hacia él, el antiguo cazador retrocede, totalmente asustado ante la dominante presencia de Anne y su lobo blanco, no necesita más que una rápida mirada para comprender instintivamente que ya no tiene ninguna posibilidad contra la desafiante fuerza que se muestra ante él. Con un último gruñido de temor y frustración, el lobo negro sigue retrocediendo, pero cuando intenta dar la vuelta para alejarse y volver con su señora y poder informar de lo que ocurre, el lobo blanco se mueve con una velocidad antinatural incluso para su raza y clava sus fauces en su cuello, un solo ataque que deja claro que no le mostrará ningún tipo de piedad.
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— ¿Crees que puedes salvarlo? — es la pregunta de Hansen cuando deja atrás la piel de lobo y vuelve a su forma humana. Su cuerpo rodeado de nuevo por aquella energía oscura. — Llevas mi marca, debes servirme a mí — agrega, refiriéndose a la marca de la mordida de un maldito que se muestra al costado derecho del hombre.
— ¡Nunca! — sentencia con firmeza.
Al igual que Hansen, Cillian ha vuelto a su forma humana y ronda al antiguo anciano justo como este también lo hace. Le toma solo una fracción de segundo buscar la presencia de sus hijos y al ver que Allan y Zven se encuentran levantando el lastimado cuerpo de Lían, sabe que puede seguir con su pelea; después de todo, sus hijos no estarían allí y no hay riesgo de que puedan salir lastimados.
— Es inútil, guardián — dice, la última palabra mencionada con un marcado tono de burla hacia Cillian. — Tu lucha y fe ciega son inútiles. ¡Todos morirán!
Cillian sabe que las palabras de Hansen pueden tornarse ciertas, es por ello que debe detenerlo o, mejor dicho, distraerlo el tiempo suficiente para que todos puedan salir del lugar y evitar la mayor pérdida posible.
Cillian sabe que lo que está por hacer es una total locura; si no logra mantener, aunque sea un ápice de cordura, entonces todo estará perdido para él y en lugar de ser una ayuda, terminará siendo parte del problema, pero también sabe que su única oportunidad para aguantar enfrentarse a Hansen y a la oscuridad que lo domina, es con su propia oscuridad. Dejando que el instinto de su maldición lo domine, Cillian cambia a su parte más primitiva y salvaje.
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Allan y Zven cargan el cuerpo de Lían sobre sus hombros y corren tan rápido como sus agotados y heridos cuerpos se los permiten. Al cruzar una de las esquinas de la fortaleza, se topan de frente con Becka y Josh, mismos que no dudan en ir hacia ellos y prestarles ayuda.
— Está herido de gravedad. — son las palabras de Becka tras darle una rápida revisada al lobo. — Puedo colocar un sello, pero eso solo nos dará tiempo para poder llevarlo con un médico.
Al escuchar esas palabras, Allan siente cómo un escalofrío recorre su columna y dispara el miedo a todo su cuerpo. Brendan se había marchado con el resto de la manada, y en su condición actual no es tan veloz como para ir en busca de él al refugio y lograr llegar con el tiempo suficiente antes de que la condición de su hermano empeore.
Los tres centinelas observan cómo la sacerdotisa realiza un sello en el aire, mismo que toma forma y brilla con intensidad antes de quedar marcado en el costado y pecho de Lían, justo sobre sus heridas.
Un aullido se escucha en la distancia cercana, y Allan lo reconoce de inmediato, es su padre dando la orden de abandonar el castillo y dejar la lucha; y aunque su padre ya no es el líder de la manada, la respuesta que consigue de regreso es un aullido de obediencia por parte de todos los lobos de su manada.
— Hay que irnos — dice mientras se pone de pie e intenta cambiar a su piel de lobo, pero su lobo rechaza esta acción debido a lo débil y herido que se encuentra. Allan no puede sino maldecir al verse inútil en salvar a su hermano.
— Yo lo llevaré — son las rápidas palabras de Josh. Volviendo a su piel humana espera a que Allan y Zven suban el cuerpo inconsciente de Lían sobre su lomo, luego, viendo a Becka le ordena subir a ella también.
Una vez listo y sin perder más tiempo, toman camino a la salida de la fortaleza que una vez Josh y Becka llamaron hogar. Al estar a la par de los demás lobos, alcanzan a ver cómo algunos de ellos llevan a las sacerdotisas sobre sus lomos para sacarlas del lugar y llevarlas a resguardo seguro. Josh se siente aliviado al ver que su madre es parte de ellas.
La luna continúa iluminando el claro del bosque, bañando todo en una luz pálida espectral que se muestra como testigo silencioso de la metamorfosis sufrida por la mujer y el enfrentamiento que esta se encuentra teniendo con el imponente lobo negro. Anne, ahora transformada en un majestuoso lobo blanco, se mueve con agilidad y gracia natural de quien ha nacido lobo, al tiempo que muestra la misma ferocidad y rasgo de uno, cosa que sorprende al cazador.Los ojos de Annette brillan con feroz rencor al observar al lobo que la había estado acechado duranteAmbos lobos se miraron fijamente, cada uno evaluando la fuerza y debilidad del otro. El recién despertado lobo de Anne sabe que esta es su única oportunidad de terminar con la amenaza que representa el enorme lobo negro. Sin estar dispuesto a darle un poco de margen para que la dañe, se abalanza hacia él con un gruñido bajo y gutural, gesto que el lobo oscuro responde con un aullido desafiante.El choque fue inmediato y brutal. Anne salt
En otra parte del bosque, la oscuridad de la noche apenas si puede ocultar la velocidad con la cual se mueven lo que resta de los lobos de la manada del sur. Sus cuerpos se deslizan entre los árboles con una velocidad casi sobrenatural, sus patas apenas tocando el suelo mientras avanzan en una carrera frenética, haciendo uso de las pocas fuerzas que aún les quedan. La urgencia en sus movimientos es palpable, deben apresurarse en llegar y atender a los que tienen heridas más graves, cada segundo cuenta.Lían yace totalmente inconsciente sobre el lomo del lobo en el que se ha transformado Josh. Su cuerpo está tan cubierto de heridas, que la sangre que fluye de ellas mancha el pelaje de Josh, ya ni siquiera el sello de contención de Becka ayuda a retener el flujo. Allan se encuentra en un estado similar, pero la preocupación por su hermano lo consume más allá de sus propias heridas. Por su parte, Josh no disminuye su velocidad y aunque sus músculos se tensan con cada zancada, el lobo est
**— Lían, ¿Quieres escuchar una historia?Las palabras suaves de su madre captan la atención del niño. Dejando de lado su comida, el pequeño con emoción, se cruza de piernas sobre el banco y fija su mirar en su progenitora.— ¿Una sobre guerreros?— Sí. — responde mientras se sienta en el banco frente a su hijo. — Un guerrero tan poderoso que logró robar el corazón de la Madre Luna.Y aquello bastó para que un inmenso e inocente brillo se instalara en los grisáceos ojos del pequeño, esa es la inequívoca señal de que su madre tenía toda su atención.Cuanta la leyenda, que la Madre Luna era pretendida por otros Dioses, pero sin importar lo que hicieran, ninguno podía conquistar su corazón, ella podía ver que sin importar las promesas que le hicieran, Madre Luna notó que lo único que realmente querían era su poder y someter su libertad. Cansada de los inmortales, la Diosa fijó su mirada en los cambiantes, su amada creación, y vio como entre ellos si existía el verdadero amor, entonces,
Selene observa el horizonte y nota como una inmensa nube oscura se cierne sobre las tierras a lo lejos. Manteniendo su mirada fija en el espacio puede notar como las sombras mueven amenazantes hacia el poblado humano a las afuera del territorio de la Manada.“Aléjate de ellos…aun no es tiempo”Sus palabras salen con un claro tono de amenaza. Recorriendo la inmensa distancia en solo una fracción de segundos, su luz chocando con aquellas sombras que retroceden momentáneamente ante la presencia de la deidad.“Son míos! No tienes poder sobre ellos.”Es la repuesta que recibe, y aunque sabe que es verdad, que los humanos están fuera de su dominio o resguardo se mantiene firme sobre su orden. Dejando que su aura viaje hasta posarse sobre el territorio humano, ve como esto hace que la nube de oscuridad se disipe.— Mi señora, — llama Eli a sus espaldas. — El alfa Lían se encuentra luchando contra Hansen.Ante las palabras de la sacerdotisa, Selene se da la vuelta y la mira fijamente antes de
Hansen se abalanza con furia desenfrenada contra Lían; sus garras afiladas brillan a la luz de la luna mientras busca infligir un golpe final al alfa. Lían, herido, debilitado y aún sin procesar lo ocurrido, apenas logra esquivar el ataque mortal de Hansen. Sin embargo, aunque logra esquivar el ataque directo, recibe un golpe profundo en su costado derecho que lo hace tambalearse.El alfa cae al suelo, su respiración entrecortada por el dolor mientras lucha por mantenerse consciente. Hansen se prepara para asestar el golpe final, su mirada llena de malicia y pudiendo saborear el triunfo buscado por tanto tiempo. Sin embargo, antes de que pueda llevar a cabo su plan, Zven y Allan irrumpen en la escena con ferocidad. Los dos lobos se lanzan contra Hansen con una determinación clara: herirlo o matarlo. Sus cuerpos chocan con el del anciano envolviéndose en un torbellino de furia y violencia.Hansen se ve obligado a retroceder ante el repentino contraataque, sorprendido por la intervenció
Selene entró en la imponente sala del concilio de ancianos, su presencia irradiaba una majestuosidad que llenó el lugar. A su entrada, todos los presentes se pusieron de pie de inmediato, cuando esta comenzó a caminar por el interior de la sala, los lobos presentes se inclinaban en reverencia ante sus pasos, reconociendo su posición como la diosa de la luna, aquella creadora que, cumpliendo su palabra, había vuelto para reunirse con ellos. Sin embargo, entre la multitud que se postraba ante ella, destacaba el anciano Paul, cuyos ojos no reflejaban el mismo respeto hacia ella que el de los demás. Selene avanzó con gracia hacia el centro de la sala, su mirada tranquila pero penetrante, escrutando cada rincón, de cierta forma dejando en claro que es capaz de leer los pensamientos de cada lobo presente. Cuando sus ojos se encontraron con los del anciano Paul, notó el leve destello de recelo en su mirada, un gesto que no pasó desapercibido para ella. El anciano Paul permaneció erguido en