Con él, todo me parece romántico, incluso verlo respirar a mi lado.
— Debiste haberme llamado para ayudarte con las maletas— dijo Abel nada más verme con mi equipaje.
— Ser mujer no significa ser débil y no poder cargar con unas simples maletas, querido esposo— contesté con la respiración agitada.
Por cierto, se veía súper sexy mi hermoso marido, llevaba un pantalón de chándal de estos de andar por casa.
— No pienso que las mujeres sean débiles, amor, al contrario, ustedes, las mujeres son el milagro de la vida.
Contesta y después se acerca a mí para besarme y darme la bienvenida.
— ¿Qué tal tu día en el hospital?
— Muy bien, hoy dos pacientes salieron por su propio pie y dejaron en el pasado un amargo momento— digo feliz por la recuperación de estas personas.
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Devuelvo mi atención a Chloé después de escuchar es estúpido comentario de mi hermana, noté como mi esposa estaba molesta y eso me molestó a tal punto que estaba a nada de gritarle a Lili, pero Chloé me detuvo al hablar.— ¿Para ti que es el físico, Lily? — le pregunta.— Un cuerpo bonito, que llame la atención y que guste.
ChloéEsa misma foto que estaba mirando es igual a la que tengo en casa de mis padres, son una de las pocas cosas que quedan de la mujer que me dio la vida.
Esa mirada continúa, la tensión en el ambiente se puede sentir a kilómetros, mientras observo la situación, la mirada de Chloé sigue encima de ese sujeto.Aclaré la garganta para hacer ruido.
Intenté ocultar las ganas que tengo de soltar una enorme carcajada cuando esta se come el suelo con ese cuerpo de mosquita muerta, pero dejo que mi seriedad fluya.— ¿Eres idiota o qué? — se levanta con ayuda de Abel que le ofrece la mano.— ¿Idiota?, no amiga, te aconsejo que vayas con un oftalmólogo, al parecer tienes pérdida de visión.— Tú la viste, Abel.— Yo no vi nada, Casandra.— Puedes irte tranquila, no tienes ni un hueso roto— vuelvo hablar.— Esto no se va a quedar así— dijo y se fue hecha una furia.La puerta es azotada por ella mientras dirijo mi mirada a la de Abel, que me observa con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.— No debiste, pequeña.— La que no debió de amenazarme fue ella, quien me busque, me acaba encontrando.Este se v
Abel—Alguien conocía la clave para desactivarlas o estas fueron hackeadas—dice el inspector de policía.
No me cabe duda de que quien haya sido la que me mandó este vídeo fue para molestarme y causar una discusión con Abel, pero como soy yo que no soy de abrir debates con mi esposo por algo del pasado, por algo que sucedió cuando ni siquiera conocía mi nombre.— Marisa, me haces un favor— le pido a mi compañera.
Chloé¿Qué le había hecho a esta mujer para que hiciera tal barbaridad a mi coche?, ¿qué era lo que tenía hacia mí para llegar a odiarme?, si apenas nos conocíamos.— No entiendo por qué Lili hizo tal acto— le digo Abel mientras desayunamos.— Ella es la mejor amiga de Casandra, se llevan muy bien y por eso no aceptó que me casara con otra.— ¿Y por qué no me lo dijiste, Abel?— No le di importancia, porque nunca y créeme que cuando te digo nunca es nunca había sido algo más para Kassandra, solo amigos.Le doy un sorbo al café mientras pienso si decirle sobre el CD que me había llegado ayer.— ¿Saldrás tarde hoy? — cuestiona sacándome de mis pensamientos.— No lo sé, normalmente mi turno terminaría a las d
La ventaja de ser médico es que cuando estas cosas ocurren o uno se corta sin querer, pues sabe tomar el control de la situación, pero lo que en ese momento más me enojó es como se tomó la valentía de hacer tal acto con mis cosas, ¿cómo ella sabe la forma en la que me llamaban cuando yo era niña? Y sobre todo que debo hacer para que ella entienda que su hermano es parte de mi vida, al igual que lo soy en la de él.
Último capítulo